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Periodista, escritor, Lic. en Periodismo, Mtro. En Ciencias Políticas, oaxaqueño. Autor de la columna "Indicador Político" en El Financiero.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Propuestas ciudadanas.

¿Reforma fiscal? Por qué no. Académicos tienen muchas ideas. Una se transcribe a continuación. son propuestas para el debate. Y para que nuestros legisladores sepan que más allá del poder existe una sociedad.

Texcoco, Estado de México. Viernes 30 de octubre, 2009.


Soy un ciudadano mexicano preocupado por los limitados recursos del erario federal que impiden poder satisfacer nuestras enormes necesidades económicas y sociales. Deseo aprovechar su indudable influencia para que, si usted está de acuerdo, comente por los diversos medios a los que usted tiene acceso propuestas relativas a cómo venderle a la opinión pública la importancia de que de una vez nos atrevamos a apoyar la aplicación generalizada del impuesto al consumo (IVA). Cualquier persona medianamente informada sabe que lo que requerimos es un sistema fiscal eficiente y competitivo, que nuestros competidores a nivel internacional se están concentrando en el IVA generalizado y reduciendo los impuestos sobre el ingreso, y que lamentablemente la iniciativa hacendaria del Presidente Calderón, aunque pudiera ser políticamente ingeniosa, es aún muy limitada, y ni va a promover el crecimiento económico ni va a resolver de fondo nuestros graves problemas fiscales.

Considero fundamental en este tema hacer notar, por todos los medios posibles, que el IVA generalizado es la tendencia de las sociedades libres porque es el impuesto ideal: es la forma más fácil y cómoda de pagar impuestos para los ciudadanos, es la forma más sencilla y barata de cobrar impuestos para los gobiernos, y nadie se escapa porque todos compramos, estemos o no registrados como contribuyentes. Pero además, el IVA es una forma justa y progresiva de pagar impuestos porque el que pueda comprar más, paga más, y todo ello se logra sin necesidad de amenazar, acosar ni encarcelar a la ciudadanía.

Mi propuesta para “hacer vendible” el IVA es la siguiente, a ver qué le parece:

OBJETIVO: Que el IVA se aplique absolutamente a todos los productos del mercado sin excepciones (ni siquiera los alimentos y medicinas de la llamada canasta básica) para facilitar transacciones y evitar evasiones y elusiones. Esto es, lograr que todos paguemos menos, y no que paguemos más los pocos de siempre.

ESTRATEGIA: Establecer medidas compensatorias atractivas para los “perdedores” (reales o aparentes) de la nueva medida.

PLAN “A”

MEDIDA PROPUESTA: Establecer un IVA generalizado del 20% absolutamente a todos los productos.

MEDIDAS COMPENSATORIAS: A cambio de la medida anterior, cancelar absolutamente todos los demás impuestos. Esta propuesta parte del elemental principio que se deben pagar impuestos por gastar pero nunca por tener (como la abusiva tenencia vehicular mexicana) ni mucho menos por ahorrar (como absurdamente sigue ocurriendo por ley en nuestro sistema bancario). El pagar impuestos por ganar dinero sigue siendo controversial en la literatura fiscal (al desalentar innovaciones, limitar la capitalización empresarial e incentivar inversiones poco productivas) pero la tendencia internacional reciente es claramente hacia la disminución de los impuestos sobre la renta o el ingreso.

VENTAJAS: Propuesta ideal y de vanguardia incluso a nivel mundial. Nos haría un ejemplo internacional a seguir, por sus impactantes efectos en los niveles de recaudación y el crecimiento económico, tal y como ocurrió al aplicarse medidas similares en países como Irlanda, Singapur y Nueva Zelanda. Se evitarían las molestas y complicadas declaraciones anuales para las personas físicas y las trimensuales para las empresas. Además, acabaríamos con la equivocada costumbre de que los ciudadanos deban rendirles cuentas a los gobernantes de cuánto dinero han ganado y cómo lo han gastado, cuando en una sociedad verdaderamente liberal debe ser a la inversa: quienes deben rendir cuentas claras de cuánto recaudaron y cómo lo gastaron son lo gobernantes a los ciudadanos, y en base a ello reelegirlos, despedirlos o encarcelarlos.

PLAN “B”

MEDIDA PROPUESTA: Establecer un IVA generalizado absolutamente a todos los productos, pero bajarlo del 15 al 10%.

MEDIDAS COMPENSATORIAS: A cambio de la medida anterior se propone:

1). Reducir a niveles competitivos internacionales el Impuesto sobre la Renta (apoyo a los sectores productivos).

2). Repartir los ingresos por el nuevo IVA en forma casi equitativa: 40% de lo recaudado en cada municipio que vaya al gobierno federal, 30% al estatal y 30% al municipal (apoyo a los estados y municipios).

3). Eliminar el pago de tenencia vehicular estatal y federal (apoyo a las clases medias).

4). Diseñar un subsidio directo que otorgue a los más marginados de cada municipio un pago mensual equivalente de su canasta básica y en el que cooperen en forma tripartita los tres órdenes de gobierno, para evitar usos partidistas de este subsidio (apoyo a los sectores más pobres del país).

5). Establecer una campaña que nos induzca a todos los consumidores a exigir factura, o mejor aún, tan sólo un comprobante simplificado o una nota foliada de consumo registrada ante Hacienda que incluya el IVA. A principios de cada mes, quienes presenten notas de consumo del mes anterior en las que las últimas tres cifras coincidan con el premio mayor de la Lotería Nacional se les reintegra el costo total de su consumo, y a las últimas cuatro se les otorga adicionalmente un premio de, por ejemplo, 500 mil pesos. Con este simple procedimiento, casi todos nos convertiríamos en honestos inspectores de Hacienda y casi nadie buscaría comprar en la economía informal, o forzaríamos a ésta a que se formalice y nos brinde también notas foliadas de consumo (incentivo para la formalización de los informales).

VENTAJAS: Propuesta políticamente más viable pero que, a diferencia de la propuesta presidencial, sí permitiría mejorar tanto la competitividad de nuestros sectores productivos como la eficiencia de nuestros sistemas fiscales.

Creo que aún es tiempo para convencer a los políticos más tradicionales que rectifiquen su cerrazón del “NO al IVA” si nos decidimos a divulgar que propuestas como la presente son la solución de fondo del país, y no el seguir viviendo principalmente del consumo de nuestro no renovable y cada vez más limitado petróleo. Esto es, buscar la forma de que esos políticos reconozcan que, si realmente desean beneficiar a los sectores más pobres (y que el Estado disponga de recursos sanos para implementar todas las políticas sociales necesarias sin tener que recurrir a las tradicionales y peligrosas vías de la inflación y el endeudamiento), entonces pueden aceptar ante la opinión pública propuestas como la presente con un mínimo de costos, o incluso (con una bien manejada campaña mediática) hasta con ganancias políticas para los congresistas que la aprueben. Y es que si bien aplicar el IVA generalizado afecta más en principio a los pobres (por dedicar una proporción mayor de sus ingresos a los alimentos, aunque no tanto a las medicinas), en realidad es absurda la política actual de “No al IVA en alimentos y medicinas”, pues como diversos estudios señalan, por cada peso que se deja de cobrar a los que menos tienen, se dejan por esta vía de cobrar hasta 40 pesos a los de mayores ingresos. ¡Un subsidio al revés, ya que pretendiendo ayudar a los pobres se subsidia en realidad a los ricos!

Ya basta que se continúen fomentando argumentos falaces y desviacionistas como:

a). Los ciudadanos no pagaremos impuestos hasta que nuestros gobernantes los gasten correctamente. En realidad, todos tenemos que pagar impuestos (incluidos por supuesto nuestros gobernantes y representantes), pero no es válido argumentar excusas como ésa para no pagar los impuestos que como ciudadanos estamos obligados a efectuar, pues hasta en los países más desarrollados existen ineficiencias, derroches y corrupción, y entonces nadie pagaría impuestos. Si existen por parte de los gobiernos gastos absurdos, impuestos abusivos o robos aparentes se deben denunciar, pero no por ello vamos a robar también nosotros los impuestos a los que todo gobierno tiene derecho para cumplir con sus insustituibles funciones.

b). En tiempos de crisis, los impuestos se deben disminuir, no aumentar. Ciertamente, en tiempos tan angustiosos como los actuales se deben bajar los impuestos, pero los de la renta (fomentando así el ahorro, las inversiones y el empleo) no los del consumo. Imitemos o adaptemos lo que en términos fiscales realizan los países exitosos, pero no sólo en cuanto a los impuestos sobre la renta sino también en cuanto a los del consumo, ya que en ninguno de estos países existen tantas exenciones y “regímenes especiales” (que generan tantas evasiones, abusos, injusticias y elusiones) como en México.

La realidad lacerante en México en términos fiscales es que actualmente tenemos el peor de los dos mundos: los impuestos que aquí se cobran son de los más altos del mundo (desincentivando con ello la inversión y la generación de empleos) y sin embargo nuestro gobierno es de los que menos recauda (aproximadamente el 11% del PIB cuando en el resto de Iberoamérica casi todos recaudan al menos el doble de ello, pues sí tienen un IVA generalizado, y los países desarrollados suelen recaudar entre el 35 y el 50% del PIB).

Me parece ya es tiempo de dar el debate abierto ante la ciudadanía sobre la impostergable reforma fiscal y definir quiénes estamos por la competitividad y la modernización de México, y quiénes por los mitos y la falsa prosperidad estatista del pasado, y que todos nuestros representantes voten abiertamente ante tal disyuntiva en el pleno del Congreso. De este modo, los ciudadanos podremos ir distinguiendo con hechos concretos, y no tan sólo con los discursos y promesas de siempre, a los políticos y a los partidos que se atrevan a apoyar un claro posicionamiento modernizador de cara al futuro y a las decisivas elecciones presidenciales del 2012.

¡Es ahora o nunca! ¡La historia y los ejemplos exitosos al respecto de todas las economías modernas nos darán tarde o temprano la razón!

En espera de sus amables comentarios, le saluda


Dr. Arturo Garza Carranza
Catedrático de Políticas Públicas Comparadas
Universidad Autónoma Chapingo
agarzac@prodigy.net.mx

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