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Periodista, escritor, Lic. en Periodismo, Mtro. En Ciencias Políticas, oaxaqueño. Autor de la columna "Indicador Político" en El Financiero.

martes, 31 de enero de 2012

31-Enero-2012, Martes.

INDICADOR POLITICO




+ CNDH anda tras el aval de HRW

+ En 2008, CHDH condenó a HRW



Carlos Ramírez



En medio de una crisis de credibilidad por la inconsistencia de sus investigaciones, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos decidió cobijarse bajo la falda de Human Rights Watch. Sin embargo, apenas en marzo de 2008 el consejo consultivo de la CNDH había desacreditado los reportes anuales de esa organización internacional.

Lo malo del asunto es que el doctor Raúl Plascencia era en el 2008 primer visitador de la CNDH bajo la presidencia del doctor José Luis Soberanes Fernández y entonces fue firmante de la carta de crítica de la Comisión a la inconsistencia de los reportes de HRW; hoy, como presidente de la Comisión, Plascencia alaba los reportes de HRW que metodológicamente son exactamente los mismos que en el 2008.

En este sentido, la CNDH cayó en la trampa mediática de los organismos no gubernamentales que operan en México como grupos de presión y su presidente, Raúl Plascencia, le dio un aval curioso a HRW: afirmó en su reporte leído ante la Comisión Permanente del congreso de la unión que el reporte de HRW está sustentado en las investigaciones de la CNDH.

Lo malo del asunto es que HRW analiza un caso concreto pero de ahí desprende conclusiones generalizadas. En el reporte de esa organización sobre México, entregado en Egipto, sólo utiliza un caso para llegar a la conclusión de “un fuerte incremento del número de asesinatos, torturas y abusos por parte de las fuerzas de seguridad”. Ante la falta de calidad en sus indagaciones, HRW ha comenzado a abusar de los adjetivos.

Para HRW el “fuerte incremento” de la violencia institucional contra la ciudadanía se desprende del número de denuncias presentadas, pero elude incluir en su análisis el proceso de las indagatorias y sobre todo la confirmación de hechos reales que indiquen violación sistemática y ordenadas de derechos humanos. HRW se apoya --el club de los elogios mutuos: alábame y te alabo-- en los “informes detallados (de la CNDH) sobre casi 90 casos desde 2007” que concluyeron responsabilidad de miembros de las fuerzas armadas. Sólo que HRW tramposamente elude el hecho de que el ejército ha aceptado la totalidad de las recomendaciones de la CNDH y ha creado protocolos especiales para evitar la repetición de los casos.

La declaración del presidente de la CNDH a favor de HRW no hizo más que comprar credibilidad. Sin embargo, la CNDH actual ha ignorado la severa crítica que le hizo al organismo internacional el consejo consultivo de la misma comisión en marzo de 2008. Y en ambos hechos aparece Plascencia, primero como crítico en 2008 y ahora como aval de los reportes.

El consejo consultivo de la CNDH de 2008 encontró 45 errores del reporte de HRW “y lamentó que la mayor parte de sus afirmaciones parezca resultado de un notable desconocimiento de las leyes mexicanas y del quehacer de este Organismo nacional, mostrado por los autores”. El Consejo Consultivo de la CNDH estaba formado por personalidad de calidad: Miguel Carbonell, Miriam Cárdenas, Paulette Dieterlen, Héctor Fix Zamudio (hoy director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM), Juliana González Valenzuela (ex directora de Filosofía de la UNAM y ex miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM, Patricia Kurczyn Villalobos, Joaquín López Dóriga, Ricardo Pozas Horcasitas, Graciela Rodríguez Ortega y Fernando Serrano Migallón (exdirector de Derecho de la UNAM).

Para este Consejo Consultivo de la CNDH, el Informe de HRW “focalizó su materia de estudio desde una perspectiva incorrecta, como incorrectas y sesgadas son sus valoraciones y conclusiones, en las que utiliza al menos 40 adjetivos para descalificar a la CNDH, tildándola, por ejemplo, de legalista, formalista y tímida”.

Agregó que “en la elaboración del documento de HRW se omitió tomar en consideración las particularidades del sistema mexicano no jurisdiccional de defensa de los derechos humanos, de modo que las valoraciones parten del personal criterio de los autores del informe hacia las funciones y actividades que ellos desearían que la CNDH desempeñara, pero no responden al diseño institucional que establece la legislación aplicable a esta institución”.

Finalmente, “el Consejo Consultivo de la CNDH lamenta que, por vez primera en 30 años, Human Rights Watch haya dejado de lado su papel analítico de las labores de los gobiernos respecto del cumplimiento de los derechos humanos, labor que respaldaba la de los Ombudsman del Continente, y que, en su lugar, haya asumido una actitud crítica poco fundamentada y evidentemente parcial, contra una institución defensora derechos humanos”.

Lo malo de los reportes de HRW  es que la pasión mediática excluye el análisis. En las primeras líneas de su informe 2012 señaló que el “incremento alarmante” en homicidios ha sido “en gran parte consecuencia de violentas pugnas entre poderosas organizaciones delictivas que compiten por el control del narcotráfico”, aunque eludió incluir, por ejemplo, las documentadas agresiones de bandas criminales contra partidas del ejército que provocaron reacciones con muertos y sobre todo detenidos. Asimismo, no tomó en cuenta los decomisos de las fuerzas de seguridad, de las cuales sólo el ejército las tiene para consulta pública en su página web (http://www.sedena.gob.mx/index.php/actividades/combate-al-narcotrafico).

Asimismo, HRW y la CNDH no incluyeron en su contexto la violación de derechos humanos de civiles por parte de las organizaciones criminales, como lo han probado los casos de migrantes asesinados con crueldad por cárteles. El reporte de HRW agotó mañosamente su reporte en el número de denuncias, pero no consolidó datos respecto a casos efectivos y recomendaciones y desdeñó los militares y policías encarcelados por violar los derechos humanos.

Y finalmente, el esquema de análisis de HRW, ahora con el sorprendente aval de la CNDH cuando en el pasado lo condenaba, se basa en denunciar violación de derechos humanos para retirar a las fuerzas armadas del combate a las bandas criminales sin entender --o a lo mejor -- que el ejército y la marina son la única fuerza capaz de combatir a los cárteles. Si se retiran, la sociedad mexicana quedará a merced del crimen organizado y entonces se abriría la puerta para que los Estados Unidos se hagan cargo de la seguridad mexicana.





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lunes, 30 de enero de 2012

30-Enero-2012, Lunes.

INDICADOR POLITICO




+ Nazar: guerra secreta del PRI

+ La verdadera violación de DH



Carlos Ramírez



A la memoria viva de Aurora Berdejo, siempre presente

En esas imágenes circulares de la historia, Fernando Gutiérrez Barrios murió antes de las elecciones del 2000 que le quitaron la presidencia de la república al PRI; y antes de las elecciones que según las encuestas podrían marcar el regreso del PRI a Los Pinos falleció Miguel Nazar Haro, el otro cancerbero de la seguridad del Estado priísta.

Con los dos se fueron los secretos del poder autoritario, las reglas autoritarias del PRI para reprimir la disidencia --armada y pacífica, siempre política--, los expedientes de los asesinados, desaparecidos y doblegados para impedir las demandas democráticas; y sobre todo, los datos de la verdadera violación de los derechos humanos: la represión política para impedir la entrega del poder por la vía democrática.

Las dos muertes por razones naturales dejaron mensajes políticos: Gutiérrez Barrios, caballeroso, de modales finos, leal a la amistad, pero duro a la hora mantener la seguridad política del Estado priísta, representó durante casi cincuenta años el poder y la fuerza de la policía política e iba a enfrentar las demandas sociales propias de la derrota del PRI; Nazar, perseguido con acusaciones probadas pero en un sistema judicial que no cambió porque también estuvo en las estructuras de la represión de Estado priísta, con la imagen del juez de consigna Eduardo Ferrer MacGregor que cerró las rejas dejando a disidentes dentro y sin derechos ni garantías constitucionales.

Así como Gutiérrez Barrios en el 2000, Nazar en este temprano y decisivo 2012 fueron el recordatorio del expediente abierto y aplazado de la represión priísta desde la fundación del Estado priísta en 1929 para mantener el poder y eludir las reglas democráticas. Si bien el aparato de represión de la policía política mexicana se justificó por presiones de la CIA y el gobierno de los EU para espiar, reprimir y perseguir aliados a la Unión Soviética, en la política interna actuó exactamente de la mis a manera: una guerra fría mexicana para castigar por la fuerza y al margen de la ley a los que pugnaban por la alternancia partidista en el poder nacional: el PRI contra la protesta social violenta de izquierda.

La policía política del PRI, la temible Dirección Federal de Seguridad, fue fundada a instancias de la entonces incipiente CIA y su tarea fue fundamentalmente política: defender el modelo capitalista y a su clase dominante; no por menos, por ejemplo, importantes empresarios cuidaron a Nazar cuando fue arrestado y encarcelado en la prisión de Topo Chico y ahora fueron empresarios los que llenaron los periódicos de sentidas esquelas por Nazar.

La muerte de Nazar ha sido, pues, otro recordatorio de los pendientes del PRI porque revive la represión como una de las tres herencias malditas de setenta y un años en el poder; las otras dos tienen también al país sin salidas a corto plazo: la pobreza estructural y la corrupción orgánica. Pero no está por demás que la muerte de Nazar por causas naturales, sin que el sistema judicial heredado también del priísmo haya podido castigar sus crímenes políticos, se dé en el contexto de esa preocupación parcial de la sociedad por los derechos humanos.

Es paradójico que la disidencia haya podido armar un aparato de protesta por la muerte de narcos y criminales en el contexto de la estrategia gubernamental contra los cárteles del crimen organizado y aún guarde silencio cómplice por la verdadera represión política y social del Estado priísta; y también es significativo que la sociedad mexicana que echó al PRI del poder por sus saldos de represión, corrupción y pobreza ahora está mandando señales en las encuestas de que prefiere al PRI de regreso al poder, aunque sea el mismo PRI del pasado y con expedientes abiertos en la represión de la democracia que, contradictoriamente, el PRI combatió con el crimen de Estado para impedirla.

Gutiérrez Barrios y Nazar no fueron sólo los encargados del aparato de represión política del Estado para proteger a México de la guerra fría Estados Unidos-Unión Soviética, sino que reprodujeron al interior del país esas contradicciones ante los enemigos internos. Pero, en descargo, no por decisión propia o por genes represivos, sino porque el Estado priísta eludió el ejercicio de la democracia y hubo de reprimir la disidencia política para no perder el poder. A lo largo de toda su vida, el Estado priísta violó los derechos humanos de la disidencia como objetivo político y de seguridad nacional interna y no, como hoy, por daños colaterales en la lucha contra los cárteles del crimen organizado.

Antes de exigirle cuentas al PRI de esos expedientes represivos abiertos, la sociedad ya quiere que regrese al poder el priísmo que persiguió, torturó y reprimió disidentes para poder mantener al PRI en el poder absoluto. La represión política de la Federal de Seguridad --de la que fueron jefes Gutiérrez Barrios y Nazar-- no fue colateral sino como objetivo, institucional, de Estado.

Y tampoco debe olvidarse el hecho de que los cárteles del narco crecieron y se fortalecieron por el apoyo directo de los organismos de seguridad nacional, como se probó en 1985 cuando el asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena Salazar mostró que la Federal de Seguridad y la Judicial Federal apadrinaban a los capos por razones de complicidad, pero también políticas y de Estado: los narcos ocupaban espacios territoriales rurales donde operaban las guerrillas y espiaban para el Estado. El director de la Federal de Seguridad durante la gestión de Manuel Bartlett en Gobernación, José Antonio Zorrilla Pérez, fue uno de los aliados del narco y está en la cárcel realmente no por el asesinato de Buendía sino por haberse asociado al servicio secreto de Alemania comunista y haber alejado a la DFS de la CIA y acercado al KGB soviético.

De ahí que la muerte de Nazar le recuerde a la sociedad los expedientes abiertos de la verdadera violación de derechos humanos de disidentes. Y la muerte natural de Nazar dejó el mensaje de que el PRI puede regresar a Los Pinos sin haber saldado esa cuenta histórica.

(Diario Político 2012 de Carlos Ramírez en www.grupotransicion.com.mx)




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viernes, 27 de enero de 2012

27-Enero-2012, Viernes.

INDICADOR POLITICO




+ Bartlett con AMLO: el cinismo

+ Pero los poblamos preguntan



Carlos Ramírez



Manuel Bartlett es un político priísta de la vieja guardia, aunque ha logrado lavar sus pecados primero por la complicidad con Carlos Salinas en el fraude de 1988 y ahora con la bendición del reverendo López Obrador y su república amorosa.

Lo de menos es que Bartlett aparezca como precandidato de la izquierda al Senado, lo interesante es que el ex secretario de Gobernación está urgido de fuero constitucional. Y López Obrador se lo va a dar.

Pero Bartlett tiene un pasado político tenebroso. El columnista poblano Mario Alberto Mejía, en su columna en la revista electrónica Sexenio --www.sexenio.com.mx/columna.php?id=3297--, le plantea a Bartlett 16 preguntas se hacen los poblanos sobre su pasado político lleno de hoyos negros:

Manuel Bartlett, virtual candidato de la Coalición lopezobradorista al Senado de la República por Puebla, me mandó decir a través de Arturo Rueda, director del periódico Cambio, que no me daría ninguna entrevista. (…) Harto de sus negativas (…), no tengo más remedio que hacer públicas las preguntas que Bartlett nunca, jamás, me responderá.

1.- Usted fue el último secretario de Gobernación de seis años y el último también que generaba miedo, en la connotación que le dio al cargo Gustavo Díaz Ordaz. ¿Disfrutaba esa condición de poder?

2.- Hay en usted una dualidad esquizofrénica. Algo así como el Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Hay dos Bartlett: el Duro y el Demócrata. Está el Bartlett del pasado: el jefe de Zorrilla Pérez, el del fraude patriótico en Chihuahua, el de la Caída del Sistema en el 88, el que propició la salida del PRI de Cárdenas y de Muñoz Ledo, el secretario de despacho con Salinas, el gobernador de dedazo también con Salinas... Y está el otro Bartlett, el demócrata, el que marcha con Cárdenas en contra de la privatización del petróleo, el que elogia desde el PRI la lucha de López Obrador, el que viene a Puebla como candidato de las izquierdas... ¿A cuál Bartlett le creemos?

3.- Luis González de Alba recordó hace poco al Bartlett duro, al Bartlett represor, al Bartlett que orquestó el fraude contra la izquierda mexicana, el Bartlett del Quique Camarena y Manuel Buendía. ¿Todo eso es una leyenda negra?...

4. Julio Scherer y Vicente Leñero relataron que una noche que estaban por publicar un reportaje --sobre unos sobrinos suyos que se fueron guiados por sus creencias religiosas a un país sudamericano y que a su vez fueron traídos a México por órdenes suyas-- llegó a visitarlos José Antonio Zorrilla, su empleado, el autor intelectual del asesinato de Buendía, y que en plena conversación les dijo que no se metieran en problemas y que no publicaran ese reportaje. Y les puso el ejemplo de lo frágil que podían ser sus vidas si lo hacían. Tan frágil como una botella de Coca-Cola que cae al piso y se hace pedazos. Y narraron cómo Zorrilla empujó con un dedo una botellita de Coca- Cola que estaba sobre una mesa. Y, en efecto, se hizo pedazos en el suelo. Toda una metáfora siciliana.
¿Usted mandó a Zorrilla a amenazarlos?

5.- En una entrevista con la periodista Martha Anaya usted dice que los dos autores del fraude del 88 fueron Manuel Camacho Solís y Guillermo Jiménez Morales, quienes desde la Cámara de Diputados orquestaron todo para beneficiar a Salinas. Últimamente ha venido diciendo lo mismo, pero ya no menciona a Camacho, quien, por cierto, hoy es su compañero de ruta. ¿Cómo nos explica este trabalenguas político-electoral?

6.- Usted trabajó para Salinas de Gortari --fue secretario de Educación Pública--. Usted vino a Puebla gracias a Salinas de Gortari, quien primero lo mandó a trabajar al Pronasol con su hermano Raúl Salinas y luego a Puebla como candidato del PRI. Hoy, sin embargo, culpa a Salinas de los grandes males nacionales. ¿Cuándo trabajó con Salinas no se dio cuenta de que Salinas era un “monstruo”, el “peor de todos”?

7.- Usted llega a Puebla y acepta que Mariano Piña Olaya, entonces gobernador, le enseñe la ciudad, le presente a la clase política, lo placee por todo Puebla. Luego, ya como gobernador, usted inicia una campaña brutal en su contra y hasta lo bautiza como “Rapiña Olaya”… Usted le quita los terrenos a Kamel Nacif y se los da a otros empresarios (…). En pocas palabras: hizo todo lo que criticó de Piña. ¿No es esta una flagrante contradicción?

8.- Hay versiones de que el Centro Comercial Angelópolis es de seis socios, usted incluido a través de un prestanombres. ¿Es real esa versión?

9.- Usted inventó a Mario Marín. Y es que lo hizo subsecretario de Gobernación, secretario de gobernación, presidente del PRI en el estado y presidente municipal de Puebla... ¿Se siente orgulloso de su invento?

10.- Usted nada dijo del caso Marín-Cacho. Y no sólo no lo condenó: su abogado y amigo, Salvador Rocha Díaz, lo asesoró jurídicamente en el caso, habló con los ministros, hizo todo para salvarlo. Usted guardó silencio y lo único que alguna vez escribió, y eso recientemente, fue que Marín era un gobernador “desprestigiado”. ¿Hoy que está en la izquierda ya puede juzgar a su hijo político?

11.- ¿Le debe usted algo a Marín? Hay versiones soportadas por documentos que aseguran que usted recomendó a una persona para que manejara todos los seguros millonarios del gobierno marinista.

12.- Alfredo Arango está en la cárcel y hay otros funcionarios marinistas con órdenes de aprehensión giradas. Un ex servidor suyo, Eduardo Macip, tuvo que irse a Estados Unidos para evitar la aprehensión. ¿Qué piensa de que sus muchachos se hayan portado tan mal?

(…)

14.- En los noventa, López Obrador estuvo a punto de tirar a Roberto Madrazo de la gubernatura y usted encabezó a un grupo de gobernadores priistas para evitar la caída. Incluso el presidente Zedillo estuvo a punto de quitar a Madrazo, pero usted y otros gobernadores lo impidieron. Hoy usted denuesta a Madrazo y va del brazo con López Obrador. Cómo cambian las cosas, ¿no?

15.- El PRI lo hizo a usted funcionario público durante veinte años, secretario de Gobernación, secretario de Educación, gobernador, senador... Hoy que el PRI ya no tiene cargos para usted se va con los ex priístas. Qué película, ¿no?

16.- ¿Tiene usted visa americana? ¿Cuándo fue la última vez que viajó a Estados Unidos?

El Bartlett tenebroso podría llegar a Senador con la bendición de López Obrador y su república amorosa.





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jueves, 26 de enero de 2012

INDICADOR POLITICO




+ República amorosa, hipocresía

+ AMLO 2006 contra Constitución



Carlos Ramírez



Más que una propuesta seria para atender la crisis de modelo de desarrollo y de sistema político, la república amorosa le ha permitido a Andrés Manuel López Obrador eludir cualquier explicación o disculpa por los desórdenes callejeros del 2006 y su negativa a respetar el orden constitucional.

Sin embargo, el reverendo López Obrador tiene hoy un pasivo con los mexicanos; y no se trata de cualquier cosa: en el 2006 el tabasqueño desconoció a las instituciones constitucionales e intentó imponer su victoria en las elecciones por presiones callejeras y el plantón de tiendas de campaña vacías en el corredor Zócalo-Periférico.

El precandidato único del PRD quiere ofrecer hoy la imagen de un político institucional, cuando en el 2006 llevó al país a la orilla de la ruptura constitucional, a pesar de que cuando menos en tres ocasiones declaró en televisión que reconocería su derrota así fuera por un voto. Y lo peor vino después cuando acusó sin pruebas de un fraude electoral y calificó, como insulto, de mafia a los que no reconocieron su “victoria”.

Por tanto, la república amorosa es un engaño que busca presentar a un López Obrador institucional; no obstante, lo mismo hizo en el 2006 antes de las elecciones hasta que perdió los estribos y le gritó Chachalaca al presidente Fox e hizo aflorar su rostro de violencia política. Además, la república amorosa es una propuesta de cartilla moral fundamentalista cuando los procesos electorales son hechos políticos.

Al final, la república amorosa será una vacilada si antes López Obrador no aclara, disculpas de por medio, los puntos centrales de su insurrección contra las instituciones en el 2006:

1.- Luego de mandar al diablo las instituciones, llamó mafia a las autoridades electorales porque declararon presidente de la república a Felipe Calderón en función de los procesos institucionales. El concepto de mafia implica una acusación seria que tiene que ver con “delincuencia organizada”; hasta un libro publicó López Obrador para señalar a la mafia que según él le quitó la presidencia. Es la hora en que no se disculpa por la acusación.

2.- Sin  presentar pruebas legales del supuesto fraude electoral, López Obrador ocupó la columna vertebral de la vialidad del DF: zócalo-Cinco de Mayo-Juárez-Reforma hasta el periférico e instaló casas de campaña para impedir la circulación vehicular. Públicamente López Obrador instruyó a Ebrard a coordinar una parte del plantón, aunque el entonces jefe electo de gobierno no durmió en el campamento sino en un lujoso hotel. El objetivo del plantó fue presionar ilegalmente a las autoridades electorales y decidir por la amenaza callejera de una insurrección popular.

3.- El hoy reverendo López Obrador dio la orden política al PRD y sus aliados del PT y Convergencia de impedir la toma de posesión del presidente Calderón, imposibilitando su entrada al Palacio Legislativo y crear la crisis política de un presidente sin juramento para convocar a nuevas elecciones. Instigados por López Obrador, perredistas pusieron cadenas en las puertas para cerrar el ingreso de Calderón. Pero el asunto fue más delicado porque la entonces diputada perredista Ruth Zavaleta reveló que perredistas tuvieron bombas molotov en el Congreso para atascar la jura constitucional, pero a la hora decisiva no las usaron.

4.- Cómo no pudo frenar el proceso legal y legítimo de instalación de Calderón en la presidencia, López Obrador decidió convertirse en el Nicolás Zúñiga y Miranda porfirista y tomar posesión como presidente legítimo de la república, en un acto oficial en el zócalo del DF, con toma de protesta, banda presidencial, Silla del Aguila y presentación formal de su gabinete; y obligó a sus colaboradores a llamarlo “Señor Presidente”. Se trató de un acto de desconocimiento de la Constitución y sus leyes para asumir la condición de renegado como la persona que decide no obedecer las leyes ni el orden constitucional, un traidor a la democracia.

5.- Cuando falló la estrategia de impedir la toma de posesión, López Obrador dio la orden al PRD-PT-Convergencia de no reconocer la institucionalidad constitucional de Calderón como  presidente legal y legítimo y envió hordas fascistoides a reventar con violencia los primeros eventos públicos del presidente de la república. Legalmente el PRD sigue sin reconocer a Calderón; y López Obrador instigó a Martí Batres Guadarrama como secretario de Desarrollo Social del gobierno del DF a criticar duramente a Marcelo Ebrard por haberse tomado la foto con Calderón a finales del año pasado.

Al final, paradójicamente, la institucionalidad constitucional derrotó a López Obrador y lo dejó como un renegado de la democracia que había jurado y declarado respetar. De ahí que la república amorosa no sea más que una coartada y un factor de presión porque al fin y al cabo López Obrador es un agitador social y no un político institucional, un proscrito de la democracia. Como Lucio Sergio Catilina, de acuerdo con la historia de Roma, utilizó su popularidad para destruir la república romana con sus protestas y criticado duramente por Cicerón.

Lo malo de la república amorosa es que no cuadra con el perfil de rebeldía de López Obrador que llega a la silueta definida por José Ortega y Gasset en La rebelión de las masas: el niño minado, el niño caprichudo que no respeta las reglas de la convivencia y que quiere imponer las suyas. En el 2006 también convenció a empresarios y parte de la sociedad pero desengañó a sus seguidores cuando ejerció la democracia a mano alzada en el zócalo.

La república amorosa es, pues, un engaño que busca superar su tercer lugar en las encuestas; sin embargo, resulta una hipocresía mientras no acepte que violentó la precaria estabilidad del 2006.

(Diario Político 2012 de Carlos Ramírez en www.grupotransicion.com.mx)




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miércoles, 25 de enero de 2012

25-Enero-2012, Miércoles.

INDICADOR POLITICO




+ Farsa de la república amorosa

+ Neopopulismo fundamentalista



Carlos Ramírez



Si el principal problema no es la corrupción sino la desigualdad social y la marginación económica, entonces el país requiere de un nuevo modelo de desarrollo y no de un pastor fundamentalista.

Y si alguna prueba faltaba para comprobar que el PRD no es de izquierda y que Andrés Manuel López Obrador tampoco lo es, las evidencias se encuentran en la sustitución de las ideas políticas y económicas por un catecismo de pastor protestante de misa estadunidense dominical por televisión, con sus corifeos sacados paradójicamente de la comunidad científica que en su momento pugnó por el socialismo científico.

El concepto de izquierda fue pervertido por Norberto Bobbio cuando le quitó el detonador socialista y lo redujo a programas asistencialistas a favor de los pobres como desventurados sociales y no como clases explotadas. Luego el viejo sector progresista --que no socialista-- del PRI llevó el concepto a programas asistencialistas pero reducidos a subsidios regalados que no modifican la estructura productiva de apropiación privada de la riqueza social producida.

De ahí que la república amorosa de López Obrador sea una tomadura de pelo a la izquierda socialista y una coartada a los priístas neopopulistas para salirse del salinizado PRI neoliberal. Pero de ahí a darle categoría científica existe un abismo de ideas que nadie se atreve a refutarle al flautista de Hamelín de López Obrador por el miedo a perder algún lugar en el gabinete presidencial --el legítimo y el real--.

La república amorosa es la doctrina --en términos religiosos-- política e ideológica del fascismo: la dictadura del gran capital impuesta por la vía de la represión pero también de las ideas fundamentalistas. Para empezar, la república amorosa ofrece una reconciliación de clases pero sin atender al modelo ideológico de la izquierda real, histórica: el de la lucha de clases. Al margen de ser o no mecanismo de lucha, Marx y Engels descubrieron y resumieron la esencia del sistema productivo: los motores de la historia eran la explotación y la lucha de clases. La aplicación del término ayuda a entender la esencia de lo que la izquierda quiere transformar: la inflación es producto de la lucha de clases, la trabajadora peleando por salarios y la propietaria disputando las utilidades.

La república amorosa es una reconstrucción del tripartismo aplicado por Luis Echeverría con las reuniones entre empresarios, trabajadores y gobierno para tomar decisiones en función de los intereses de la estabilidad macroeconómica, no de la justicia social. La república amorosa también instala de nueva cuenta al Estado como el eje de la toma de decisiones, pero sin cambiar la naturaleza del Estado al servicio de los intereses productivos del capital privado.

La república amorosa se convierte, por razón lógica, en un consuelo; si hay amor debería existir también conformismo; por tanto, la república amorosa desactiva la lucha de clases como disputa por la riqueza; y como el Estado reproduce los intereses de la clase dominante, entonces --como se ha visto en las diferentes versiones del Estado: PRI, PAN, PRD-- el Estado tiende a beneficiar a la clase empresarial y con ello convertir la acumulación privada en el objetivo central.

La verdadera izquierda mexicana pensaba diferente. Los hoy autodenominados representantes de la izquierda son más priístas y panistas en sus fundamentaciones ideológicas que seguidores de la doctrina del socialismo de Marx. Los tres descubrimientos científicos de Marx definieron a la izquierda: la plusvalía, la acumulación y la lucha de clases. Hoy la “izquierda” lopezobradorista es amorosa: haz el amor y no la lucha de clases.

Por tanto, la república amorosa es una versión moderna de la derecha ideológica que beneficia la apropiación privada de la riqueza social, una especie de panismo hippie, y su promotor, López Obrador, elabora un discurso religioso de aceptación de la explotación económica y social; como fundados de la izquierda, Marx estableció la lucha de clases para cambiar el mundo --Tesis sobre Feuerbach que niega la izquierda socialista hoy amorosamente transformada en acólita del conformismo de clase-- y definió justamente la lucha como la única forma de disputar la riqueza producida.

Por eso la ex izquierda socialista que le dio esencia al PRD debería releer a los ensayistas de izquierda. En 1958, el ensayista marxista y escritor José Revueltas --en México: una democracia bárbara-- hizo un esfuerzo dialéctico para romper con la enajenación ideológica del PRI y estableció una de la tesis centrales de la lucha política y electoral que debería seguir la izquierda: “la única clase que pudiera hacerle concurrencia política al gobierno priísta y a su burguesía aliada era la que pudiera hacerle concurrencia económica”.

La tesis de Revueltas --sistema productivo y no espacios políticos-- es la esencia del pensamiento transformador de izquierda; en este contexto, la república amorosa de López Obrador se centra en la concurrencia política; peor aún, el tabasqueño no establece la concurrencia económica de la izquierda con un nuevo modelo de desarrollo basado en el reparto social de la riqueza producida entre trabajadores y empresarios y no en las limosnas de los subsidios, sino que la república amorosa planteó ya una relación justamente amorosa entre trabajadores y empresarios. La tesis de la izquierda es sencilla: la desigualdad social mexicana es producto de la repartición clasista de la riqueza.

De ahí que la república amorosa no sea sino una expresión mexicana del bonapartismo que analizó Marx en El 18 Brumario de Luis Bonaparte: la explotación de las pasiones de las masas desclasadas, un lumpenproletariado sin representación productiva, para la conformación de un liderazgo cesarista pero con la intención de usar a las masas explotadas para encumbrar al César en el poder y servir a las minorías explotadoras. Hoy López Obrador ha generado hasta un lumpenproletariado intelectual y académico de ex izquierdistas con el disfraz de neopopulistas promotores del cesarismo, un lombarismo vulgar.

Al final, la propuesta de López Obrador no es política sino religiosa; y, más aún, fundamentalista.

(Diario Político 2012 de Carlos Ramírez en www.grupotransicion.com.mx)




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martes, 24 de enero de 2012

24-Enero-2012, Martes.

INDICADOR POLITICO




+ Camacho y Ebrard, hoy como 1993

+ Salinazo en elección de Mancera



Carlos Ramírez



Cuando explicó el porqué de su reacción de no reconocimiento a la precandidatura de Luis Donaldo Colosio, Manuel Camacho dijo que detrás de la nominación del secretario de Desarrollo Social se encontraban “grupos de interés”.

A pesar de la campaña en el sentido de que se trataba de un berrinche, en realidad Camacho estaba denunciando la conformación de un nuevo bloque de poder operado por la alianza Carlos Salinas-Joseph Marie Córdoba Montoya y en función de la continuidad del proyecto económico neoliberal. El mismo día en que Camacho anunció su pacto con Colosio, el candidato presidencial fue asesinado.

Como se adelantó aquí hace una semana, Marcelo Ebrard estaba reproduciendo el caso Colosio-Camacho en la nominación de Miguel Angel Mancera vía encuestas: un dedazo marcado por el interés del nuevo grupo dominante en la ciudad de México que reflejaba los intereses del grupo Ebrard-López Obrador y no los del PRD.

Lector de clásicos del pensamiento político, Ebrard estaría recordando aquella referencia de Marx con la que abre su texto El 18 Brumario de Luis Bonaparte en 1851: “Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa”.

La crisis en el PRI de 1993 es prácticamente la misma del PRD capitalino en el 2012: un relevo de dirigentes con nuevas ideas, el neoliberalismo salinista en el caso priísta y un neopopulismo autoritario en el de López Obrador y Ebrard, pero ambos abandonando ideas originales y sobre todo imponiendo por la fuerza una nueva élite política. En algún momento Miguel Angel Mancera dejó entrever que no le importaría afiliarse al PRD, pero Ebrard se opuso porque de lo que se trataba era precisamente de quitar la influencia del PRD de Los Chuchos; a ello contribuyó la facción lopezobradorista en el PRD de René Bejarano, hasta hace poco opuesta a Ebrard pero ya en franca alianza por la intención del tabasqueño de desplazar al PRD del control del DFD e imponer por adelantado a Morena.

En 1993, la candidatura original de Colosio representaba los intereses de Salinas y el grupo que había tomado por asalto el PRI y quería desplazar al priísmo histórico que, por cierto, no representaba Camacho. Salinas prometió juego limpio pero sólo para neutralizar a Camacho; con el control del aparato del partido, Salinas decidió por Colosio. Camacho se negó a reconocer a Colosio a la espera de una negociación política de proyectos y por la certeza de Camacho de que Colosio iba a ser el títere de los intereses consolidados alrededor de Salinas.

Al final, el acuerdo Colosio-Camacho irritó a Salinas porque representaba primero una expresión de autonomía del candidato salinista y luego porque implicaba un acuerdo con las entonces ideas reformadoras de Camacho, aunque en el fondo se trataba de la ruptura del bloque de poder de Salinas y Córdoba con Colosio como la garantía de continuidad del modelo económico neoliberal; en el contexto de tiempo de ese entendimiento ocurrió el asesinato de Colosio que le permitió que Salinas impedir el regreso del PRI con intereses sociales y garantizar el neoliberalismo con Ernesto Zedillo como presidente neoliberal.

En el 2012 los papeles se invirtieron: Camacho y Ebrard pasaron de víctimas del autoritarismo de 1993 a victimarios de la democracia en el 2012; las variables de hace casi 20 años son las mismas: la continuidad de una nueva élite de poder, la imposición de una política económica, el control del aparato de poder y el enfrentamiento entre dos grupos políticos. Ebrard operó la nominación de Miguel Angel Mancera igual a Salinas en 1993.

Más que convertirse en la Camacho de 1993, la diputada local Alejandra Barrales apareció como la última oportunidad del PRD para mantener un espacio de poder en la ciudad de México. Su reacción a la maniobra de las encuestas revelada por el entonces secretario de Turismo de Ebrard, Alejandro Rojas Díaz Durán, no fue de berrinche sino que se basó en la inequidad del proceso interno. La reacción de los lopezobradoristas y ebradistas fue caracterizar la reacción de Barrales como de berrinche porque fue el adjetivo que disminuyó la denuncia de Camacho en 1993 a un proceso manipulado.

Lo paradójico de estas historias es que Camacho y Ebrard aparecen hoy como responsables de todas las irregularidades salinistas que denunciaron en 1993. En aquel entonces, Camacho se negó a renunciar al gobierno, habló con Salinas pero aceptó al final las reglas del juego, fue designado secretario de Relaciones Exteriores y Ebrard como subsecretario, y Camacho se fue como comisionado de la paz en Chiapas y Ebrard se quedó como asesor político de Salinas.

Por lo padecido en 1993, Ebrard estaba obligado éticamente a evitar la salinización del proceso de designación del candidato perredista a jefe de gobierno; sin embargo, su interés por imponer a un sucesor que garantizara no sólo el continuismo lo llevó a aplicar el modelo Plutarco Elías Calles de un candidato sumiso sino la derrota política del PRD.

Los escenarios de Barrales son los de reaglutinar a las fuerzas del PRD excluidas por López Obrador y Ebrard paradójicamente con los mismos argumentos de Manuel Camacho de 1993 contra Salinas por la imposición de Colosio o pactar con Miguel Angel Mancera un acuerdo político que le permita al PRD acceder a posiciones importantes en el próximo gobierno y frene las intenciones de Morena de quedarse con todo el pastel capitalino.

En el fondo, como ocurrió en 1993, el PRD como entonces el PRI mostró una fisura que se profundizará si Ebrard, Camacho y López Obrador --como Salinas-- desdeñan las quejas perredistas y que se pagará en las urnas. Lo peor era que Camacho y Ebrard debieron ser los primeros interesados en no salinizar el proceso de elección del candidato perredista capitalino pero por sus grupos de interés hoy fueron el Salinas de 1993.

(Diario Político 2012 de Carlos Ramírez en www.grupotransicion.com.mx)




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lunes, 23 de enero de 2012

23-Enero-2012, Lunes.

INDICADOR POLITICO




+ PRI-PAN-PRD: jaque mate a Elba

+ Fue segunda expulsión del tricolor



Carlos Ramírez


 

Sin tiempo para nueva alianzas, confiada en su propio poder supremo y arrogante como siempre en la política, Elba Esther Gordillo se encontró finalmente aislada en el escenario político: la ruptura de la alianza con el PRI la dejó sin complicidades de impunidad para el próximo sexenio.

Hábil en el manejo de los tiempos políticos, sensible en sus pasos en el poder y segura de la fuerza del magisterio como ejército electoral de mapaches, Gordillo se quedó flotando en el aire: se peleó con el PAN y Calderón cuando vio mejor posicionado a Peña Nieto e inclusive delató negociaciones privadas, se alió al PRI subordinando a Peña Nieto y confiando demasiado en el padrinazgo del ex presidente Carlos Salinas y desdeñó al PRD por López Obrador.

Pero sin las alianzas con el poder real, la fuerza política de la señora Gordillo se convierte en humo: suficiente para causar molestias respiratorias pero inaprehensible como dominio real. El hecho de que la ruptura con el PRI convierta en casi imposible las posiciones senatoriales para su hija y su yerno indica el hecho de que el ejército magisterial perdió su potencia política tangible y disminuyó las posibilidades reales electorales del Partido Nueva Alianza.

El golpe del PRI a Gordillo puso al Panal en la lona del cuadrilátero político. Pero también demostró la debilidad de Peña Nieto en el PRI, a pesar de haberse quedado casi con todas las posiciones ejecutivas pero con rebeliones internas que podrían repetir los escenarios priístas internos del 2000 y el 2006. Sin la alianza con Gordillo, Peña Nieto perdió un brazo político dentro del PRI. En mes y medio, como lo apuntó en su momento Indicador Político, el nuevo dirigente del PRI Pedro Joaquín Coldwell rehízo las alianzas externas del partido con miras a evitar rebeliones y fracturas internas.

Lo malo, para la biografía política de la señora Gordillo, fue el hecho de que la ruptura de la alianza PRI-Panal 2012 representó su segunda expulsión del PRI; en julio del 2006, luego de la derrota de Roberto Madrazo como candidato presidencial, la Comisión Nacional de Justicia Partidaria del PRI notificó a la señora Gordillo que estaba fuera del partido por haber pactado como priísta con el candidato presidencial panista Felipe Calderón.

Arrogante, la señora Gordillo asumió la alianza PRI-2012 como una victoria sobre el PRI que la expulsó, aprovechando la presidencia del profesor Humberto Moreira; los priístas guardaron disciplina ante la alianza pero comenzaron a presionar internamente a Peña Nieto para entender que Gordillo representaba un desprestigio político, como la crítica mediática se encargó de potenciar. La salida de Moreira facilitó la ruptura de la alianza.

Lo malo para la señora Gordillo fue que afianzó la alianza con el PRI después de una conferencia de prensa en la que delató los compromisos políticos con Calderón y el PAN, lo que por cierto la convirtió en poco confiable para asumir débitos delicados que deben guardarse con discreción. Pero al criticar a Calderón, Gordillo rompió los puentes de regreso, aunque la ruptura con el PRI también demolió los puentes de ida; así, Gordillo se quedó en un puente destruido en sus dos rutas de escape, con un río de rápidos de corrientes traicioneras.

El problema político de la señora Gordillo fue asumir el Panal como una oficina de alianzas electorales, no como un partido político real. Como no puede convertirlo en un partido magisterial porque la ley impide los partidos corporativos, entonces el Panal quedó también aislado en el juego de partidos. Al final, sus prioridades tendrán que reducirse a su mínima expresión: colocar a su hija Mónica Arreola en el Senado obligaría al Panal a tener por la lista plurinominal a la cámara alta alrededor de un millón de votos (2% de votación efectiva); por la novedad, en el 2006 tuvo 1.6 millones de votos --4% de los votos-- y sólo pudo meter a un senador, el entonces secretario general del SNTE, Rafael Ochoa.

En este contexto, la ruptura del PRI con el Panal fue el primer aviso del fin del ciclo Gordillo en la política mexicana porque su fuerza sindical no estaba en el manejo arbitrario de las cuotas sino en los espacios de poder real con los gobiernos en turno. El mensaje del PRI de Peña Nieto fue contundente por la alianza del Panal con el PRI en la elección de gobernador del Estado de México, con el aval del ex presidente Salinas de Gortari.

El otro efecto colateral de la pérdida de la alianza para la impunidad con el PRI 2012 se resentirá pronto en el sindicalismo magisterial que es la fuente del poder político corporativo de la señora Gordillo. En 1989 Gordillo ascendió al liderazgo del SNTE por el golpe del presidente Salinas contra el líder Carlos Jongitud Barrios por usar el poder de sindicato oficial del sector público contra el presidente de la república; hoy Gordillo ha reproducido el modelo Jongitud al erigirse en presidenta vitalicia y usar el poder contra el gobierno federal.

Sin el apoyo del gobierno federal y sin alianza con alguno de los tres partidos con posibilidades de llegar a la presidencia de la república, el poder real de la señora Gordillo se reduce a su propia capacidad de control pero con avances del sindicalismo magisterial disidente e independiente. La reforma del sector educativo, para hacerlo pasar de aparato de control sindical de los maestros del Estado y de aparato de control ideológico priísta a un sector dinámico y sin dependencia del modelo político del PRI, pasa justamente por la liquidación del SNTE como estructura político-sindical.

Al quedar abandonada a mar abierto y sin lancha salvavidas, la señora Gordillo parece acercarse a su fin político luego de haber controlado casi un cuarto de siglo en sindicato magisterial, sin duda uno de los últimos dinosaurios del viejo régimen político priísta. El PRI de Salinas la inventó y parece que el PRI de Salinas-Peña Nieto le dio la puntilla.

(Diario Político 2012 de Carlos Ramírez en www.grupotransicion.com.mx)




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viernes, 20 de enero de 2012

20-Enero-2012, Viernes.

INDICADOR POLITICO




+ DF: pierde PRD, gana Morena

+ Alianza secreta AMLO-Ebrard



Carlos Ramírez



Detrás de la jugada política de Marcelo Ebrard para imponer al intencionadamente no-perredista Miguel Angel Mancera como candidato del PRD a la jefatura de gobierno se oculta una estrategia política de Ebrard y López Obrador para quitarle al perredismo el control de la estructura de poder del DF.

Pero la ausencia de Alejandra Barrales de la conferencia de difusión de resultados podría reventar la maniobra AMLO-Ebrard y evitar el desplazamiento del PRD de la estructura de poder del DF.

La disminución del PRD en el DF se escondió detrás del pacto de López Obrador y Ebrard en torno a la candidatura presidencial: Ebrard declinó a sus aspiraciones luego de una rara y sospechosa encuesta y se quedó con el apoyo de López Obrador para decidir al candidato del PRD al gobierno del DF. Sólo que la clave se localizó en la nominación casi segura, luego de tres encuestas igualmente sospechosas, de un declaradamente no-perredista que, de ganar las elecciones, no tendrá compromiso con los perredistas para formar un gobierno; de ahí la previsión de que los funcionarios de Mancera en el DF serán de… Morena.

A pesar de la fuerza de López Obrador, un candidato de Morena para el DF no ganaría las elecciones sin la alianza con el PRD; por eso López Obrador se alió a Ebrard para construir una sucesión lógica de continuismo  pero en la jugada de los intereses de Morena de desplazar mal PRD del poder en el DF y quedarse con todo el pastel vía Mancera, un incondicional de Ebrard y asesor de López Obrador en el caso de El Encino.

Ebrard se afilió al PRD después de que López Obrador lo eligió por dedazo como candidato del PRD en el 2006. A lo largo de su gestión capitalina, Ebrard mantuvo siempre la distancia del PRD en el DF y aprovechó las divisiones internas entre López Obrador y Los Chuchos. Así, la declinación del 2000 de Ebrard a favor de López Obrador le sirvió para infiltrarse en el PRD y ascender a la categoría de Caudillo y el DF se convertirá en su cacicazgo personal porque jugó con las fracturas internas para enfrentar a las tribus, debilitarlas y poner de candidato a Miguel Angel Mancera a través de una encuesta de popularidad.

Como en política no hay secretos ni derechos de autor, Ebrard se encargó de esculpir la figura política de Mancera siguiendo el método de Carlos Salinas cuando se encontró a Colosio en 1979 como modesto economista en la Secretaría de Programación y Presupuesto y lo forjó hasta hacerlo candidato presidencial. Ebrard recogió Mancera en el 2002 y desde entonces lo fue puliendo hasta imponerlo como precandidato perredista sin pertenecer al PRD y sí subordinado “confiable y fiel” a Ebrard, como lo reveló el hoy ex secretario de Turismo del DF, Alejandro Rojas Díaz Durán.

La carrera de Mancera como funcionario público es muy reciente: apenas en el 2000 como asesor de la Asamblea de Representantes del DF; en el 2002 el entonces titular de la SSP capitalina, Ebrard, lo rescató para hacerlo director de Investigaciones y Procedimientos de la dependencia y lo hizo ascender hasta que el presidente Fox corrió a Ebrard por incompetente aunque en realidad por responsabilidad en el linchamiento de policías federales en Tláhuac. De todos modos, Ebrard puso a su sucesor en el cargo, Joel Ortega, y dejó a Mancera como asesor del nuevo titular.

En el 2005, Ebrard se encaminó hacia la candidatura perredista a jefe de gobierno por obra y gracia del dedo de oro de López Obrador y utilizó el cargo de secretario de Desarrollo Social para asegurar la nominación; ahí, en el 2005, Ebrard nombró a Mancera como director jurídico de la dependencia aunque luego saltó como consejero de la judicatura del DF, igual con el apoyo de Ebrard. En el 2006 pasó con Ebrard ya en la jefatura de gobierno como subprocurador de Procesos de la Procuraduría capitalina.

En el 2008, cuando Ebrard soltó lastre político para desembarazarse de las salpicaduras por los adolescentes muertos en el incendio de la disco New´s Divine y despidió a su secretario de Seguridad Pública y a su procurador, Joel Ortega y Rodolfo Félix Cárdenas, Mancera ascendió a procurador capitalino por decisión de Ebrard y se quedó como carta oculta  mientras Ebrard trataba de consolidar inútilmente la precandidatura de Mario Delgado, otro externo perredista. Lo único claro en la estrategia de Ebrard para la nominación del candidato perredista era que no debía ser perredista; por eso sus cartas fueron siempre Delgado y Mancera y nunca un perredista; ahí fue donde Ebrard logró el beneplácito de López Obrador para intercambiar el DF a cambio de la declinación de Ebrard a la inalcanzable candidatura presidencial.

La crisis de representatividad de los perredistas en el PRD fue producto de un acuerdo secreto entre Ebrard y López Obrador, además de que el tabasqueño fue auxiliado por Mancera en el caso de El Encino. Sin embargo, López Obrador tuvo siempre claro que Ebrard iba a nominar como candidato perredista a un no-perredista y con ello López Obrador también contribuirá a la debacle del PRD en el DF sobre todo por la expectativa de que Morena sea un partido político después de las elecciones y el PRD se quede desfondado y como cascarón abierto; al final del día, Ebrard es ya secretario designado de Gobernación del gabinete presidencial de López Obrador… que aún no gana las elecciones, pero ya enfilado hacia las presidenciales del 2018.

En esta jugada política se encuentra la explicación de por qué López Obrador, como los caciques priístas del pasado revolucionario, cedió la plaza a Ebrard pero en la lógica de evitar que la ciudad de México se quede en manos de los perredistas controlados por Los Chuchos. Al impedir que el PRD tuviera candidato capitalino y someter al PRD a las directrices de Morena, López Obrador y Ebrard quieren convertir al PRD en la alianza DIA en una especie de Partido Verde o Panal.

La lucha que viene en el DF es entre AMLO-Ebrard y Barrales-PRD.

(Diario Político 2012 de Carlos Ramírez en www.grupotransicion.com.mx)




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jueves, 19 de enero de 2012

19-Enero-2012, Jueves.

INDICADOR POLITICO




+ Los engaños de Ebrard al PRD

+ Elección de Estado con Mancera



Carlos Ramírez



La parte importante del incidente que llevó a la renuncia del secretario de Turismo del DF no radicó en su cese por revelar por adelantado las encuestas para señalar al precandidato capitalino, sino la encuerada que le dio a Marcelo Ebrard como el operador del proceso para beneficiar al no-perredista ex procurador Miguel Angel Mancera por encima de aspirantes perredistas.

Desde Madrid, Alejandro Rojas Díaz Durán confesó cuando menos tres detalles de la parcialidad de Ebrard que en una situación democrática tendrían que llevar a la anulación del mecanismo de encuestas:

1.- Anunció el resultado de las encuestas favorable a Mancera antes de haberse terminado la consulta.

2.- Reveló que Mancera es un candidato marcelista y por tanto le quitó a la encuesta la máscara democrática.

3.- Adelantó en este escenario que “un marcelista confiable y leal”, Mancera, “´será el futuro jefe de gobierno del DF”.

De estas tres pinceladas se derivan dos hechos:

1.- La nominación de Mancera fue un dedazo al estilo priísta de Ebrard y por tanto la encuesta fue nada menos que una pantomima a la que se prestaron los perredistas y el PRD.

2.- Por la filiación marcelista de Mancera, Marcelo Ebrard operará en las elecciones capitalinas de julio una verdadera elección de Estrado, también al viejo estilo priísta e igual a la del 2006 que encumbró a Ebrard en el DF.

Lo que queda por aclarar es el hecho de que el que está interviniendo en el proceso electoral perredista fue el propio Ebrard y por tanto su regaño de que tendrá que renunciar quien se meta se le debe aplicar a él mismo. Por la forma en que manejó el mecanismo perredista Ebrard está dejando pistas de cómo será la elección constitucional: una elección de Estado de Ebrard para poner como jefe de gobierno no al que gane en un proceso democrático sino a “un marcelista confiable y leal”.

Las declaraciones de Rojas Díaz Durán en Madrid dejaron la certeza del intervencionismo de Ebrard no sólo en el proceso interno del PRD sino como el anuncio de que operará el poder el GDF para imponer a un subordinado leal. El problema no fue la declaración del hoy ex secretario de Turismo del DF sino el hecho de que el propio hoy ex funcionario haya sido comisionado por el propio Ebrard para operar políticamente a favor de Mancera; por tanto, la revelación de Rojas Díaz Durán fue solamente una confirmación del intervencionismo directo de Ebrard en el proceso perredista.

El asunto del ex secretario de Turismo completa el cuadro de la parcialidad del actual jefe de gobierno en el proceso electoral capitalino. El primero en delatar la parcialidad de Ebrard en las elecciones del DF fue nada menos que López Obrador cuando anunció que Ebrard había decidido abandonar la pelea por la candidatura presidencial perredista a cambio de decidir la nominación en el DF; es decir, que Ebrard impondría al candidato. La delación de Rojas Díaz Durán sólo confirmó lo adelantado por López Obrador.

Si Ebrard usó el cese de Rojas Díaz Durán como ejemplo para funcionarios que se metan en el proceso electoral capitalino, entonces el jefe de gobierno debería ser el primero en separarse de su cargo porque no garantiza una competencia limpia y democrática. Por lo pronto, la renuncia de Rojas Díaz Durán no borra el sentido de la revelación: el jefe de gobierno del DF pondrá candidato y lo hará ganar porque necesita un sucesor “confiable y leal”.

En todo caso, no son novedad en el PRD los estilos priístas de Ebrard de poner candidatos sin cumplir con las reglas democráticas. Los perredistas Pablo Gómez y Arnaldo Córdova criticaron duramente el pasado fin de semana precisamente la forma en que la encuesta suplió el compromiso  democrático del PRD. En el 2006, en una competencia entre varios perredistas por la candidatura a jefe de gobierno, el entonces candidato presidencial perredista López Obrador decidió la contienda con una entrevista en La Jornada con un dedazo declarativo: “creo que el candidato debe ser Marcelo”. La consigna del Caudillo fue obedecida sin chistar y Ebrard --(ex) priísta y (ex) salinista-- fue nominado por encima de Pablo Gómez y Jesús Ortega.

Así, el cese de Rojas Díaz Durán no logró borrar las evidencias de lo que viene en la elección capitalina de jefe de gobierno: una elección de Estado similar precisamente a la que operó el jefe interino de gobierno en el 2006 Alejandro Encinas para beneficiar al candidato Ebrard. Y Ebrard sabe de elecciones de Estado porque como priísta le tocó aplastar sin piedad al PRD en 1991 para regresarle el control de la ciudad de México al PRI de Carlos Salinas de Gortari; el operativo fue tan contundente que el PRI salinista operado por Ebrard logro el carro completo y el propio Ebrard no pudo colarse como asambleísta.

Las revelaciones del hoy ex secretario de Turismo del DF no se acallan con el cese sino que exigirían una investigación oficial de las autoridades electorales. Por lo pronto, Rojas Díaz Durán apestó las encuestas para decidir el candidato más competitivo porque anunció el resultado antes de que terminaran de procesarse los datos.

En todo caso, quedan las propias palabras de Ebrard: “les pedí (a los funcionarios del GDF) que respetaran el proceso, que no intervinieran, que nos mantuviéramos al margen; entonces por eso se le pidió la renuncia el día de ayer” a Rojas Díaz Durán; así que “todos están avisados, ya saben a qué le tiran, yo no voy a permitir que hagan otra cosa”. Rojas Díaz Durán probó que Ebrard intervino en el proceso para poner a un ebradista “confiable y leal”, por lo que Ebrard entonces debería solicitar licencia porque no garantiza elecciones capitalinas libres.

(Diario Político 2012 de Carlos Ramírez en www.grupotransicion.com.mx)




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