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Periodista, escritor, Lic. en Periodismo, Mtro. En Ciencias Políticas, oaxaqueño. Autor de la columna "Indicador Político" en El Financiero.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Indicador Político

Vacaciones de fin de año para Indicador Político. Reanuda el lunes 4 de enero de 2010. Que descansen.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Indicador Político 18-diciembre-2009, viernes

+ Cambio de modelo de desarrollo
+ …La verdadera reforma política

Carlos Ramírez

Cuando regreso de su viaje por Oriente, Carlos Salinas dictaminó a finales de 1993 que el error de Mijail Gorbachov había sido llevar a cabo simultáneamente las reformas económica y política. Días después, le estalló el colapso político de 1994 y dio al traste con su globalización económica.
El eterno dilema de los gobernantes radica en la falsa percepción de los caminos paralelos o desasociados entre la economía y la política. Sin embargo, las experiencias exitosas señalan que las dos reformas deben ser al mismo tiempo. Y más aún: articuladas unas a otras. La transición de España a la democracia hubiera sido imposible sin los Pactos de la Moncloa en su vertiente de reforma económica para detener la crisis.
La reforma política del presidente Calderón va a incidir sobre la actual correlación de fuerzas políticas, sociales y productivas. Pero tendrá que negociarse en medio de un país en crisis. De ahí que a esa reforma política le hagan falta sus Pactos de la Moncloa para contener la crisis, realizar los cambios económicos necesarios y sobre todo iniciar un verdadero periodo de recuperación.
Las reformas políticas han sido antídotos contra la crisis. López Portillo implantó la suya en 1977 para contener a la izquierda. Salinas reformó el órgano electoral en 1990 para estabilizar las protestas sociales contra las elecciones y con ello obtener la tranquilidad para la negociación del tratado de comercio libre. Zedillo buscó con urgencia un acuerdo político nacional en 1995 para tranquilizar Chiapas y negociar su paquete anticrisis con el aumento de 50% en el IVA. Es decir, todas las reformas políticas se dieron en el escenario de crisis económicas.
La reforma política no logrará estabilizar al país si no va de la mano de la reforma del modelo de desarrollo. La izquierda mexicana parece haber olvidado los libros de texto: la correlación de fuerzas políticas y sociales es expresión --producto-- del equilibrio económico y productivo. La reforma económica globalizadora y neoliberal de Salinas produjo su equilibrio de fuerzas, clases y partidos.
La verdadera prioridad nacional es la crisis económica y su efecto inmediato en el desempleo. La caída del PIB en el 2009 será de -10%, 7% de PIB negativo y 3% de la tasa promedio prometida. La meta del PIB debe de ser de 7% promedio anual para dar empleo formal al 1.2 millones de mexicanos que cada año se incorporan al mercado de trabajo por primera vez. La tasa promedio anual del PIB en el lapso 1982-2010 será de 2.2%, un tercio de la meta de 7%. La meta oficial del gobierno para el periodo 2010-2015 es de 3.7%, la mitad de la requerida por el aumento anual de la población económicamente activa.
Si la economía crece a una media de 3% anual promedio, tardará más o menos trece años en recuperar lo perdido en el 2009. Y aún así se colocaría en la media promedio anual de 3%.
Por tanto, la reforma económica es igual de urgente que la política. Lo peor que le puede pasar al país es tener que decidir entre el dilema de mayor democracia pero sin desarrollo o mayor crecimiento económico sin democracia: es decir, optar entre el modelo Zedillo o el modelo Díaz Ordaz. El primero llevó a la pérdida del poder; el segundo condujo a la represión.
España aplicó las dos reformas de manera simultánea. Y lo hizo en medio de una severa crisis económica: los sindicatos aceptaron la moderación salarial, los empresarios avalaron la reforma fiscal agresiva contra el capital y la desaparición del secreto bancario y el gobierno hubo de redefinir la existencia de la estructura de un Estado rector que no aparecía en su hoja de ruta. El principal pivote de los Pactos de la Moncloa fue el Partido Comunista de España.
El desafío real del país es la reforma del modelo de desarrollo: política económica, gestión activa del Estado y pacto constitucional. Si se hace una encuesta sobre sus necesidades, los mexicanos preferirían una reforma del modelo de desarrollo para obtener empleo, salarios y bienestar y no una reforma política que satisfaga las preocupaciones de las élites del poder. Al final de cuentas, una sociedad en crisis es capaz de optar por el peor de los modelos políticos. La historia está llena de ejemplos: desde Hitler y la crisis económica de Weimar hasta George Bush, pasando por Fidel Castro y Hugo Chávez.
La crisis de 2009 fue demasiado severa como para ponerla detrás de la reforma política. A menos que la reforma política sea el paso previo para una correlación de fuerzas políticas y sociales funcionales a la reforma del modelo de desarrollo. Pero lo ideal sería la simultaneidad de las reformas, para evitar de nueva cuenta el error de Salinas que hundió al país en una crisis de la que aún no salimos.
El tema de la reforma del modelo de desarrollo debe ser de reflexión para el fin de año.

(Por vacaciones de fin de año, Indicador Político se tomará dos semanas de descanso. Nos volveremos a leer aquí el lunes 4 de enero del 2010. Que descansen.)

jueves, 17 de diciembre de 2009

Indicador Político 17-diciembre-2009, jueves

+ Juegos y sorteos, conflictos
+ Sin transparencia o regulación

Carlos Ramírez

En medio de la reorganización del sector público central, el área de juegos y sorteos parece ausente de las prioridades. Por tanto, la solución de conflictos en uno de los temas más sensibles se torna casi un juego de azar: la judicialización y la componenda para resolver diferendos.
Varios litigios judiciales que involucran el tema de juegos y sorteos pudieran salirse pronto de los cauces institucionales y convertirse en conflictos políticos. Pero sobre todo, han revelado la ineficacia del área correspondiente en la Secretaría de Gobernación y sobre todo en la oficina encargada de supervisar los juegos y sorteos.
Este vacío de regulación ha permitido no sólo la proliferación de casas de juego y sorteos que han eludido la ley y que funcionan casi como casinos, sino también en la apertura de casas de juego con tráfico de permisos en litigio. La dirección general adjunta de juegos y sorteos de Gobernación tiene facultades para clausurar locales, “abiertos o cerrados, en que se realicen juegos prohibidos por las ley” y que carezcan de los permisos correspondientes, pero cada día aparecen nuevos negocios de juegos de azar.
En el próximo periodo de sesiones de la cámara va a reabrirse el tema de la apertura de casinos como una forma de contribuir a la dinamización del sector turístico. A pesar de las suspicacias, la industria de los juegos y las apuestas se aparece como una fórmula para consolidar el sector. Sin embargo, se requiere primero que se regularice el funcionamiento de esas empresas. Y para ello ha comenzado a circular en el ambiente legislativo la necesidad de crear una especie de comisión reguladora de los juegos y las apuestas.
El problema actual radica en la inseguridad jurídica. El traslado de los diferendos al poder judicial es producto de la ausencia de una política clara y de reglamentos específicos que involucren a los tres niveles de gobierno. Al final, se ha preferido la opacidad en el funcionamiento de casinos y palenques con casas de apuestas que escapan al control de las autoridades y que sólo han multiplicado los casos de corrupción gubernamental.
La falta de reglas claras ha llevado al tráfico de permisos. Un caso puede estallar pronto: el litigio en tribunales en la compraventa de acciones de la empresa Comercial de Juegos de la Frontera, S.A., Ahí se dio un esquema de doble venta de acciones, primero en el 2002 a Miguel del Río Liquidano y luego en 2003 a Inmobiliaria JRB, Tomás Tarín Pérez y Proyectos Inmobiliarios Atizapán. De por medio hay un documento con firmas falsificadas en el segundo contrato.
La falta de reglas claras ha enredado el caso. Un juez determinó que el contrato de Del Río tiene validez jurídica, pero dos magistrados han argumentado que el segundo contrato también es válido a pesar de la existencia de una firma falsificada. En medio del asunto hay un amparo que no ha sido cumplido. Varias oficinas judiciales han caído en constantes contradicciones dignas del poder judicial mexicano: magistrados del Tribunal Superior de Justicia del DF desconocieron el primer contrato a pesar de que el segundo reconoce expresamente la vigencia y validez del primero. Pero los socios de la inmobiliaria --Francisco Javier Rodríguez Borgio y Tomás Tarín Pérez-- han abierto centros de captación de apuestas Big Bola al amparo del permiso en litigio, sin que la autoridad gubernamental ponga coto a esta irregularidad.
Entre vacíos, falta de regulación y oficinas gubernamentales bastante pasivas ante la proliferación irregular de las casas de juego y apuestas, el sector de los juegos de azar ha ocupado espacios sociales y económicos importantes. La posibilidad de explotar esa rama del turismo podría aumentar no sólo el trabajo de jueces y magistrados, sino la multiplicación de litigios por la irregularidad en la que funcionan actualmente esos negocios.
Este caso toca la parte central de la actual legislación: las leyes señalan que sólo podrán “realizarse, operarse u organizarse juegos con apuestas y sorteos previo permiso por escrito expedido por la Secretaría de Gobernación. Y justamente el juicio de Comercial de Juegos de la Frontera tiene que ver sobre la validez del permiso otorgado por las autoridades. Por tanto, no se trata de un asunto entre particulares.
La ley federal de juegos y sorteos data de 1947 y apenas en el 2004 se aprobó el reglamento de la ley. Pero aún así, existen vacíos normativos que son aprovechados por empresas irregulares que operan a base de amparos o por algunos casinos disfrazados de juegos de destreza para eludir el concepto de azar. La autoridad tiene la obligación de atender estos problemas porque a la larga se convierten en espacios de abuso contra los consumidores.El perfil social y político del problema de las casas de juegos y apuestas no ha convencido a las autoridades. La intención de reciclar la propuesta turística de la apertura de casinos debe de ir precedida por la creación de organismos reguladores y una mayor atingencia en las oficinas existentes. Sin regulación, la industria de juegos de azar va íntimamente asociada con la criminalización y corrupción envolvente.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Indicador Político 16-diciembre-2009, miércoles

+ Comenzar por el principio
+ Desaparición del IFE, clave

Carlos Ramírez

Cuando España se enfrentó a la necesidad de transitar del sistema dictatorial de Francisco Franco a la democracia, el primer debate fue sobre el orden progresivo de los cambios. Y la primera decisión fue democratizar el proceso electoral.
La reforma política del presidente Calderón carecerá de bases reales si no comienza por el principio: la reforma a fondo del sistema electoral. El IFE ha demostrado su ineficacia como organismo político para realizar elecciones. De poco servirá intentar la profesionalización de legisladores, alcaldes y jefes delegacionales si los procesos electorales carecen de credibilidad o son manipulados por las estructuras de poder.
Por tanto, la reforma debe iniciarse con la desaparición del IFE como organismo conformado por consejeros ciudadanos y representantes de partidos y de congreso. La designación de consejeros se convirtió en un reparto del pastel entre partidos vía cuotas de poder. De ahí que el IFE responda a los intereses de los partidos y no de los ciudadanos.
La ley de la reforma política de la transición española es un documento breve que se basa en una tesis política elemental: regresarle el poder al ciudadano a través de elecciones libres. La esencia de la democracia se localiza, en consecuencia, en el derecho del ciudadano de poner o quitar gobernantes por la vía del voto libre y respetado. A pesar de la alternancia, todos los partidos políticos han pervertido la función del IFE y los institutos estatales han caído bajo el dominio político de los gobernadores.
El país necesita un organismo electoral autónomo de los poderes, con funcionarios profesionales que no busquen los reflectores y sin la presencia de los partidos ni legisladores en sus sesiones y menos en la designación de los funcionarios. La creación de la cédula de identidad ciudadana le quitaría al IFE el poder político del registro nacional de electores, porque al final de cuentas la identidad ciudadana debe sestar bajo control del gobierno y no de un instituto electoral.
La reforma política de Calderón va a depender que las elecciones sean realmente libres, creíbles y respetadas. El órgano electoral debe estar al margen de cualquier politización y partidización. La crítica social a los legisladores no se agotaba en el hecho de ser elegidos por un periodo de tres años y la posibilidad de la reelección luego de un periodo no ayudó a elevar la eficacia.
La creación de una casta de gobernantes por cuatro periodos de tres años --no más de doce años en total-- debe de tener antes una credibilidad mayor. El modelo Juanito que inventó López Obrador y que Marcelo Ebrard elevó a la categoría de tesis política --a ese nivel han caído los gobernantes y dirigentes-- obliga a atender prioritariamente el tema de la reforma electoral para sacar al órgano electoral de cualquier espacio de presencia política. Al final, una elección requiere de funcionarios que vigilen el voto. Las quejas sobre campañas deberían ser atendidas en otras ventanillas.
La reforma política no debe condenar a los ciudadanos a soportar legisladores de doce años. El argumento de que cada elección de tres serviría para calificar desempeño es falaz porque aún ahora podría hacerlo con los partidos que proponen los candidatos o los candidatos que repiten aspiraciones luego de un periodo. La propaganda, el control, corporativo y la manipulación electoral han dado al traste con la democracia mexicana.
La segunda vuelta electoral es un peligro para la democracia porque fortalecería el bipartidismo, cuando el país necesita de una mayor pluralidad. Podría funcionar mejor la construcción de coaliciones legislativas para sumar una mayoría porque entonces facilitaría el juego de corrientes e ideologías. Lo peor que le podría pasar al país sería un bipartidismo PRI-PAN, PRI-PRD o PAN-PRD.
La reforma política debe asentarse en la reforma integral del IFE. Mientras no exista un organismo electoral con credibilidad y verdadera independencia, no habrá elecciones libres en México. La dependencia del organismo electoral pasó del ejecutivo al legislativo y de ahí bajó a los partidos como cuotas de poder. Esta conformación permite que cualquier candidato derrotado simplemente decida aceptar o no los resultados oficiales. O, en el peor de los casos, que los institutos electorales estatales estén dominados por los gobernadores en turno.
La iniciativa de reforma política del presidente Calderón operará sobre la funcionalidad del legislativo, pero deja pendiente la reforma de la estructura electoral y ampliar la participación ciudadana. La reelección de alcaldes, legisladores y jefes delegacionales no garantiza una verdadera democracia porque la democracia no es el funcionamiento de las instituciones sino el derecho del ciudadano de elegir a sus gobernantes. A la larga, el IFE se ha convertido en una carga política y financiera para el país.
Lo más importante de todo es que se revalidó el concepto de reforma política. Pero debe tratarse de una reforma que sea la transición a un nuevo sistema político integral y no quedarse en curitas. Faltan la reforma del poder y la reforma del modelo de desarrollo.

Indicador Político 15-diciembre-2009, martes

+ PRI: destapes 2010 para 2012
+ Derrotas por peleas domésticas


Carlos Ramírez


De las doce elecciones para gobernador del año próximo, el PRI tiene el objetivo de mantener las que ya tiene y recuperar algunas de las perdidas. Sin embargo, pese a la tendencia electoral favorable, el PRI podría no pasar la prueba de los acuerdos internos y las rupturas habrían de debilitar su posición electoral para el 2012.
Hasta ahora, el alto mando priísta ya aprobó cuando menos cinco nominaciones: el ex diputado César Duarte para Chihuahua, Javier López Zavala para Puebla, el senador Carlos Lozano para Aguascalientes, el diputado Javier Duarte para Veracruz y el diputado Roberto Borge para Quintana Roo. La expectativa adicional radica en Aguascalientes y Tlaxcala, ahora en poder del PAN.
Uno de los problemas ya se abrió: Oaxaca. El gobernador Ulises Ruiz, que ha tenido una extraordinaria recuperación electoral en votaciones locales y federales y que logró superar la insurrección radical del 2006, va a lidiar con la incomodidad del ex gobernador José Murat, quien no quiere aceptar las reglas del juego de la política. Lo grave para el PRI es que Murat quiere llevar la elección de gobernador a tribunales.
Al final, la estrategia de Murat sería la de ayudar a la APPO y con ello beneficiar a la coalición lopezobradorista a favor del senador Gabino Cué, el Juanito oaxaqueño del tabasqueño. Ello implicaría una alianza política de Murat con su archienemigo el ex diputado panista Diódoro Carrasco, a quien Murat le quitó la facultad de poner a su sucesor porque Murat en 1997 amenazó con irse al PRD y Zedillo le entregó por dedazo la candidatura a gobernador. Hoy Murat quiere recuperar el poder político de su cacicazgo en Oaxaca y con ello fracturar al PRI. Sin embargo, el gobernador Ruiz parece dispuesto a no entrar a los juegos palaciegos de su antecesor.
En Sinaloa se va a dar una de las rupturas priístas más complicadas. El gobernador saliente Jesús Aguilar Padilla ha decidido por su compadre y socio Jesús Vizcarra, alcalde de Culiacán y metido en revelaciones que tienen que ver con ciertos capos del narcotráfico. Pero más allá de ello, el senador Malova --Mario López Valdez-- es el mejor posicionado y dispuesto a hacer valer su espacio político-electoral. Si se impone el dedazo del gobernador sinaloense, el PRI se dividirá y perderá las elecciones.
En Zacatecas, Michoacán y Tlaxcala, el PRI ha disminuido su presencia, aunque en Tlaxcala podría darse un reposicionamiento por razones de que la presidenta nacional del PRI, Beatriz Paredes, fue la gobernadora que perdió su sucesión y luego la gubernatura pasó al PRD y después al PAN. En 1998 Paredes fue designada por el entonces presidente Zedillo para desalentar las intenciones de Alfonso Sánchez Anaya de ser gobernador, fracasó y Sánchez Anaya ganó como candidato del PRD.
El PRI tiene dos problemas: el mecanismo de selección y, vinculado, la balcanización del partido. El uso de la convención de delegados le otorga al gobernador saliente la ventaja, pero muchos candidatos quieren consulta a la base. El conflicto viene desde tiempos de la reforma de Luis Donaldo Colosio. El PRI regresa al dedazo disfrazado de votación de delegados.
El otro problema radica en la consolidación de los virreinatos locales, que le funcionaron muy bien en los dos gobiernos presidenciales panistas aunque fortalecieron el poder de los gobernadores priístas. Sólo que la balcanización del PRI fue más allá de las relaciones locales con el gobierno federal panista y ahora los gobernadores priístas no quieren que el PRI nacional se involucre en las sucesiones locales.
Y el PRI nacional tendrá que decidir si permite esa balcanización que le dañe posiciones estatales con miras al 2012 o regresa a los tiempos del autoritarismo piramidal. Por lo pronto, hay intereses políticos en varias sucesiones locales por parte de los tres principales precandidatos presidenciales priístas: Enrique Peña Nieto, Manlio Fabio Beltrones y Beatriz Paredes.
La balcanización priísta fue una conquista de la alternancia partidista en la presidencia de la república. Y su mensaje fue muy claro en el 2006: varios gobernadores priístas prefirieron facilitar la victoria presidencial del candidato panista Felipe Calderón a permitir, decían sin rubores, el regreso del viejo presidencialismo piramidal y unipersonal para decidir sobre los estados. Roberto Madrazo fue visto por los gobernadores como un potencial presidente del viejo régimen: las decisiones en los estados habrían de regresar a Los Pinos.
El riesgo de fractura en el PRI sería uno de los principales problemas a resolver con miras al 2012, sobre todo porque los gobernadores salientes quisieran consolidarse como piezas clave del PRI en sus entidades y con ello capitalizar posiciones hacia el futuro. Varios futuros ex gobernadores quieren asegurar desde ahora curules en el Senado en el 2012, a cambio de apoyo a cualquiera de los precandidatos presidenciales priístas.
Al final de cuentas, la verdadera posibilidad de que el PRI regrese a Los Pinos no radica en la aportación de votos sino en evitar la balcanización del partido, sobre todo porque algunos líderes locales prefieren ver perder al PRI en sus entidades con tal de mantener sus posiciones de poder.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Indicador Político 14-diciembre-2009, lunes

+ Ebrard, el verdadero Juanito
+ Una señal para el PRD 2012

Carlos Ramírez

Al final de cuentas, la política pone a cada uno en su lugar. El verdadero Juanito de Andrés Manuel López Obrador no fue Rafael Acosta sino nada menos que Marcelo Ebrard. Como lo había ordenado el Caudillo, Clara Brugada fue entronizada como jefa delegacional sustituta en Iztapalapa.
Pero detrás del ejercicio patético, sin ética, burlón, circense y típico del estilo caciquil del PRI de Los Supermachos de Rius, la maniobra política de Ebrard y López Obrador se esconde una jugada política para el 2012: que Ebrard sea el candidato presidencial por su mejor posicionamiento en las encuestas, gane con el apoyo de López Obrador y luego decline para que el Congreso designe como presidente a… López Obrador.
En este escenario, el caso Juanito se ha convertido en un modelo político para permitirle a López Obrador ejercer la presidencia sin votos. Como su perfil político en la sociedad se ha derrumbado y es mucho más negativo que positivo, entonces se han definido esquemas paralelos para abrirle al tabasqueño el camino a la presidencia de la república.
López Obrador es todo un caso político: de haber estado colocado a finales de 2005 más de veinte puntos porcentuales arriba en las tendencias del voto presidencial y luego haberse derrumbado por su perfil autoritario y caciquil y perdido las elecciones por medio punto, López Obrador ya no pudo reposicionarse en el electorado no perredista.
Y ahí perfila el tabasqueño un espacio político singular, para decir lo menos: su tendencia del voto presidencial para el 2012 no llega al 20%, pero su liderazgo dentro del PRD es indiscutible como el perredista más popular entre su tropa. Y ante el capricho de López Obrador de ser presidente de a deveras --y ya no de caricatura como “legítimo”--, entonces el PRD y partidos aliados se encuentran en un dilema: cómo encumbrar a López Obrador en la presidencia pero sin pasar por unas elecciones que sin duda el tabasqueño las perdería.
Ahí surgió el modelo Juanito: ganar la posición sin pasar por las elecciones. En realidad, Juanito venció en las elecciones delegaciones por el apoyo de López Obrador. Lo mismo sería a nivel presidencial. Como candidato, López Obrador perdió el carisma popular. En cambio, Ebrard se ha colocado como el candidato mediático mejor posicionado del PRD. La clave de esta maniobra se localiza en la complicidad de Ebrard con López Obrador en el caso Iztapalapa.
Ebrard es un político pragmático, oportunista, acomodaticio. Carece de ideas políticas: lo mismo sirvió con eficiencia, pasión, lealtad y convicción a Carlos Salinas, con todo y el fraude electoral de 1988 que por cierto ayudó a operar, que militó en el Partido Verde, fracasó en crear el Partido de Centro y decidió declinar a favor de López Obrador en la lucha por la jefatura de gobierno del DF en el 2000.
Forjado en el PRI, cincelado a martillazos de concesiones ideológicas para contribuir a la modernización del PRI vía la liquidación del populismo que hoy revive a base de billetazos regalados, convencido del salinismo solidario que también hoy aplica en el GDF, Ebrard carece de una idea política central. Por eso su sobrevivencia política depende de su papel político al lado de López Obrador: para los que conocen la historia reciente, Ebrard es el Manuel Camacho de López Obrador, así como Camacho fue pieza clave de Salinas.
Ebrard ya sabe su lugar como segundo de López Obrador. Y como Juanito Acosta, ahora Juanito Ebrard ha aceptado el juego de poder como el intendente político de López Obrador en el gobierno del DF. Ebrard sabía los costos de la decisión. Pero al final de cuentas su propuesta de Clara Brugada como jefa delegacional sustituta fue la prueba que faltaba para entender que Ebrard no manda en el GDF, que el verdadero jefe de gobierno sigue siendo López Obrador y que así será en el 2012.
Lo que Ebrard parece no querer entender es que el estilo caciquil priísta de López Obrador se mueve en los escenarios piramidales de la política autoritaria. Había algunas salidas para el caso Iztapalapa, pero López Obrador aplicó la maniobra que dejara claro, sin lugar a dudas, quién es el jefe político del PRD, de la coalición PT-Convergencia-PRD y sobre todo quién manda. Al viejo estilo de Plutarco Elías Calles, el jefe de gobierno está en el antiguo Palacio del Ayuntamiento pero el que manda vive en otro lado. La imposición de Brugada fue una victoria personal del autoritarismo político del tabasqueño, aunque una patética derrota de Ebrard, del PRD y de la coalición auto denominada de izquierda.
Ahora ya se entiende la jugada de López Obrador para el 2012. Crear desde ahora a su Juanito que gane las elecciones, controlar al PRD por la vía del PT y sobre todo de un Manuel Camacho en papel de Luis L León. Si alguna prueba de lealtad necesitaba López Obrador de Ebrard, la obtuvo con la propuesta de Brugada como jefa delegacional sustituta. Eso sí, exhibió a un Ebrard sin ética, sin autoridad moral y pragmático. Todo por la ambición vulgar de tener el poder, sólo el poder y nada más que el poder.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Indicador Político 13-diciembre-2009, domingo

+ Suárez, tragedia de un político
+ Un día en el Museo del Prado

Carlos Ramírez

Tercera y última parte del cuaderno de viaje a España para indagar sobre la transición a la democracia:

Domingo 29 de noviembre, 2009.

El sábado trabajamos medio día. Nos fuimos a visitar la población de Cebreros, a una hora y media de Madrid, lugar de nacimiento de Adolfo Suárez. En realidad había poco que conocer. Se trata de una población de no más de cuatro mil habitantes. El motivo fue, en realidad, visitar el único museo de la transición española a la democracia que funciona como tal en toda España. Los españoles como que están agradecidos con Adolfo Suárez, pero su salida del gobierno fue desordenada y luego el PSOE trató de borrar los vestigios de la operación de la transición. Hoy Suárez vive encerrado en su casa y en su mente, afectado, como ya escribí antes, por un alzhéimer fulminante. El recordatorio del aniversario de la Constitución, a comienzos de diciembre, poco recordó de su principal operador y todo se orientó a los redactores --bautizados como los padres fundadores-- y al Rey Juan Carlos.
La extraña ausencia de Suárez del ambiente político es extraña pero obvia. No son conceptos excluyentes ni contradictorios. Extraña porque las referencias a la transición se agotan en el proceso mismo. Y obvia porque me quedó la impresión de que Suárez fue una especie de mal necesario. Suárez fue recibido con escepticismo e inclusive como un error estratégico del Rey Juan Carlos y lo vieron casi como la decisión del monarca de cumplir con la continuidad de Franco y el franquismo, al provenir Suárez de la posición de Ministro secretario del Movimiento nacional, la estructura de poder del franquismo. El operador del mecanismo para incorporar a Suárez en la terna de sucesores del defenestrado Carlos Arias Navarro fue el político monárquico Torcuato Fernández Miranda. Se ha hecho famosas aquellas palabras de Fernández Miranda, cuando logró meter a Suárez en la terna: “estoy en posibilidad de cumplir con lo que el Rey me ha pedido”. Dice el politólogo Josep Colomer que Fernández Miranda hizo malabares basado en la teoría de los juegos para armar una terna a satisfacción del Rey. Cuando estaban los primeros dos de la lista y faltaba el tercero, Fernández Miranda dijo que había que meter a alguien de la nueva vieja guardia para evitar críticas de los franquistas. Y dijo: “¿por qué no metemos a este chico que es ministro secretario?” Quienes participaban en la elaboración de la terna se miraron entre sí y aceptaron sin saber que se trataba precisamente del tapado del Rey Juan Carlos. Por su cuenta, Suárez negoció con los otros dos: el que llegara jalaba a los demás. Y así fue.
Suárez nació en Cebreros y ahí comenzó su carrera política. Fue un buen estudiante, se graduó con buenas calificaciones en derecho y desde muy joven participó en política en las juventudes franquistas. En uno de los escalafones conoció al entonces Príncipe Juan Carlos de Borbón e hicieron una buena amistad. Dice la leyenda urbana que Suárez habló de la necesidad de democratizar España. Inclusive, el biógrafo y amigo de Suárez, Abel Hernández, habla de la existencia de una “hoja de ruta” que le habría entregado Suárez a Juan Carlos y que luego Juan Carlos la sacaría de su escritorio el día que nombró a Suárez como presidente del gobierno. Pero nadie ha visto físicamente esos papeles.
Suárez salió de las entrañas del franquismo pero con la intención de democratizar a España. Se trató del Suárez de agosto de 1976 y la redacción de la ley de la reforma política a diciembre de 1978 con el referéndum de la Constitución. Luego vino el Suárez de la debacle: 1979 y 1980 cuando perdió el control de su partido y por el acoso del PSOE hasta llegar a la moción de censura, su renuncia en enero de 1981 y el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Luego hizo otro intento para fundar otro partido y fracasó. Derrotado, se retiró. Y ayudó al aislamiento el hecho de que Suárez no fue un intelectual o académico sino un hombre pragmático. Nunca escribió un libro sobre la transición. Si acaso, dio algunas entrevistas. Fue su amigo Abel Hernández quien trató de poner en orden los papeles, documentos y discursos de Suárez para trazar el itinerario político de la transición.
El museo de Suárez es modesto. Está ubicado en una vieja iglesia remodelada. Fui ahí con la sensación de que sería un buen museo, pero en realidad tiene poco de museo. Son gráficas del rumbo de la transición, algunas fotografías, pocos documentos. Se recorre en poco tiempo. Quizá en una medición lineal no alcance a cincuenta metros. Pero la atmósfera recuerda obviamente a Suárez. La familia de Suárez que aún vive en Cebreros ha donado algunas pertenencias, varias condecoraciones. Alguien obsequió dos curules del congreso. Hay un documental con entrevistas a los principales protagonistas. Y es todo. Hace falta, por cierto, el gran museo de la transición a la democracia. Pero por más que pregunté, nadie me supo dar una explicación del por qué de su inexistencia.
Afuera del museo, con la fachada a mis espaldas, grabé un comentario ante las cámaras para el documental. Recordé una frase que me había dicho José Francisco Ruiz Massieu un mes antes de que lo asesinaran, cuando hablamos de la transición mexicana y de nueva cuenta hicimos referencia a la transición española. Recordando entonces a Suárez y su perfil de político franquista, Ruiz Massieu me dijo. “las transiciones las hacen los dinosaurios”. Ruiz Massieu, a mediados de septiembre de 1994, quería saber en qué posición se podía hacer la transición mexicana: como jefe de la mayoría priísta en la Cámara o como secretario de Gobernación. La respuesta la sabía él mismo: Gobernación, como Suárez. Luego enumeré las cinco aportaciones de Suárez a la transición:
1.- Desmantelar el franquismo.
2.- Crear instituciones democráticas.
3.- Definir el modelo de monarquía parlamentaria.
4.- Legalizar a la izquierda.,
5.- Y conseguir un pacto constitucional.
La democracia española de Suárez fue lo suficientemente fuerte para resistir cuando menos tres pruebas:
1.- El Rey pasó a ser una figura de arbitraje.
2.- La democracia absorbió rápidamente el intento de golpe de Estado del 123 de febrero de 1981.
3.- Y España pasó sin problemas de un gobierno de centro-derecha a un socialismo de izquierda con el PSOE que había sido republicano.
La figura de Suárez es grande, pero con poca exposición pública. Se le sabe vivo, pero también ajeno a la realidad. El libro de Abel Hernández, Suárez y el Rey, se ha convertido en un éxito de ventas. La clase política tiene agradecimientos para Suárez, pero Suárez sigue realmente en el olvido social. A ello ha contribuido una queja que escuché varias veces aquí: su hijo, Adolfo Suárez Illana, ha aislado más a su padre y no aprueba libro alguno si no lo autoriza. Pero tampoco en las universidades se estudia a fondo la transición.
El modesto museo a Adolfo Suárez y la transición es un ejemplo de cómo los españoles, la clase política y la sociedad, tienen aún una deuda moral con Adolfo Suárez, el hombre que democratizó España y enterró el franquismo.



Domingo 29 de noviembre, 2009.

Domingo, día de descanso. Pasé unas cinco horas en el Museo del Prado. Hay un recorrido especial de cuando menos tres horas para conocer las cien obras maestras del museo. En desorden, comencé por donde tenía que comenzar: Las Meninas, de Velázquez. Para mí es el cuadro más importante del Museo del Prado, así como La Gioconda lo es para el Louvre de París. Estuve casi media hora viendo Las Meninas desde diferentes perspectivas. Me gustó mucho más que las Majas de Goya y hasta los de Rubens o de Rembrandt o Rafael. El de Velázquez es simplemente perfecto. Las Meninas tiene varias perspectivas: el frente total, las meninas, el bufón, el propio Velázquez dibujando, y el del jefe tapicero saliendo por la puerta. Fue pintado en 1656, cuatro años antes de su muerte, a la edad de 57 años. Le pusieron las meninas porque así se llamaba en portugués a las damas de honor. Destaca la perfección de los rostros, el manejo de las luces para definir espacios especiales, el papel de perspectiva del techo alto, la sala de trabajo del pintor por las obras que llenan las paredes.
Me deslumbró El jardín de las delicias, de El Bosco, por sus trazos circulares, su exuberancia y sobre todo sus tonos pastel fuertes. El autorretrato de Durero es fenomenal por la picardía de sus ojos, aunque sigo admirando El Caballero y la Muerte que está en otro museo. Deslumbrante y conmovedor el ángel de Messina por el sufrimiento de los rostros. De Rafael basta El Cardenal, un retrato único, quizá a la altura de El caballero con la mano en el pecho, de El Greco. El Lavatorio, de Tintoretto, no tiene comparación: la humildad de Jesús es conmovedora al lavarle los pies a sus apóstoles.
Goya es extraño, al menos para mí. Sus dibujos y colores son perfectos, pero sus rostros chocan con la unidad de las demás escenas. Son como máscaras. Por eso quizá sus Majas no alcanzan a meterse en el ánimo. Dicen que hubo de falsificar los rostros pero los dejó a propósito como máscaras. Y luego uno recuerda su serie negra, sobre todo el choque de Saturno devorando a un hijo o los rostros de sufrimiento de Los fusilamientos en la montaña de Príncipe Pío. Los rostros de La familia de Carlos IV son de una realidad que confunde a veces con la caricatura, no por la sencillez sino por la profundidad de los gestos: ojos saltones, mejillas artificiales, sonrisas oblicuas, el horror en Aquelarre.
De El Greco, su magistral El caballero de la mano en el pecho. Los brazos de la mano son perfectos, casi vivos, con vida propia. Y el rostro afilado del caballero, serio hasta la inmovilidad, con una barba muy a la española. Hay un retablo, de Juan Rodríguez de Toledo, que agobia por su belleza en oro: veinte figuras, con la crucifixión al centro. Y el retrato Santo Domingo de Silo entronizado, de Bartolomé Bermejo, una figura señera, vestido en oro, con un retablo de oro, con un amarillo que multiplica la luz, y las líneas que dibujan la capa del obispo y las figuras que lo rodean, una escena magistral.
En fin, un día inolvidable. Nada mejor para recargar baterías que un día en el Museo del Prado, de Madrid.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Indicador Político 11-diciembre-2009, viernes

+ AN1H1: ensayo sobre la ceguera
+ Periodismo, espejo de sociedad

Carlos Ramírez

Como siempre ocurre, los problemas de salud se convierten en el detonador más cruel de las crisis en las relaciones sociales, políticas y humanas. La epidemia de influenza de abril pasado reveló incapacidades oficiales y también correcciones urgentes, pero faltaba conocer la versión de los afectados. La enfermedad es el factor desequilibrador de la estabilidad del alma.
En su libro Queremos hablar. Las voces de la influenza, el trabajo de reportero de Rogelio Cárdenas Sarmiento hizo aflorar el sentir de la sociedad y en el caso de la influenza desnudó la parte social de la epidemia: el infierno los enfermos ante una doble conflicto la enfermedad y la falta de atención y comprensión. Y peor aún, Rogelio logró probar la ineficacia de la política de salud pública como política de bienestar social.
La nueva realidad social de la crisis y la alternancia partidista en la presidencia de la república han obligado a replantear la metodología del análisis político y social a partir de que se trata de un nuevo marco de referencia: transitar del modelo paternalista y populista al del verdadero Estado de bienestar que reconoce la autonomía de la sociedad. Ya no se trata de una sociedad pasiva sino ahora exigente de derechos. Este escenario logra ser reflejado en el libro de Rogelio.
El libro Queremos hablar es de los pocos trabajos que logra llegar a la esencia humana, conmovedora, de un conflicto de salud que trastocó la estabilidad emocional de la sociedad presa del pánico. Sin militancias pero con apasionamientos, sin parcialidades pero con denuncias, sin involucramientos pero con sensibilidad, Rogelio consiguió retratar el lado oscuro de la epidemia de influenza que afectó al país: el sentimiento de los afectados, de los enfermos, el miedo de quienes perdieron las certezas con la enfermedad, el lado humano, y las limitaciones del sector salud oficial.
El objetivo de Rogelio se cumplió: su trabajo comenzó por nada más darle voz a los afectados por la influenza y terminó con un libro que recogió el grito silencioso de una sociedad apática, irritada y hasta gritona. Asimismo, autocrítico, el reportero Cárdenas Estandía pudo constatar que los medios de comunicación, a pesar de ser eco del conflicto, en realidad no estuvieron a la altura del desafío social:
“Amarillistas, muchos medios de comunicación tergiversaron las cosas, privilegiando el lado escandaloso o morboso de la epidemia, sin sustento real o científico. Hicieron de los testimonios un espectáculo mediático. Ello contribuyó a general especulación y alarma entre los habitantes de la gran urbe, quienes desde el viernes (día en que estalló el pánico social) trataron de no salir de sus casas, temerosos del contagio”.
El reportero Cárdenas Estandía no sólo pudo recoger el tono de las quejas de los afectados, sino logró transmitir el sentimiento de abandono, de incomprensión y de soledad de los infectados. No se trataba de una epidemia malvada, sino de una gripe radical que requería atención. Quedan los testimonios de las insuficiencias del sector salud, pero Rogelio también revela el viejo estilo del gobierno de cerrarse a la democratización de la información como una forma de suponer que sólo así se podía contribuir a vencer la infección: el ISSSTE fue tapiado a la observación social.
El libro de Rogelio tiene un prólogo significativo de José Saramago, cuya novela Ensayo sobre la ceguera trata de una infección de pérdida de la vista que afectó a un núcleo social y que llevó al deterioro de los lazos indispensables de una sociedad dominada por el miedo. Pero es también el Saramago de Intermitencias de la muerte que pudo reflejar la relación dialéctica inevitable entre la vida y la muerte. Y el Saramago de Ensayo sobre la lucidez, en la cual la sociedad decide decir no a la realidad incomprensible que lo rodea.
México no ha podido hasta ahora asumir el caso de la influenza como una metáfora al estilo Susan Sontag, cuyo cáncer le hizo cambiar la perspectiva de la vida y no de la muerte. Y el libro de Rogelio recuerda, sobre todo, ese gran reportaje de Daniel Defoe, Diario de la peste, donde el periodismo consiguió reflejar el miedo de la sociedad a lo desconocido. Y qué decir de La peste, de Albert Camus, más filosófica pero no menos realista sobre las contradicciones de una sociedad ante una epidemia. O al reciente Jean-Paul Sartre, cuyo guión Tifus, explora el lado amargo de las relaciones sociales ante lo desconocido de la una epidemia. Y hay vínculos con El año de la guerra del cerdo, de Adolfo Bioy Casares, donde no hay una epidemia pero la liquidación de ancianos enfrenta a la sociedad ante la destrucción social masiva reveladora de una limpieza étnica.
Las voces que recoge Rogelio en su libro son de denuncia, pero conmovedoras en la referencia al entorno social hostil, reveladoras de la falta de tejido social ante la incertidumbre saramagiana, exigentes de atención y, sobre todo, denunciadoras de que las epidemias no necesitan nada más de atención médica, sino de una nueva sensibilidad social.El libro de Rogelio --edición de autor, con donación de los derechos de venta-- cumplió la misión de Stendhal: ser el espejo que logra reflejar el lado oscuro de la sociedad.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Indicador Político Jueves 10-diciembre-2009.

+ Fraudes contra Conaliteg
+ Prida: mentiras y libelos

Carlos Ramírez

Al viejo estilo de los tiempos del PRI, la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito ha regresado a los contratos editoriales a cambio de favores políticos para el partido en el poder. La candidatura a gobernador del senador panista Rafael Moreno Valle en Puebla pasó por contratos de la Conaliteg a empresas editoriales poblanas inhabilitadas pero por relaciones de poder de la cacique del sindicato de maestros, Elba Esther Gordillo.
El editor poblano Armando Prida Huerta ha convertido su Fundación para la Libertad de Expresión en cuartel de campaña del senador panista Moreno Valle, candidato de Gordillo a la gubernatura poblana. Pero resulta que Prida Huerta sí fue acusado ante la PGR en noviembre del 2006 por el apoderado legal de la Comisión por precios inflados y un daño patrimonial por más de mil 300 millones de pesos. El texto íntegro de la denuncia se localiza en el sitio http://www.grupotransicion.com.mx/.
El caso judicial del editor Prida Huerta ha sido desviado por una larga cadena de mentiras y maquinaciones. Por ejemplo, Prida alentó y financió la publicación de dos libros contra el anterior director Jorge Velasco y Félix y también apadrinó el libro Prensa negra para atacar al columnista Mario Alberto Mejía con documentos que hoy se prueba que son falsos.
La larga lista de mentiras de Prida Huerta tiene que ver con el papel del editor poblano en maniobras de corrupción que dañaron el patrimonio de la Conaliteg y su alianza con Gordillo. El estilo de Prida Huerta acude siempre a la amenaza contra el ejercicio de la denuncia y la crítica periodísticas:
--Inserta cartas con firmas sin autorización para auto apoyarse. En una de ellas, en Proceso, lo desmintieron Elías Huerta y Guillermo Ayala. Luego organizó otra carta de apoyo a Ernesto Villanueva para la CDHDF e insertó a la Fundación Manuel Buendía, y ésta también lo desmintió.
--Organizó una campaña contra trece funcionarios de la Conaliteg que se opusieron a sus negocios y perdió el caso en la Suprema Corte. Eso sí, siete de los perseguidos perdieron sus empleos.
--Empujó al periodista José Martínez Mendoza a una denuncia de amenazas ante Derechos Humanos y puso como testigo a Salvador Corro, de Proceso, pero éste desmintió el asunto y tachó de falsario al denunciante.
-- El 14 de agosto de 2002 la periodista Anabel Hernández, en El Universal, denunció que el Instituto Nacional de Educación para Adultos otorgó a una empresa de Prida Huerta --que estaba inhabilitada por cuatro años por la Secretaría de la Contraloría--- un contrato por 33 millones de pesos. De acuerdo a los cálculos, el valor real de los libros era de 15 millones.
--La Conaliteg hizo pagos por 700 millones de pesos a las empresas de Prida Huerta que se encontraban en suspensión de pagos.
--La inhabilitación de la empresa Encuadernaciones de Oriente fue decidida por entregar información falsa y suspendida por cuatro años y condenada a pagar 1.3 millones de pesos en abril de 2002.
--El 2 de mayo de 2002, el presidente de la Cámara Nacional de las Artes Gráficas, José Luis Zamora, felicitó al entonces secretario de la Contraloría por la “transparencia con la que se ha manejado la inhabilitación de la empresa Encuadernaciones de Oriente… y mediante esto evitar situaciones que a todas luces dañaban la imagen de la industria editorial… al darle trabajo a una planta (Magnograf) que está en suspensión de pagos desde hace siete años”.
--Prida cometió falsedad en declaraciones a una autoridad judicial al afirmar en 2008, en el juicio contra funcionarios de la Conaliteg, que la inhabilitación de su empresa estaba “sub judice” --en proceso--, sino que ya estaba en sentencia firme y ejecutada.
--Un funcionario de la Conaliteg reveló el 9 de agosto de 2002 las trampas de Prida Huerta para eludir la inhabilitación de su empresa Encuadernaciones de Oriente: “rentó” en 500 mil pesos a una empresa a nombre de sus hijos toda la infraestructura --maquinaria, edificios, equipo, vehículos, personal e instalaciones-- valuada en 30 millones de dólares. Conaliteg desechó la nueva empresa.
--A pesar de la inhabilitación, las empresas de Prida Huerta siguieron teniendo contratos de la Conaliteg, violando el artículo 50 fracción VI de la Ley de Adquisiciones. El estudio de las violaciones a las Bases de Licitación, así como dictaminar y certificar cientos de documentos llevaron al abogado Gómez Castillo y a los peritos a documentar el daño patrimonial al Estado Mexicano por mil 309 millones de pesos. Fueron más de 200 hojas tamaño oficio y cerca de once cajas de archivo que se presentaron en la PGR en las que se precisa que Prida a través de sus empresas cometió ese enorme daño patrimonial al Estado.--Los negocios de Prida a costa del erario fueron en el sexenio de Zedillo, de 1994 a 200. En las direcciones de Antonio Meza y Humberto Blanco Garrido, la Conaliteg, en tan sólo dos meses (enero y febrero de 2001), pagaron y/o comprometieron el 75% del presupuesto de todo el año 2001; a Prida le autorizaron casi 240 millones a precios al doble de lo que se pagó por el mismo trabajo en el año 2002.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Indicador Político miércoles 9-diciembre-2009.

+ SME: chantaje como estrategia
+ Ingenuidad o ardid de Notables

Carlos Ramírez

La principal jugada de Martín Esparza con su Grupo de Notables radica en la intención de usar a figuras políticas y educativas para revertir el decreto de extinción de la empresa Compañía de Luz y Fuerza del Centro y lograr victoria del SME sobre el gobierno del presidente Calderón.
Para conseguir ese objetivo, el principal operador político de Esparza y el SME, el senador y precandidato presidencial perredista Carlos Navarrete, se ha auto denominado vocero de los Notables para asustar con el desbordamiento del conflicto. Pero en realidad, el conflicto se reduce a marchas, agresiones contra la ciudad y acoso violento contra medios de comunicación críticos al ex sindicato de electricistas.
Lo que los Notables no han tomado en cuenta son tres puntos decisivos:
1.- La extinción de CLYFC fue decidida después de una amenaza de huelga del SME ante la decisión legal de las autoridades laborales de negarle la toma de nota a Martín Esparza por el fraude electoral que realizó en las elecciones sindicales de mediados de año. El fraude estuvo más que probado. Y la UNAM, el IPN y el Senado avalarían ese fraude al apuntalar a Esparza.
2.- La intención de Esparza radica en la contratación en bloque de menos de la mitad de trabajadores que no cobraron su liquidación para conformar una sección sindical o mantener las siglas del SME. Es decir, los Notables avalarían la corrupción de Esparza en el SME, la venta de plazas, el tráfico de cuotas y los liderazgos gangsteriles.
3.- Los Notables, además, legalizarían la movilización al margen de las leyes e instituciones y convertirían la calle en el factor real de poder en un país que quiere revalidar el, papel de las instituciones. Es decir, que de entonces en adelante bastará la presión en las calles para imponerle al gobierno y al Estado las decisiones de las masas. Se trataría de restaurar el modelo perredista de la presión popular a mano alzada o el modelo priísta de la cooptación para evitar las protestas.
El trasfondo real de la lucha de Esparza es evitar su fracaso como líder sindical e impedir la desaparición del SME. En su gestión como secretario del sindicato, Esparza echó a la basura toda la tradición política de lucha y credibilidad del SME. El fraude electoral de mediados de año manchó la tradición democrática del SME.
Por tanto, la lucha de Esparza no es por ideas sino por evitar la desaparición del sindicato por errores en su conducción, evidencias de fraude y acusaciones internas de corrupción. Esparza cometió un error que se convirtió en la bola de nieve que llevó a la desaparición de CLYFC: la negativa de la toma de nota por irregularidades electorales. De haber aceptado el dictamen oficial y realizado nuevas elecciones, la liquidación de la empresa no se hubiera dado. Pero en lugar de ello, Esparza tomó el camino de tratar de imponer por la fuerza del conflicto callejero y las presiones violentas el reconocimiento a las elecciones de mediados de año.
La salida por el carril del Grupo de Notables busca crear una instancia de presión gubernamental articulando el Senado y los dos centros públicos educativos más importantes del DF. Más que una comisión de mediación basado sólo en la personalidad de sus miembros, el Grupo de Notables haría uso de la fuerza política de sus representaciones para imponer la agenda del SME de revertir el decreto de liquidación de CLYFC u obligar al gobierno federal a la contratación colectiva para mantener vivo al SME y con ello dejar en la práctica las cosas como estaban antes del decreto.
La utilización de los Notables por el SME forma parte de una estrategia de lucha y de confrontación, no una verdadera negociación en la que las partes ceden. El SME sabe que el único camino de presión real es la escalada de movilización y violencia callejera. Por ello uno de los ex dirigentes del SME, Fernando Amezcua, dejó entrever la jugada sindical: “no apostamos todo a la mediación”. Es decir, la mediación será una forma de presión y no de negociación porque al final los ex dirigentes del sindicato electricista capitalino van en la calle por el todo o nada. De ahí que la mediación sea sólo un mecanismo de imposición de una agenda sindical.
En el fondo, el tema central debe girar en torno al fraude electoral realizado por Esparza para mantener el control del SME con menos de 400 votos de diferencia con la planilla perdedora. Antes que el sentimiento anti sindicalista del gobierno calderonista se encuentran más bien los vicios del fraude electoral de Esparza. En realidad Esparza le debe a sus agremiados una explicación de cómo el fraude en las elecciones sindicales internas llevó al SME a la debacle y a la desaparición de Luz y Fuerza.
Asimismo, el Grupo de Notables debería pedirle a Esparza, también antes de ejercer como comisión de medicación, las pruebas legales y electorales que acrediten su representatividad como dirigente del SME. Si no, entonces los Notables sólo estarían avalando el fraude electoral de Esparza a mediados de año.

martes, 8 de diciembre de 2009

Indicador Político martes 8-diciembre-09.

+ Reforma o transición, dilema
+ Transición española, ejemplo


Carlos Ramírez


Cuando la transición española estaba a punto de naufragar por la crisis económica, el presidente Adolfo Suárez delineó los Pactos de la Moncloa como el acuerdo de control de la inestabilidad y de definición de un nuevo modelo de desarrollo. Lo interesante del asunto fue que todos los sectores lo suscribieron, a pesar de que iba contra sus principios e intereses.
Los poderosos sindicatos socialistas y comunistas aceptaron la moderación salarial, los empresarios aprobaron una política fiscal contra la riqueza y el fin del secreto bancario y el Estado creó una estructura estatal con supervisión social. España pudo salir de la crisis y de paso construir un sistema político sólido y de consenso que ha resistido los embates republicanos, las crisis monárquicas, las tentaciones separatistas y las crisis económicas.
México se encuentra en un punto parecido al español de 1976-1978: la alternancia partidista mexicana del 2000 no ha podido derivar en una estructura nacional para el desarrollo y la democracia y los diferentes grupos de poder se niegan a aceptar que una transición representa ante todo una redistribución del poder.
Las diferentes expresiones de la crisis están lejos de una interpretación que se acredite a debilidades presidenciales y más cerca de la necesidad de pactar una redistribución del poder. Por tanto, la corresponsabilidad de la crisis involucra a sectores, poderes, partidos, grupos de presión y corrientes enfrentadas consigo mismas.
Las diferentes expresiones de la crisis reflejan la disfuncionalidad del viejo sistema: SME, Juanito, el autoritarismo legislativo, la crisis económica con PIB menguado, el aumento del desempleo, el crecimiento de la pobreza, la inseguridad y las quejas ciudadanas, la crisis de organización de los partidos, los caudillismos que alimentan la crisis y… las que se acumulen en la semana.
En medio de estas crisis dentro de la crisis prevalece el criterio de que el sistema político priísta vigente ya no puede administrar la redistribución del poder y que las exigencias de la sociedad son mayores a la capacidad de modernización de las instituciones --Huntington dixit-- y por tanto el país carece de canales de encauzamiento de las demandas ciudadanas.
El error metodológico ante la crisis radica en darle preeminencia a las expresiones de la crisis y no a sus causas. La alternancia, por tanto, ha derivado en un desencanto y en el mensaje de las encuestas de que el PRI ya ganó las elecciones presidenciales del 2012. Pero lo peor de todo es que difícilmente el PRI podría acreditar en las urnas la tendencia de las encuestas si antes no deja entrever la reforma del sistema político.
Los escenarios del presente prefiguran una crisis en la transición y un agotamiento de la alternancia, con indicios de restauración del viejo orden… borbónico priísta. La crisis de México no es de coyuntura sino de acuerdo nacional. Hay cuando menos cinco perfiles:
1.- No se trata de la necesidad de simples reformas sino transitar a un nuevo sistema político. El actual sistema político --fundado sobre un partido hegemónico mayoritario y una presidencia de la república autoritaria-- ya no funciona. Se trata de crear otro sistema político porque los parches no harían funcional el actual.
2.- La iniciativa global de reforma debe ser del presidente de la república como la autoridad superior, la operación política a cargo del secretario de Gobernación y los acuerdos en el congreso con todas las fuerzas representadas vía las elecciones.
3.- La reforma política debe ser el pivote. Las adecuaciones del pasado ya cumplieron sus funciones: la reforma de 1977 buscó solamente la legalización del Partido Comunista Mexicano que no dejaba gobernar al PRI y la reforma de 1994 apuntó a la reforma oblicua del sistema electoral con la ciudadanización del Instituto Federal Electoral, pero sin reformar la esencia de la estructura electoral: un poder autónomo sin la presencia de partidos. Esa reforma política se le debe a la democratización del sistema.
4.- La crisis económica no es de instrumentos o de decisiones sino de modelo de desarrollo y del agotamiento de laos tres pilares de la economía: el pacto constitucional, la economía mixta y el Estado de bienestar.
5.- Lo que queda es aprovechar las muchas propuestas que existen para la reforma estructural de la política, la economía y el bienestar. Casi todos han hecho sus propuestas: el presidente Calderón, el senador Manlio Fabio Beltrones, el PRI, el PRD, Cuauhtémoc Cárdenas, la UNAM, los empresarios, intelectuales y organismos internacionales. Sólo falta negociar el modelo que asuma todas las propuestas. Y, desde luego, el cómo: los acuerdos de transición política y económica y el nuevo pacto constitucional.
Al final de cuentas, a todos les conviene la transición hacia un nuevo sistema político, un nuevo modelo de desarrollo, un más eficaz pacto constitucional y un nuevo Estado: el PRD para lavarse la cara de su presente caótico, a López Obrador para el borrón y cuenta nueva, al PRI para contribuir a un nuevo sistema político que lo obligue a abandonar la restauración y al PAN para cumplir con su tarea de partido de la alternancia.
Sólo falta que quieran. España quiso, pudo y salió ganando.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Indicador Político lunes 7-diciembre-09.

+ SME, notables y el PRI 2012
+ ¿Sigue el proyecto Futura?

Carlos Ramírez

La marcha sobre el Distrito Federal realizada por el Sindicato Mexicano de Electricistas el viernes pasado aparece enmarcada con el Proyecto Futura de un grupo de élites mexicanas para obligar al gobierno del presidente Calderón a ceder el espacio de poder y de decisiones. El SME podría definir otra zona de ventaja para el PRI-2012.
Hay cuando menos cinco puntos delicados:
1.- La creación de un grupo de Notables para negociar en nombre del SME con el gobierno, pero como una estructura paralela muy al estilo PRI-PRD. Este grupo estaría en el escenario del Proyecto Futura que las élites organizaron contra el gobierno de Calderón.
2.- La estructura paralela de negociación política bajo presión forma parte de la estrategia lopezobradorista de mandar al diablo las instituciones.
3.- El SME legalmente no existe y es un grupo de presión que quiere contrataciones en bloque para crear una sección sindical dentro del Sindicato de la CFE. Además, está probado que es un sindicato corroído por la corrupción, la ineficiencia y el tráfico de cuotas. Y para colmo, ha sido más que probado que Martín Esparza aplicó un escandaloso fraude electoral para hacerse del control del sindicato con menos de 500 votos de diferencia.
4.- La creación de un modelo político y económico paralelo al del gobierno, con el PRD, Cuauhtémoc Cárdenas, Rolando Cordera, Carlos Salinas, la UNAM y el PRI, como una forma de desplazar al presidente Calderón del sistema constitucional de toma de decisiones.
5.- La marcha sobre el DF emula la Marcha sobre Roma de Benito Mussolini en octubre de 1922, ahorcando la capital de Italia. El Rey Victor Manuel se vio obligado a nombrar a Mussolini como primer ministro. ¿Quién del Proyecto Futura en México ya fue designado jefe de gobierno?
De todos los datos, el más importante radica en la creación de un Grupo de Notables como instancia paralela a las instituciones para la negociación de un asunto que se está ventilando en las leyes e instancias legales. Si la Junta de Conciliación ya probó que Esparza es un líder que hizo un fraude electoral y fracasó la huelga general, ahora el Grupo de Notables se aparece como el gestor político de la dirección fraudulenta, corrupta e ilegal de Esparza.
Pero en el fondo hay un trasfondo más complicado. Uno de los Notables, el director saliente del Instituto Politécnico Nacional, Enrique Villa, condicionó su participación a la aceptación por parte del gobierno de la instancia de negociación. Al final, el Grupo de Notables sería una caricatura de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) que Zedillo creó por ley para auxiliar en la negociación de la paz en Chiapas. Si la Cocopa marcó una pluralidad legislativa, el Grupo de Notables es… de élites de poder que quiere desplazar del gobierno a Calderón.
Otro de los Notables es el rector de la UNAM, el ex priísta y alto funcionario salinista José Narro, quien ha entrado en un espacio de posicionamiento mediático mientras la UNAM deteriora su calidad educativa y su funcionamiento laboral. Narro ha medito a la UNAM en una zona de conflicto contra el gobierno. Y es lógico: la UNAM ha sido históricamente la creadora de cuadros del PRI. Y hoy gobierna el PAN.
El senador Manlio Fabio Beltrones, también en el Grupo de Notables, tiene bastante experiencia que aportar. Podría ayudar, por ejemplo, a atemperar el calor subido de la confrontación con su experiencia como operador de Carlos Salinas en la liquidación de Joaquín Hernández Galicia La Quina y Carlos Jongitud Barrios, para neutralizar a dos líderes adversos al gobierno y entregar el sindicato petroleros a dirigencias marcadas por la corrupción y el de maestros a la cacique Elba Esther Gordillo. Esos datos serían invaluables al gobierno de Calderón para lidiar con Esparza.
Y el senador perredista Carlos Navarrete, en la Comisión de Notables, parece decidido a incorporar el conflicto del SME al PRD-PT y sumarlo a su campaña ya anunciada como precandidato perredista a la presidencia de la república para el 2012. Al final, el control de López Obrador del conflicto del SME tendrá que ser compartido con el PRD porque el PT carece de espacio, fuerza y credibilidad legislativa. Navarrete tendrá que trabajar para mantener vivo el conflicto y luego capitalizarlo en su precampaña preelectoral.
El SME, por su parte, está en lo suyo: la ruptura. Por un lado sigue los caminos legales del conflicto, pero ya comprendió que la vía callejera, con el aval de Marcelo Ebrard como asesor político del sindicato y jefe de gobierno capitalino pasivo ante el caos vial provocado por las marchas, puede darle espacios de imposición. Por eso el SME inventó --sin duda una recomendación que tiene el tinte de provocación de Ebrard-- al Grupo de Notables como una forma de paralizar a las instituciones legales y crear un espacio de negociación paralelo a las leyes. El SME será el instrumento para restaurar el Estado priísta paternalista, con el PRD y la UNAM.
Pero las marchas del SME tiene un tinte mussoliniano y rescatado por el Proyecto Futura: obligar al gobierno a designar a otro jefe político. Lo dijo en 1922 Mussolini:”yo os digo con toda solemnidad que el momento requiere: o nos entregan el gobierno o iremos nosotros a Roma para conquistarlo”.

Indicador Político domingo 6-diciembre-09.

+ Suárez y el golpe del 23F-1981
+ La prensa puso agenda polítca

Carlos Ramírez

Segunda parte de los apuntes del viaje a España en busca de las pistas de la transición democrática española.

Viernes 27 de noviembre, 2009.

No se trata de una situación especial o de un tiempo histórico. Una de las cuestiones que la transición democrática 1976-1978 no dejó resuelta fue el de la lucha por el poder. La transición constituyó un consenso político para crear nuevas reglas del juego, pero no pudo controlar o reglamentar la voluntad democrática. En marzo de 1980 el PSOE --que había regateado el apoyo a Suárez, había sido reacio a firmar los Pactos de la Moncloa y había abandonado a su suerte al Partido Comunista de España sin apoyarlo en su legalización-- promovió una moción de censura contra Suárez. El procedimiento parlamentario estaba reglamentado. Pero la estrategia del PSOE fue la de darle un golpe político a Suárez, aprovechando el clima de inestabilidad social, de incertidumbre militar y de fractura dentro de la Unión de Centro Democrático. Felipe González, líder del PSOE, vio la rendija para apresurar el proceso político y llegar a la presidencia del gobierno. La estrategia falló, España entró en un mar de rumores de golpes de Estado y terminó la fase con la invasión del teniente coronel Tejero en la sede del Congreso para pedir un gobierno de salvación nacional encabezado por un militar. Luego vino el gobierno breve de Leopoldo Calvo Sotelo y el desmoronamiento de la UCD. Y finalmente las elecciones de octubre de 1982 con la victoria aplastante del PSOE, la alternancia hacia la izquierda y el largo periodo de gobierno socialista de catorce años. A regañadientes, González dejó el poder. Ganó el Partido Popular y José María Aznar gobernó por decisión propia sólo dos periodos de cuatro años. En el 2004 volvió a ganar el PSOE y se reeligió apenas en el 2008.
El consenso básico de la transición fue el del ejercicio del poder por mandato de las urnas. La ley de la reforma política le regresó al pueblo, vía el voto, el derecho de poner y quitar gobernantes, sobre todo con una Corona sin límite de vigencia pero también sin ejercicio del poder. A diferencia de la decisión de Aznar de limitar su gobierno a dos periodos como una forma de despersonalizar el poder, España ha padecido el síndrome del necesariato, es decir, la consideración de que una persona es necesaria --indispensable--, al margen de las realidades democráticas.
Los consensos de la transición fueron tres: la alternancia, los acuerdos y las leyes. Ahora España se encuentra en una zona de incertidumbre: el PSOE ha hecho todo por evitar la pérdida del poder, con una mayoría mínima ha tratado de sacar acuerdos que requieren de una mayoría mucho más amplia y ha dejado que el país entre en un debate desgastante sobre el Estatuto de Cataluña que podría romper con el Pacto constitucional de 1978. Los temas-fractura son delicados: la ley de economía sustentable que debe replantear el acuerdo productivo de los Pactos de la Moncloa de 1977, la ley para llegar al aborto libre en una sociedad religiosa, el Estatuto catalán y debates como el del barco Alakrana que fue tomado por piratas y el gobierno permitió el pago de rescate pero involucrando el limitado papel de las fuerzas armadas en temas de seguridad nacional.
Los debates en el parlamento han sido agresivos, rupturistas. Pero en el fondo, la relación consenso-alternancia se encuentra en la mesa de las discusiones. Los temas han comenzado a polarizar a la sociedad española: el aborto, el Estatuto Catalán y la crisis han tensado los acuerdos de los consensos básicos. Los partidos ya no negocian sino quieren imponer o reventar decisiones. Las decisiones se sacan no por convencimiento y negociación sino por alianzas partidistas. El caso del Estatuto catalán es el más serio porque involucraría uno de los aspectos más delicados que la transición cuando menos estabilizó pero no contribuyó a solucionar: el tema de las autonomías regionales, con la amenaza de la balcanización. Suárez logró encontrar el espacio de integración con respeto a culturas, pero el sentimiento separatista sigue corroyendo las bases del consenso fundamental de una nación única e integradora. Ayer doce periódicos de Cataluña publicaron un editorial conjunto sobre el asunto: el Tribunal Constitucional recibió objeciones del Partido Popular y tiene que pronunciarse sobre la constitucionalidad de ciertos contenidos del Estatuto. El PSOE quiere que las cosas sigan igual, el PP considera que Cataluña se enfila a la separación y el Tribunal Constitucional va a decidir en función de la Constitución de 1978.
En medio de este contexto, las crisis de gobierno y de ejercicio del poder parecen haber declarado ya el fin del consenso de la transición de 1976-1978. Para algunos, era lógico por la evolución de la sociedad y el fortalecimiento de los partidos políticos. Pero para otros, el asunto es más grave: la fractura política ha estado en el fondo de los problemas de integración social y política. Y el clima podría enrarecerse más con la intención de revivir el asunto de la guerra civil por la ley de la memoria histórica, la revisión de esa ruptura interna y la decisión socialista de dar un paso más hacia la liquidación de todo lo que aún mantiene alguna relación con Franco. Y a ello se ha unido el hecho de que la monarquía no atraviesa por su mejor momento de legitimidad social, luego de que su valor --diría Santiago Carrillo-- se basó en el hecho de que el Rey Juan Carlos I era la bisagra de la transición y la democracia.
El debate escondido radica en saber si España es lo suficientemente madura para enfrentar temas de discusión que promueven la ruptura social --como el aborto o el Estatuto catalán-- o si los partidos están sobretensando la viabilidad de la democracia. Lo único claro que tienen en España es que el ejército ya se profesionalizó, no va a intervenir en conflictos internos y la disputa tendrá que ser política y sobre todo parlamentaria. España, ciertamente, necesita modernizar algunos de los acuerdos, un nuevo modelo de desarrollo y atender los pasivos sociales como el aborto. Sin embargo, los consensos de la transición sirvieron para consolidar las prácticas democráticas pero no para resolver problemas tan vitales como el de las autonomías. La salida que tiene España es la electoral, pero el PSOE no quiere mucho jugar con esa vía que a veces se relaciona con el refrendo.
El ambiente social en España es tranquilo. El debate sobre el Estatuto catalán se advierte sólo en los medios y básicamente en los comentaristas, no en la calle. El consenso democrático se sostiene por dos acuerdos: en de las élites para no discutir lo que fractura a la sociedad y el de la sociedad que no quiere revivir temas que pudieran regresar a los tiempos de las confrontaciones y las polarizaciones. Pero ocurre que los medios escritos tienen aquí enorme influencia y pueden contribuir a exacerbar a la sociedad.
Lo que queda es la observación de que el consenso de la transición tiene sus límites.


Domingo 29 de noviembre, 2009.


Las notas se acumulan. El tiempo le gana la partida a los reportes escritos.
El jueves entrevisté a José Oneto, para mí es el punto de referencia profesional de la transición. Allá por 1976 y 1977, la revista Cambio 16 era la única que llegaba de España. Y eran pocos ejemplares. La podía adquirir únicamente en el puesto de periódicos que estaba en Avenida Juárez, al pie del edificio de la Conasupo, entre Reforma y Balderas. El vendedor me la guardaba. Yo había comenzado en el periodismo apenas en 1972, pero por alguna razón me interesó la transición española. No sé si fue el hecho de que en 1975, siendo reportero de El Día, me tocó cubrir la conferencia de prensa de Santiago Carrillo y su gente de la Junta Democrática. El caso fue que me gustaba Cambio 16 por su estilo de revista que en México no existía. La compré cada semana y la tuve guardada un tiempo. Lamentablemente en un cambio de casa y de oficina se me perdieron. Hoy me duele no tenerlas. Pero estoy haciendo hasta lo imposible para conseguirlos aquí en Madrid.
Mi contacto con Cambio 16 fue muy fuerte. Y no sólo en materia de lecturas. En dos ocasiones estuvo en México Juan Tomás de Salas, presidente de la revista y del consorcio 16, y lo entrevisté. Una vez fue para El Universal en 1985 y más tarde creo que para El Financiero. Mi equipo de trabajo me está buscando las entrevistas para incorporarlas a estos apuntes porque entonces reflejaban con precisión mi enfoque sobre la transición y el papel de los medios. Recuerdo que esas entrevistas pasaron desapercibidas por la ignorancia profesional en torno a lo que ocurría en España.
Oneto era columnista y director de Cambio 16. Por tanto, mis referencias de la transición española me remiten a sus crónicas y columnas, Su estilo de entonces --que se ha ido afinando-- era bastante sencillo: decir las cosas con las palabras exactas. Oneto contaba la transición, tenía acceso a fuentes del poder. Pero sobre todo, entendía la transición. Planeta circuló en México, en aquel entonces, algunos de sus libros que leí y que aún tengo subrayados: Los últimos días de un presidente (1981), La noche de Tejero (1981) y Anatomía de un cambio de régimen (1985). Este último lo he citado varias veces en reportes a políticos sobre la necesidad de la transición a la democracia. Hacia 1986 la revista Cambio 16 dejó de llegar a México. Luego supe que Oneto cambio de aires y aterrizó en el Grupo Z y la revista Tiempo. Eran otros tiempos. La transición había pasado.
Cuando preparé mi viaje a España puse a Oneto en primer lugar. No me fue difícil encontrar su correo electrónico. La pedí una entrevista y me dijo que sí de manera inmediata. Por eso llegué confiado a su oficina, muy cerca de la calle de Alcalá y del Parque del Buen Retiro. Me recibió de inmediato. Le regalé un ejemplar de mi libro El regreso del PRI (y de Carlos Salinas de Gortari) y él me obsequió dos: la reedición de Cien días que cambiaron a España, editado por primera vez en 1975 y la segunda edición de 23-F. La historia no contada. Caso tejero 25 años después. El primero cuenta los días de la agonía y muerte de Franco. Y el segundo reproduce su libro La noche de Tejero, aunque con información adicional espectacular que prueba dos cosas: el golpe de Tejero sí fue organizado por los militares y la CIA y los Estados Unidos también metieron las manos. Pepe Oneto me dice que del libro de Tejero se prepara una película.
La entrevista giró en torno a la transición. Primero, el papel de la prensa, cómo los medios se convirtieron --ahí sí-- en parlamentos de papel, ante la ausencia de un parlamento político libre. Los medios pusieron la agenda, ante una dictadura que comenzó a desmoronarse. Franco no podía reprimir a los medios con facilidad. Eran muchos. El asesinato de Carrero Blanco le había quitado los hilos del poder. Franco en 1973 comenzaba a estar viejo, ya no tenía la energía para la mano dura, Y su principal objetivo era la lucha armada y el terrorismo. Los medios comenzaron a colarse como reflejo de la nueva composición de la sociedad. Hubo ocasiones en que el gobierno secuestraba ediciones completas, pero no siempre podía. En 1975 perdió el control de la información. Y en ese año había ministros --el presidente Carlos Arias Navarro, el canciller José María Areilza y hasta el ministro de Gobernación Manuel Fraga-- que buscaban espacios de distensión del régimen vía ligeras aperturas de la democracia. Ahí se colaron medios como Cambio 16, la revista Triunfo que representaba a la izquierda socialista y Cuadernos para el Diálogo.
Los medios fueron escépticos. Vieron a Juan Carlos ser designado el sucesor de Franco a título de Rey y se pasmaron con el ascenso de Adolfo Suárez saliendo del seno mismo del franquismo. Pero pronto, me dijo Oneto, vieron las posibilidades del cambio. Y entonces los medios se convirtieron en aliados de Suárez en la transición. Ahí se consolidó la democracia. Oneto me contó el papel de los medios, por ejemplo, en la legalización del Partido Comunista. Fue Cambio 16 quien publicó un editorial de Juan Tomás de Salas, presidente de la revista, señalando que no habría democracia sin un PCE legalizado, y más cuando el PC que había estado con la república en la guerra civil 1936-1939 había ya aceptado la monarquía parlamentaria y la bandera de la monarquía. Pero era la forma de la prensa para convertirse en un factor de la transición.
En torno al 23-F, Oneto me contó que ese día estaba hablando por teléfono con Sabino Fernández Campo, jefe de la casa militar del Rey, cuando a través del teléfono escuchó los primeros gritos que le informaban a la casa de Rey de los incidentes en el Palacio del Congreso. Los periodistas vieron en el intento de golpe la posibilidad del regreso del fantasma de Franco. La confusión del golpe y el bajo nivel jerárquico de Tejero --teniente coronel, ciertamente, pero en la Guardia Civil-- ocultaron las dimensiones del conflicto. Al reeditar su libro La noche de Tejero, Oneto volvió a sus fuentes y consiguió datos impresionantes: sí fue un intento de golpe militar, encabezado por el general Alfonso Armada y el teniente general Jaime Milans de Bosh, estos dos vinculados al Rey. Armada había sido jefe de la casa militar del Rey.
Lo extraño del golpe, según los datos de Oneto, radica en el hecho de que se trataba de un golpe para desplazar a Adolfo Suárez. Pero de hecho Suárez estaba liquidado. En marzo de 1980 el PSOE de Felipe González había establecido una moción de censura que hubiera quitado a Suárez de la presidencia, pero había fracasado. Todo el segundo semestre de 1980 creció el rumor de golpe de Estado, la versión de que los militares preparaban un gobierno de “salvación nacional” encabezado por un militar y que esos datos había llegado a oídos del Rey Juan Carlos. Es decir, Suárez estaba liquidado y era cuestión de tiempo su renuncia. La preocupación de los militares era que siguiera el desorden en el partido de Suárez, UCD. En diciembre, por decisión propia, Suárez fue a ver al Rey --quien por cierto se había alejado de él y casi no se hablaban-- para anunciarle su renuncia. Dicen que el Rey no hizo ningún comentario más que aceptando la información. Los dos grandes amigos que habían hecho la transición democrática de España habían terminado su relación. Suárez preparó su sucesión y optó por Leopoldo Calvo Sotelo. Y el día de la votación de confirmación del cambio estalló el golpe de Tejero.

Indicador Político viernes 4-diciembre-09.

+ Crisis y Pactos de la Moncloa
+ España y el espejo mexicano

Carlos Ramírez

MADRID, España.- A partir del criterio oficial de que la reactivación económica se ha iniciado pero “no sabemos con qué fuerza ni con qué progresión”, el presidente español Rodríguez Zapatero se sacó de la chistera el conejo de una ley de desarrollo sostenible para diez años pero como una forma de eludir la dimensión del colapso y ganar tiempo en el poder.
La idea de un “nuevo modelo productivo” en sí no es mala de no ser por un pequeño gran problema: el gobierno de Zapatero se ha negado a pactar las reformas, no quiere la segunda fase de los Pactos de la Moncloa y tampoco acepta negociar las estructuras productivas del viejo modelo. En 1977, el presidente Suárez logró que empresarios y sindicatos cedieran en sus causas fundamentales y España consiguió --ahí sí-- un nuevo modelo de desarrollo que la convirtió en un país de altísimo nivel de vida en Europa.
Ahora Zapatero quiere un “nuevo modelo productivo” pero sin aceptar la negociación de la política laboral, la base política del PSOE. Por tanto, la propuesta de Zapatero ya no pudo consolidarse como un “nuevo modelo productivo” sino apenas como una política de reorientación del gasto a la educación y la innovación. Al final, dejó al margen las dos vertientes de un nuevo modelo de desarrollo: la estrategia de pacto con los empresarios para aumentar inversiones y el acuerdo de un pacto con los trabajadores.
México debiera mirarse en el espejo español: cuando los gobernantes condicionan la dimensión de las reformas a compromisos políticos, las posibilidades de las reformas se desinflan. El falso debate en España ha sido llevado a la supuesta pérdida de conquistas sociales de los sindicatos y por tanto ninguna política económica o de desarrollo será eficiente. En 1977, los Pactos de la Moncloa negociaron bajas salariales y pérdida de fortaleza de los sindicatos pero a cambio de arrancarles a los empresarios concesiones fiscales. Al final de cuentas, la crisis de los modelos de desarrollo vigentes se localiza en el binomio producción-empleo.
La reformulación de los modelos de desarrollo --que están más allá de los “modelos productivos”-- ha llevado a la reevaluación de los viejos pactos sociales, políticos y productivos y requieren que el Estado tome en cuenta las dos variables dependientes: utilidades-salarios. Lo peor que le puede pasar a un gobierno es buscar un nuevo modelo de desarrollo o productivo pero condicionar lo que no va a negociar.
La crisis económica brutal en España y México arrasó con la estructura productiva y los acuerdos de estabilidad obrero-patronal. En España el desempleo llegó esta semana a casi 4.7 millones de personas. Por eso el PSOE quiere salvar el seguro de desempleo y sobre todo evitar la flexibilidad en los despidos. Sin embargo, altas autoridades económicas europeas han señalado la necesidad de revisar los esquemas de las políticas laborales porque se corre el riesgo de mantener las prestaciones laborales pero a costa de no generar un mayor dinamismo en la creación de empleos. La paradoja está a la vista: casi 5 millones de desempleados.
Pero del otro lado tampoco se trata de recortar beneficios sociales a los trabajadores para abaratar la mano de obra, porque al final se perdería el incentivo del salario y su efecto en la productividad. De ahí que le toque a los sindicatos buscar nuevas formas de establecer beneficios y sobre todo de incorporarse a la estructura de toma de decisión de las empresas. Sin embargo, Zapatero y su partido convocan a un nuevo “modelo productivo” pero sin modificar la estructura de producción, algo que hará naufragar la propuesta original. La afirmación le valió a Zapatero aplausos de sus diputados, pero dejó la sensación de que su programa será parcial e insuficiente.
En México el actual sistema productivo tiene tres perfiles laborales: proteccionista del trabajador, prestaciones sin productividad y con cargo al paternalismo estatal. Se trata de un modelo laboral tutelar heredado del PRI y éste lo creo como parte de estructura corporativa de control de los trabajadores, el esquema que giró en torno a Fidel Velázquez: beneficios a los obreros, a cambio de la sumisión al liderazgo central. Fue un modelo de control que consolidó Porfirio Muñoz Ledo como secretario del Trabajo y presidente del PRI de Luis Echeverría.
El problema radica en no regresar a la explotación de la mano de obra sino en organizar productivamente a los trabajadores. El estallamiento del modelo Muñoz Ledo se localiza hoy en los sindicatos de Martín Esparza o de Napito Napoleón Gómez Urrutia o los sindicatos universitarios: la confrontación con la empresa. La pérdida de la presidencia llevó al PRI a agotar su estructura corporativa, pero sin facilitarle al gobierno panista la redefinición de las relaciones laborales. Peor aún, el PRI quiere mantener la actual estructura laboral porque representa un lastre para los gobiernos panistas.
De ahí que los países en crisis estén obligados a rediseñar su modelo de desarrollo y entrarle a una nueva relación laboral. Si no, entonces sencillamente no habrá salida de la crisis. La propuesta de Zapatero se va a ahogar con el lastre de sus masas militantes sindicales. Y México aún no define qué pacto productivo necesita para salir de la crisis.

Indicador Político jueves 3-diciembre-09.

+ PRI: fractura en Sinaloa 2010
+ ¿Indicios del 2012 que viene?

Carlos Ramírez

LOS MOCHIS, Sinaloa.- La pregunta clave que se hace en la lógica de las presidenciales del 2012 radica saber si el PRI podrá mantener su unidad interna. Pero los indicios indican una especie de balcanización en la que los PRI estatales deciden en la lógica local. Sinaloa podría convertirse en una pista de la debilidad estatal de los PRI en el escenario presidencial.
El gobernador sinaloense saliente Jesús Aguilar Padilla ha enviado mensajes de que la designación del candidato priísta a gobernador para el 2010 será directa y va a beneficiar a su socio Jesús Vizcarra, como si se tratara de una sucesión en un consejo de administración empresarial privado. Sin embargo, la ciudadanía de Sinaloa ha enviado ya indicios de que podría votar por otro partido si el gobernador impone el dedazo a favor de su compadre y socio y ha pedido mayoritariamente que la candidatura se consulte a los sinaloenses.
El problema de Sinaloa no radica sólo en los grupos políticos, sino que se extiende a un conflicto de regiones. La zona de Culiacán ha excluido de espacios políticos a la de Los Mochis, acrecentando la fractura social por su favoritismo por Vizcarra por su cargo de alcalde de Culiacán. En cambio, el senador Mario López Valdez --mejor conocido como Malova por el anagrama de su nombre y apellidos-- ha logrado la preferencia del resto del estado e inclusive presencia muy activa en la capital.
Los datos de las encuestas publicadas en los periódicos El Debate --que cubren ediciones locales en todo el estado-- son reveladores: en preferencias como candidato, Malova gana 2 a 1 a Vizcarra, cuya presencia se ha concentrado en Culiacán. En contra de Vizcarra operan las sospechas de relaciones con el narco, pues su tío Inés Calderón, fallecido en 1988, estaba identificado como traficante. A ello se agregan los datos de la encuesta que señalan que cuando menos un tercio de los electores votaría por otro partido como protesta contra el dedazo.
La intención del gobernador saliente es, principalmente, parar a Malova, quien por cierto tiene el apoyo de importantes figuras del priísmo nacional. Si Aguilar Padilla no puede imponer la candidatura de Vizcarra, entonces va a sacar la carta de un tercero en discordia, el hoy diputado y ex secretario de Finanzas Oscar Lara, una figura mediocre, sin fuerza local. El problema del gobernador saliente no sería sólo la posibilidad abierta de que Malova vaya por otro partido, sino tiene enfrente el hecho de que el PAN va a definir su candidato en función de la fractura en el PRI.
Sinaloa podría ser el laboratorio negativo de los vicios en el PRI que pueden hacerle perder posiciones políticas y de poder. El PAN ha ido creciendo en el estado en función de los conflictos priístas, aunque al final el problema no sería el avance del PAN sino la imposición de un candidato para evitar la nominación para Malova, un empresario que ha ido construyendo su espacio. En el 2004 Malova se hizo a un lado para dejarle el camino a Aguilar Padilla, sobre todo por la revelación que acaba de hacer el ex gobernador Juan S. Millán: el presidente Fox le pidió al entonces gobernador saliente que apoyara la nominación de Jesús Aguilar Padilla porque era el candidato del presidente panista de la república. Por eso Millán avaló a Aguilar como su sucesor.
Las pugnas por el poder a nivel regional van a minar la fuerza del PRI y a dejar indicios de disminución de votos para el 2012. Los gobernadores salientes que van a relevar los ejecutivos locales el 2010 podrían cometer el error de imponer sucesores a costa de fracturas internas. Al final, la fuerza del PRI se ha revitalizado justamente en las elecciones locales controladas por los gobernadores. Pero esa fuerza podría no pasar la prueba del ácido de las sucesiones de gobernador.
Asimismo, las gubernaturas en disputa el año próximo van a tener que consolidar a los principales precandidatos presidenciales. Por tanto, las nominaciones están lejos de ser la consideración de cacicazgos políticos de los gobernadores salientes y tendrán que enrolarse en la lógica del poder priísta nacional. En Sinaloa podría cometerse el desliz de escoger candidato priísta a capricho del gobernador saliente y no en interés del PRI 2012. De nuevo el PRI caería en uno de sus principales vicios: los grupos de poder en lugar del enfoque nacional. Aguilar Padilla podría fracturar al PRI en lo local y hacerle perder posibilidades en lo nacional.
El problema de Aguilar Padilla radica en la tendencia de las encuestas. Su candidato Vizcarra sigue abajo en las preferencias, ante la consolidación de Malova con ventaja de dos a uno. Asimismo, la encuesta de El Debate señala que casi el 60% de los sinaloenses prefiere una consulta abierta a la ciudadanía y no los juegos de poder de nominación cerrada. Y en el escenario de enfrente, el PAN va a capitalizar los errores de la imposición del gobernador saliente. El saldo de Aguilar Padilla es negativo porque la mayoría de los ciudadanos considera que ha crecido la inseguridad y la crisis.Entre las gubernaturas que el PRI va a resolver en función del 2012, la de Sinaloa va a ser clave para ver si el gobernador saliente prefiere su cacicazgo o el PRI 2012.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Indicador Político miércoles 2-diciembre-09.

+ Mecánica de un golpe de Estado
+ Gobierno de salvación nacional

Carlos Ramírez

MADRID, España.- En una afirmación hecha en la soledad del retiro, Mijail Gorbachov, el hombre que permitió la demolición del sistema comunista, escribió en sus memorias: “no hay reformadores felices”.
Aquí en España hay otro reformador no feliz: Adolfo Suárez, el arquitecto de la transición española a la democracia. En 1981 fue obligado a renunciar, le organizaron un golpe de Estado y pasó al ostracismo político. Hoy aquí en España lo recuerdan pero en medio de un dramático silencio político.
En una conversación con el autor de Indicador Político, el periodista José Oneto --en 1975-1985 director de la revista Cambio 16, la más importante de la transición-- cuenta la historia secreta del golpe de Estado contra Suárez: se trató de un operativo armado para desviar la transición, acotar la democracia y restaurar el viejo régimen franquista aunque sin Franco.
El escenario del golpe, cuenta Oneto, estaba prefigurado por la crisis económica, la parálisis del gobierno, la ruptura al interior del partido de Suárez, la lucha por el poder en el gabinete, el enojo del Rey con Suárez, la ingobernabilidad, las presiones de la izquierda para reventar al presidente del gobierno a través de una moción parlamentaria de censura. El objetivo era desplazar a Suárez del poder y que un grupo plural de políticos y líderes de sectores se hicieran cargo del gobierno.
En la indagación del golpe del 23 de febrero de 1981, Oneto descubrió un escrito con el plan del golpe. Y explicaba la mecánica de un golpe anunciado:
1.- Conformación de un grupo mixto, compuesto por un lado de civiles sin militancia política pero con experiencia en tal campo, y por otro lado por un grupo de generales en activo, de brillante historial y con capacidad de arrastre.
2.- Su mecanismo de implantación serpia formalmente constitucional, aunque tal formalidad no pasaría, en su intención de cubrir las apariencias legales mínimas para evitar la calificación de “golpismo”.
3.- La operación se plantearía así: A.- mediante operaciones concéntricas de procedencia varia --medios financieros, eclesiásticos, estructuras militares, sectores de partidos políticos parlamentarios, personalidades-- se forzaría la dimisión de Suárez. B.- al final de este proceso se haría necesaria la discreta intervención de la Corona para rematar y asegurar la citada dimisión.
4.- Se considera imprescindible los mayoritarios apoyos de Unión de Centro Democrático y PSOE, a niveles parlamentarios, para asegurar la mayoría precisa n el momento de la investidura.
5.- El presidente del gobierno sería un general con respaldo, pero no con protagonismo público, del resto de la estructura militar.
6.- El gobierno estaría formado al menos en un 50% por civiles y algún que otro militar.
7.- El gobierno así configurado tendría como mandato el resto de la presente legislatura. Se configuraría como un gobierno de gestión o de salvación nacional. Y se impondría el siguiente programa; reforma constitucional, reordenación drástica de la legislación y estructura regional, nueva ley electoral con recorte de atribuciones a los partidos, un plan de saneamiento económico, nueva ley sindical, nueva ley de orden público y campaña de erradicación del terrorismo.
8.- En cuando a la colaboración de los partidos actuales, la entiende como obligada e insoslayable, por lo cual no podrán prescindir de su concurso salvo que aparecieran como “golpistas”. Objetivo: presionar a una unidad de UCD y Alianza Popular, presionar al PSOE para que haga su “congreso antimarxista” y se transforme en partido socialdemócrata, reorganizar a las “fuerzas nacionales” para que constituyan un tercer partido.
9.- Erradicar legalmente y de hecho el comunismo.
10.- Para lograr el apoyo de UCD y PSOE, se esgrimirán dos únicas razones: la situación actual es tal que exige un plan así configurado y se apela al patriotismo de los líderes y que si no lo apoyan entonces no habrá más alternativa que la fuerza militar.
11.- Para evitar dispersión de esfuerzos habrá una coordinación para los siguientes fines: acrecentar la potencia de la presión sobre Suárez, la Corona y los partidos para que esta Operación Mixta alcance sus objetivos y asegurar que si la mixtura fracasase entonces se excluiría a los civiles.
La coalición cívica y política culpaba al presidente de inmovilismo, aunque no lo dejaban moverse. Ese grupo se presentaba como el salvador de la patria, pero sin dejar que la propia democracia funcionara en casos de crisis. Al final, los salvadores no fueron sino unos ambiciosos que querían hacerse del poder sin pasar por la democracia y restaurar el viejo régimen político anterior a la transición.
El drama político de Suárez era evidente: el hombre que había desmantelado el franquismo sin violencia y que había creado las instituciones democráticas salía del poder repudiado por la clase política y económica y con un intento de golpe de Estado. Pero al final, la democracia ganó.

Indicador Político martes 1-diciembre-09.

+ Calderón: año 3, diez crisis
+ ¿Salida?: comenzar de cero

Carlos Ramírez

MADRID, España.- El presidente Felipe Calderón termina su tercer año de gobierno con las evidencias de que el viejo modelo de desarrollo priísta y los consensos, contratos y acuerdos correlativos ya no funcionen y comenzará la segunda parte de su sexenio con la necesidad de replantear el proyecto nacional de desarrollo.
La crisis económica del 2009 vino a terminar con las expectativas tradicionales del viejo sistema económico: aguantar la crisis, reordenar la política económica y comenzar nuevamente desde abajo. Las cifras de la crisis son severas: el PIB anual promedio de la primera mitad del sexenio calderonista será de -0.3%. Si se cumple la meta de 3-4% anual promedio para la segunda mitad, entonces el PIB promedio anual del sexenio será de 1.3%, debajo de la media de 2.5% del periodo 1983-2009.
El problema de la economía no es de ritmo o de crisis importada o de resistencia, sino de modelo de desarrollo. La economía necesita crecer 7.5% promedio anual para darle empleo a los 1.2 millones de mexicanos que se suman a la fuerza productiva cada año por primera vez. La tasa promedio anual del PIB en el periodo 1941-1982 fue de 6%. Por tanto, el modelo neoliberal y globalizador de desarrollo no alcanza para generar riqueza y apenas le sirve a un tercio de los mexicanos.
A Calderón se le presentó el agotamiento terminal de los tres modelos: el político, el económico y el constitucional. Por tanto, el desafío constituye en transitar a nuevas formas de entendimiento, de producción y de consenso o capear el mal temporal, más o menos reactivar la economía y entrarle a las reformas de coyuntura, pero sin resolver la urgencia de replantear el proyecto nacional de desarrollo y sus correlativos acuerdos políticos y sociales.
La crisis ha sido severa: el país no había logrado recuperar lo perdido en la crisis de 1995 --PIB de -6.5% en ese año-- porque las tasas anuales posteriores fueron de menores a 3% promedio anual. Para recuperar, se requerían tasas anuales arriba de 6%. Y a ese deterioro se agregó el de 2009. La meta anual oficial de PIB es de 4%, menor al 7.5% que requieren los mexicanos que llegan por primera vez al empleo formal.
El único camino para salir de la crisis y recuperar realmente el bienestar social se encuentra en la urgencia de un nuevo modelo de desarrollo. El escenario del desafío de Calderón se enmarca en las diez crisis terminales de México en el pargo periodo de cuarenta años, algunas de las cuales encontraron soluciones intermedias pero no definitivas:
1.- La crisis política estalló en 1968: el sistema reventó por la crisis, el desempleo juvenil y el autoritarismo priísta como respuesta.
2.- La crisis económica se manifestó en 1976 con la devaluación del tipo de cambio y el agotamiento del viejo modelo de desarrollo. El país ya no pudo crecer a tasas de 6%.
3.- La crisis del consenso de la economía mixta ocurrió en 1982, con la expropiación de la banca y el fin del acuerdo no escrito con el sector privado como alianza productiva. El Estado avanzó pero ya no pudo mantener los equilibrios productivos.
4.- La crisis de legitimidad se presentó en 1988, con el resultado electoral que obligó al gobierno de Salinas a ceder el sistema electoral a la ciudadanía. A mayor libertad, más pérdida electoral del PRI.
5.- La crisis de gobernabilidad del viejo régimen irrumpió violentamente en 1994 demostrando la inutilidad de los acuerdos tradicionales: asesinatos, alzamientos y sobre todo una crítica al sistema. Las demandas de la sociedad fueron mayores a las concesiones del gobierno.
6.- La crisis social se asentó en el país en 1995 como producto de la crisis devaluatoria de diciembre de 1994 y de la incapacidad del sistema productivo para generar riqueza para todos. Esa crisis hizo perder al país 20 años de bienestar. La pobreza afectó a la mitad de la población.
7.- La crisis de la hegemonía del viejo régimen llegó en 1997, como consecuencia de la crisis económica de 1995 y como reflejo de las nuevas reglas electorales: el PRI perdió la mayoría en el congreso y perdió el gobierno del DF.
8.- La crisis del partido hegemónico llegó en el 2000, cuando el PRI perdió la presidencia de la república después de setenta y un años en el poder con tres nombres: PNR, PRM y PRI.
9.- La crisis del contrato político se presentó en el país en el 2006 cuando uno de los principales candidatos presidenciales se negó a aceptar los resultados electorales oficiales, se erigió en presidente legítimo y paralelo y llamó a romper la validez de las instituciones.
10.- Y la crisis del proyecto nacional de desarrollo fue en 2009, consecuencia directa de la severa crisis económica, dejó al país sin un escenario de consenso productivo, sin compromisos de bienestar para las mayorías y con una pérdida adicional de bienestar de cuando menos quince años.El dilema de Calderón es simple: reactivar el viejo modelo que no atenderá a todos los mexicanos o pactar un nuevo proyecto nacional de desarrollo.

Indicador Político lunes 30-noviembre-09.

+ 2012: sin candidato, PAN no pinta
+ PRD: AMLO se cae; sube Ebrard

Carlos Ramírez

MADRID, España.- La guerra mexicana de las encuestas ha comenzado a ponerle sabor a la lucha adelantada por el 2012. Un sondeo realizado por el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) a finales de octubre aporta tres elementos:
1.- Sin candidato prefigurado, el PAN pierde posiciones en el ranking de preferencias presidenciales.
2.- El gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto sigue a la cabeza de las encuestas, aunque con altibajos mensuales.
3.- Como potencial candidato del PRD, Marcelo Ebrard ha logrado posicionarse por el grado de exposición pública por encima de López Obrador.
La encuesta del Cisen ofrece un escenario poco movible en el largo plazo:
1.- Peña comenzó enero con 31.18% de la tendencia de los votos, bajó a 29.43 en mayo y subió a 33.80% en octubre. Los indicios estarían hablando ya de un techo visible para el gobernador mexiquense.
2- En diez meses, López Obrador se derrumbó como candidato del PRD a la presidencia de la república: pasó de 10.48% en enero a 10.05% en mayo y su principal tropiezo fue después, al llegar al piso de 8.20% en octubre.
3.- Sin indicios de algún precandidato sólido, el PAN ha bajado a tercer lugar en tendencias de voto. El senador Santiago Creel es el mejor colocado pero bajó su tendencia de 11.14% en enero a 10.55% en mayo y apenas subió a 10.63% en octubre.
Por partido, la lucha por la candidatura presidencial del 2012 en función de las encuestas arroja un resultado interesante:
1.- El PRI mantiene su techo de 34.55%.
2.- El PAN logra sostener su segundo sitio con recuperación mínima, al pasar de 24.19% en enero a 25.61% en octubre.
3.- El PRD sigue pagando los costos de los conflictos internos: tuvo un bajón sensible de 17.35% en enero a 13.18% en octubre, una sensible pérdida de cuatro puntos porcentuales.
4.- De la chiquillería se desinflan Convergencia y Panal y sorpresivamente suben el Partido Verde --enlazado al PRI-- de 2.04% en enero a 5.14% en octubre y el PT --con López Obrador como promotor del voto-- pasa de 1.88% en enero a 3.02% en octubre.
Como todas las encuestas, la del Cisen refleja las contradicciones del electorado. Por ejemplo, el PRD se mantiene como el partido con mayor porcentaje --33.43%-- de quienes “definitivamente no votaría” el electorado, pero su tendencia de votos sube con el perfil de los precandidatos. Por ejemplo, sube con Ebrard y baja con López Obrador. El problema, sin embargo, radica en el hecho de que López Obrador no soltará la candidatura presidencial del 2012 por el PT y esperaría que el PRD se sumara. Sin el PRD, la tendencia de Ebrard se reduciría a la mitad del 14.15% que llevaría como candidato del sol azteca.
Un dato revelador de la encuesta del Cisen constituye el mensaje de que el PRI dejó de ser el segundo partido por el que el electorado no votaría y esa segunda posición la tiene ya el PAN, seguramente como reflejo del voto del pasado 5 de julio como voto de castigo al panismo en el gobierno por la crisis económica: el voto en contra pasó de 28.26% en enero a 29.16% en octubre.
Por partido, las posiciones de los precandidatos también revelan datos interesantes:
1.- En el PAN, el senador Creel mantiene el primer lugar de tendencia de los votos de los militantes panistas con el 28.13%, contra 19.27% de la diputada Josefina Vázquez Mota. El tercer lugar lo tiene el secretario de Educación, Alonso Lujambio, quien pasó de cero en enero a un muy buen 5.77% en apenas unos meses. El secretario de Desarrollo Social, Ernesto Cordero, pasó de 2.70% en enero a 4.55% en octubre. El diputado Francisco Ramírez Acuña, expuesto como presidente de la mesa de la cámara, subió de 2.35% a principios de año a 4.50% en octubre. Por tendencia de votos, los tres primeros lugares son los que se disputarían las preferencias.
2.- En el PRI Peña Nieto se consolida con 40.03% en octubre, seguido de Manlio Fabio Beltrones con 14.25% y Beatriz Paredes con 13.22%. Paredes había comenzado el año con apenas 7.55%. El cuarto sitio lo ocupa el gobernador veracruzano Fidel Herrera con 9.15%. Los demás andan con tendencias debajo de 4ás andan con tendencias debajo de 4%.
3.- Y en el PRD las cosas se ponen calientes: Ebrard se posiciona con 34.08% en octubre contra 27.55% en enero, en tanto que López Obrador se cayó en el ranking a 20.44%. En tercer lugar de preferencias perredistas apareció el ex rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, quien acaba de iniciar su movilidad política para meterse en la disputa como candidato externo: en octubre contabilizó 6.33% de preferencias, mientras Lázaro Cárdenas Batel bajó de 6.59% a 2.86%. Otros aspirantes andan debajo de 5%.
La encuesta refleja un efecto de las legislativas del 5 de julio y sobre todo los posicionamientos personales.