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Periodista, escritor, Lic. en Periodismo, Mtro. En Ciencias Políticas, oaxaqueño. Autor de la columna "Indicador Político" en El Financiero.

viernes, 29 de junio de 2012

29-Junio-2012, Viernes.


INDICADOR POLITICO




+ Las reformas, en el Congreso

+ Beltrones y Camacho, pivotes



Carlos Ramírez



Como el que gane la presidencia llegará bastante acotado por la diferencia de votos y los compromisos y como los partidos carecen arrastran liderazgos de coyuntura, las posibilidades de las grandes reformas necesarias para salir del hoyo se van a trasladar a las élites legislativas.

Lo malo es que la conformación de las candidaturas al congreso fue producto de las negociaciones entre grupos, corrientes y tribus y no de una estrategia de profesionalización del legislativo y por tanto la próxima legislatura será bastante pobre en estrategias políticos.

En este escenario sobresalen cuando menos dos figuras que serán fundamentales para negociar las reformas y, ojalá, diseñar un acuerdo para la reorganización del Estado que permita la transición hacia un régimen político democrático y moderno: el priísta Manlio Fabio Beltrones en la Cámara de Diputados y el perredista Manuel Camacho Solís en el Senado. Si el PRI y el PRD logran pactar las reformas a partir de las experiencias frustrantes del pasado y jalan al PAN al debate del horizonte nacional, el país podrá encontrar mejores posibilidades de desarrollo. Si no, desde ahora se podrá percibir que el próximo será otro sexenio perdido.

El PAN carecerá de figuras en las Cámaras porque las nominaciones al legislativo fueron producto de las negociaciones derivadas de la competencia interna por la candidatura presidencial. En el fondo, el PAN se confío demasiado en la victoria y perdió el enfoque estratégico en la distribución del poder en el legislativo, sin haber aprendido que en los años de la alternancia panista el Congreso se convirtió en un espacio político de gobernabilidad.

La gestión del ejecutivo ha dependido de la movilidad del legislativo: algunas de las reformas parciales de Fox no pasaron en el legislativo y Calderón no tuvo en el Congreso alguna pieza negociadora de otras grandes reformas. En cambio, por ejemplo, Beltrones desde el Senado delineó el primer trazo de una reforma política viable pero fue bloqueada por la bancada priísta en la Cámara de Diputados. De ahí la importancia de que la Cámara baja se convierta en la incubadora de reformas y Beltrones retome su iniciativa --limitada en el Senado pero cuando menos simiente de alcances mayores-- de Reforma del Estado.

La posibilidad de una buena alianza Beltrones-Camacho podría posibilitar la reforma del proyecto nacional de desarrollo. Hacia 1994, el entonces jefe de la bancada priísta que iba a trabajar con el gobierno de Zedillo, José Francisco Ruiz Massieu, llegó a tres conclusiones interesante: el colapso de 1994 obligaba al PRI a construir una transición a la democracia como la española, las transiciones las hacen los dinosaurios y la principal operación política de la transición en ese entonces se localizaría en la Secretaría de Gobernación.

Con ello, Ruiz Massieu se perfilaba para el cargo en Bucareli con la encomienda de operar la transición del régimen autoritario que había reventado el EZLN, el asesinato de Colosio y la descomposición político-económica del salinismo. Sin embargo, su asesinato a finales de septiembre de 1994 rompió con el escenario político, Zedillo se quedó sin operadores experimentados y el régimen priísta se enconchó para protegerse y bloqueó cualquier reforma transicionista.

Beltrones y Camacho son operadores, negociadores y reformadores; su alianza tendrá que pasar, sin embargo, por expedientes del pasado, principalmente el tema de Colosio. Beltrones fue del equipo del primer círculo del sonorense sacrificado en Lomas Taurinas y Camacho quedó atrapado en los enredos de la sucesión priísta y luego le quisieron achacar la responsabilidad del clima del asesinato. Cada uno siguió su curso, más accidentado el de Camacho. Hoy el escenario político complicado de los próximos tres años los coloca en una posición privilegiada para entrarle de lleno a la reforma del Estado, del régimen y del modelo de desarrollo.

Las circunstancias actuales los van a colocar en un espacio político privilegiado: la influencia en dos de las tres más importantes formaciones políticas. En apariencia sus posibilidades dependerían del ganador de las elecciones presidenciales, pero gane quien gane la presidencia de todos modos en la realidad el legislativo se convertirá en el verdadero centro del poder político. Beltrones y Camacho han construido sus propios espacios políticos al margen de sus partidos y conforman cada uno las dos necesidades de cualquier reforma: base política y diseño de propuestas.

El próximo presidente de la república, el que gane las elecciones de los tres principales candidatos, carecerá de margen de maniobra y encabezará una presidencia acotada por las circunstancias electorales, además de que ninguno de los tres en realidad mostró alguna propuesta de fondo para transitar hacia un nuevo proyecto nacional de desarrollo y hacia un nuevo consenso político en torno a la reforma del Estado.

Beltrones y Camacho pertenecen a partidos políticos definidos, pero los dos se mueven por sus propias biografías; del PAN en el Senado sólo estaría Alonso Lujambio, un politólogo con ideas sistémicas, aunque sin influencia en su partido; y Ernesto Cordero, el delfín presidencial que perdió la interna ante Josefina Vázquez Mota, recibió la candidatura a Senado como premio de consolación y sin ningún indicio de alguna propuesta reformista, aunque podría ser una pieza  negociadora junto al empresario Héctor Larios Santillán, otro operador panista en la cámara alta.

El escenario poselectoral del 2012 estará fértil para la reforma del proyecto nacional de desarrollo y los nuevos acuerdos políticos, productivos y de conciliación. Falta que los partidos en el Congreso decidan la transición. Beltrones y Camacho podrían ser los pivotes de la reforma porque representarían las dos cámaras y los dos partidos con mayor presencia política, y ambos podría jalar a negociadores panistas para un grupo transicionista en el poder legisaltivo. Los dos saben como diseñar y operar transiciones. Falta que se pongan de acuerdo.



@carlosramirezh

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jueves, 28 de junio de 2012

28-Junio-2012, Jueves.


INDICADOR POLITICO




+ Fox, record Guinness por PRI

+ Y PAN: poder sin alternancia



Carlos Ramírez



Hoy se cumplen dos años del artero crimen del

tamaulipeco Rodolfo Torre Cantú, cuya memoria sigue viva



El rasgo más significativo del cierre de las elecciones presidenciales del 2012 es simbólico: el panista que logró derrotar al PRI en el 2000 y se comprometió a sacarlo de Los Pinos ahora aparece como el panista que más promueve el regreso del PRI a Los Pinos.

El verdadero récord de Guinness de Vicente Fox no será haber sido el presidente de la alternancia panista en la presidencia de la república en el 2000 sino el presidente que impulsó la restauración del PR para el 2012. Fox sería el primer político de un partido que pidió el voto de sus partidarios en favor del partido al que derrotó en elecciones presidenciales anteriores.

Y el dato más revelador de la recta final de las elecciones presidenciales radica en la corresponsabilidad de Fox y el PAN de no saber construir una alternativa al proyecto político del PRI en doce años: el regreso del PRI a la presidencia de la república estaría escrito desde hace doce años con la decisión del PRI de colaborar con el PRI --y no al revés-- en el primer sexenio de la alternancia y desde hace cuatro años con las primeras encuestas a favor de Enrique Peña Nieto y del PRI, sin que el PAN ni los panistas hicieran algo para presentar una opción de proyecto político alternativo.

El PAN desaprovechó la oportunidad del 2006: el verdadero problema de entonces no fue López Obrador y su línea de insurrección nacional al negarse a reconocer las cifras oficiales del IFE y del TRIFE, sino eludir el hecho de que el PRI estaba tirado en la lona con apenas el 22.6% del voto presidencial, en una caída a plomo desde 1982: luego del 98% de votos de López Portillo en 1976, el PRI pasó a 70.9% con Miguel de la Madrid, 50.7% con Carlos Salinas de Gortari, 48.7% con Ernesto Zedillo y 36.1% con Francisco Labastida Ochoa.

Las tres herencias malditas del PRI estallaron en colapso electoral en el 2000: la corrupción, la represión y la pobreza. La voluntad de cambio de la sociedad mexicana mandó un mensaje claro: la alternancia por la derecha y no por la izquierda. Ese capital político fue el que recogió Fox al tomar posesión de la presidencia de la república, pero lo dilapidó cuando careció de pensamiento estratégico, nunca fue figura de estadista y prefirió el poder hedonista.

El posible regreso del PRI a la presidencia de la república se incubó en el sexenio de Fox. No sin cierta ironía lo recordó Peña Nieto ayer miércoles en una entrevista publicada en El Universal que reafirma el papel de Fox en el primer gobierno de la alternancia: “el PRI nunca se fue”. Y no se fue porque Fox prefirió pactar con el PRI su sexenio sin problemas, a cambio de seguir manteniendo al PRI en las decisiones presidenciales en Los Pinos.

La frase de Peña Nieto explica el papel de Fox como promotor de votos a favor no del candidato Peña Nieto sino del PRI: al final de cuentas, Fox estaría en la lógica de darle continuidad al sexenio priísta-panista 2000-2006 que a defender su récord de haber terminado el ciclo de setenta y un años de dominio presidencial priísta. Como un acto político superior borra a uno inferior, ahora Fox no será recordado como el panista que sacó al PRI de los Pinos, sino como el que regresó el PRI a Los Pinos, una imagen de sus propias confusiones políticas.

El escenario electoral que prefigura el domingo representa todo un desafío para el análisis político: la crisis, el salgo negativo y un presidente que mantuvo la “sana distancia” de su partido llevó al PRI a la pérdida de la presidencia de la república; pero el PAN tuvo doce largos años para construir una verdadera alternancia en tres puntos: liderazgo político, partido con fuerza electoral y proyecto político nacional; sin embargo, es obvio que fracasó.

El escenario del regreso del PRI a la presidencia fue posible por tres circunstancias: aliarse al PAN ante la intransigencia perredista, consolidar su estructura electoral y política a pesar de perder gobiernos estatales y capitalizar la imagen mediática de uno de sus cuadros más más visibles. El PRD cometió el error estratégico de no establecer una alianza con el PAN y el PAN le dejó la conducción política a Fox en el sexenio 2000-2006 y luego Calderón le dio más prioridad a la estrategia contra la seguridad; los dos sexenios panistas en realidad no hicieron política confiados en el supuesto sentimiento antipriísta del 2000.

El PAN y el PRD carecieron de un discurso político de alternancia, transición y cambio. Lo peor de todo fue que los candidatos de estos partidos desperdiciaron tiempo y oportunidades para recuperar el espíritu de la alternancia. Los electores los vieron como partidos aislados, ineficaces en resultados y dominados por argumentos ajenos al poder. Al final quedó la apreciación atribuida a Luis Javier Garrido de que “en México todos somos priístas hasta demostrar lo contrario”. En doce años la sociedad nunca vio una oferta real de alternancia y la tendencia a favor del PRI no fue sino la expresión de que PRD y PAN se habrían estancado en una política priísta sin PRI.

De ahí que el proceso electoral del 2012 deba ser también analizado como parte de una continuidad política que el PAN y el PRD no rompieron en el 2000 y que tampoco pudieron quebrar en el 2006. El PRI ha demostrado ser un partido de poder, no de discursos o caudillismos; mantuvo el control de su partido a pesar de haber quedado en tercer lugar en el Senado en el 2006 y logró una recuperación sustancial en las legislativas del 2009. La versión del candidato mediático ignora que el PRI sí hizo su tarea en tanto que PAN y PRD se quedaron dormidos como la liebre del cuento de la tortuga.

Por tanto, en una paráfrasis de lo que dijo Reyes Heroles en 1978 respecto a que la derechización de un régimen es culpa de la izquierda, la consolidación del PRI ha sido responsabilidad histórica del PAN y del PRD.



@carlosramirezh

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miércoles, 27 de junio de 2012

27-Junio-2012, Miércoles.


INDICADOR POLITICO




+ Fox a PRI para parar a Josefina

+ Voto útil traicionado por foxismo



Carlos Ramírez



Como en política las dudas son certezas y las certezas son dudas, el apoyo de Vicente Fox a Enrique Peña Nieto y al PRI se dio justo cuando la candidata panista Josefina Vázquez Mota comenzó su repunte.

Y más que obedecer a la estrategia de “apoyar al puntero”, el juego palaciego de Fox obedeció a los datos que llegaron a Guanajuato de que no tendría ningún espacio político en el gobierno, de ganar el PAN las elecciones presidenciales.

Después de que fue obligado a doblarse en abril y se reunió con Josefina para llamarle “mi presidenta”, Fox tuvo los datos para comprender el enojo en Los Pinos en su contra y la ausencia de espacios políticos en el equipo de Josefina. En cambio, en el PRI le pasaron la cuenta política de los apoyos recibidos en el centro Fox por gobiernos estatales priístas y entendió que había llegado la hora de pagar las cuentas.

Fox había sido marginado del PAN nacional, del grupo presidencial y del panismo guanajuatense. Pero en el fondo, también Fox entendió que en realidad él nunca había sido panista, que fue un empresario que encontró en el PAN el espacio para la candidatura a gobernador y de ahí, contra las reglas del PAN, lanzó su candidatura presidencial en 1997. En el poder, Fox jugó para mismo y no para el PAN y en el 2006, al estilo priísta, quiso imponer a Santiago Creel como su candidato presidencial, a costa inclusive de reprimir a Felipe Calderón y de desconocerle posibilidades cuando fue secretario de Energía.

La lucha de Fox contra Calderón se agudizó en 2005 cuando ocurrió el cambio en la dirección nacional del PAN ya en la coyuntura de la designación de candidato presidencial y Fox impuso a Manuel Espino Barrientos y a su grupo El Yunque para operar la precampaña de Creel. Hoy, por cierto, Creel y el grupo ultraderechista religioso del Yunque se han convertido en festivos promotores del voto al PRI y a Peña Nieto, a cambio de posiciones de poder en el próximo gobierno, en caso de que el PRI gane la presidencia de la república.

Como ex presidente, Fox padeció las alucinaciones de todo ex presidente priísta de la república: el ejercicio del poder; sin embargo, el PAN y el gobierno calderonista le hicieron un vacío. En el colmo de sus fijaciones, Fox pidió que como ex presidente le dijeran “presidente” pero sólo recibió burlas de los panistas. Asimismo, gobiernos panistas se negaron a contratar al Centro Fox.

Abandonado por el PAN, marginado por los panistas, Fox se sintió maltratado por el gobierno de Calderón. Su tabla de salvación fue el entonces gobernador del Estado de México, quien visitó el Centro Fox y promovió que gobiernos priístas contrataran los servicios del ex presidente. Fox se llegó a quejar de que el presidente Calderón nunca había visitado el Centro Fox.

La utilización de Fox como un ariete contra la candidata presidencial panista ha respondido al hecho de que el ex presidente en realidad no ha sido panista y que sólo utilizó al partido para su carrera tras de cargos de elección popular. La expulsión de Espino del PAN a finales del 2010 fue el primer aviso de que en los hechos Fox ya nada tenía que hacer en el PAN. Ahí se cerró el círculo: Fox se sintió como Luis Echeverría cuando López Portillo le quitó la red presidencial, le negó recursos para su centro de estudios y le cerró espacios a sus seguidores.

La función de Fox hoy como promotor de la campaña de Peña Nieto y del PRI responde a una lucha interna al interior del PAN. El involucramiento de Fox llamando a votar por el puntero está en la lógica del voto útil que pudiera darle más certeza al candidato presidencial panista. En el 2000, Fox supo movilizar al voto útil a su favor y con ese voto ganar la presidencia de la república.

Sólo que Fox, en su superficialidad política, aún sigue sin entender cómo fue que ganó la presidencia de la república: primero, el voto útil se tejió alrededor del uso de la palabra “cambio” en el 2000, argumento por cierto que le sirvió a Barack Obama en el 2008 para movilizar a la mayoría silenciosa a su favor. Y segundo, el voto útil fue responsabilidad de un grupo de intelectuales activados por Jorge Castañeda, un académico crítico de izquierda que estructuró el discurso de una coalición plural.

Sin embargo, la principal queja de los del voto útil contra Fox fue el incumplimiento del compromiso por el cambio: Fox prefirió gobernar cómodamente con Marta Sahagún, no supo cómo organizar un proyecto de transición, se aisló de los intelectuales que lo apoyaron y traicionó las posibilidades del cambio; ante la fragilidad de su victoria y la fuerza legislativas del PRI, Fox decidió cogobernar con los priístas y sobre todo con Elba Esther Gordillo, aliada de Marta Sahagún para la candidatura presidencial de ésta en el 2006, y apadrinó la carrera de Gordillo a la diputación en el 2003, la apoyó en la coordinación de la bancada y luego la impulsó a la presidencia del PRI, fracasando en todas maniobras.

La estrategia del PRI es usar la figura de Fox para jalar el voto útil a favor de Peña Nieto, pero resulta que Fox sólo tiene reclamos del voto útil, de los ciudadanos a los que les falló en el cambio y de los panistas que lo ven como un arribista de la política. Esta debilidad de Fox ha sido aprovechada por los panistas en los últimos días para atacar a Fox como una forma de generar un consenso a favor de Josefina, con lo que Fox no le ha llevado votos al PRI y sí le ha quitado algunos que ven en el ex presidente la imagen repudiable del político maniobrero, oportunista y vendido al mejor postor.

Eso sí, Fox se convirtió en una maniobra del PRI para detener la recuperación electoral del PAN; por eso los estrategas priístas utilizan a Fox como la imagen del panista acomodaticio aunque sin efecto en las filas del panismo.



@carlosramirezh



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martes, 26 de junio de 2012

26-Junio-2012, Martes.


INDICADOR POLITICO




+ Elecciones y las cinco crisis

+ Dilema 2012: votar para qué



Carlos Ramírez



En la recta final de las elecciones presidenciales y legislativas del 2012, el dilema electoral del ciudadano radica en confrontar su realidad en crisis con las ofertas de los candidatos. Y resulta que ahí hay un teléfono descompuesto.

Los candidatos piden el voto sin una oferta programática integral a cambio, que atienda a los principales problemas de la realidad. Las cinco crisis más importantes que enfrenta el ciudadano no encuentran respuestas en candidatos y partidos:

1.- La crisis económica. El modelo de desarrollo mexicano se quedó a la mitad entre el viejo populismo generador de desequilibrios macroeconómicos y el deficiente neoliberalismo que ha logrado la estabilidad a costa de la pobreza y de dejar fuera del desarrollo a la mitad de los mexicanos. El país necesita crecer 7% para ofrecer empleos en el sector formal al millón de mexicanos que se incorpora cada año al sector formal de la economía. Pero no es cosa de prometer ese PIB, sino de comprometerse a la reorganización total del modelo de desarrollo.

El fracaso del estatismo y la insuficiencia del neoliberalismo exigen una tercera vía para el desarrollo con base en la redefinición constitucional del nuevo Estado. La tarea le había correspondido al PAN por la alternancia partidista en la presidencia de la república, pero al parecer no entendió el sentido de la derrota del PRI y optó por pactar las reformas con un PRI que concedió aquello que no modificara el Estado priísta tradicional.

2.- La crisis de seguridad. Al comenzar las campañas los candidatos prometieron el regreso de las fuerzas armadas a sus cuarteles pero a estas alturas ninguno va a cumplir porque la presencia de los militares en la seguridad interior no es causa del problema de seguridad sino el efecto. Los candidatos de los tres principales partidos encontraron la fórmula mágica: policías estatales profesionales sustituirán a las fuerzas armadas. Pero ya van seis años y los gobiernos estatales no han logrado profesionalizar sus policías. Por ello es que los tres principales candidatos decidieron excluir el tema de sus agendas.

El contrapunto es bastante serio y se ha visto en toda su dimensión en las últimas semanas: mientras las fuerzas de seguridad federal presentan todos los días a capos arrestados en el interior de la república, no pasa día en que no se den a conocer datos de crímenes entre bandas criminales por la falta de una estructura estatal y municipal de seguridad. Por eso es que la ciudadanía confía en 80% en las fuerzas armadas y casi nada en la seguridad estatal y municipal.

3.- La crisis social. El colapso presupuestal en el periodo 1970-1982 derivó en una disminución del gasto social y por tanto en el abandono de las políticas públicas orientadas a la igualdad social. El gasto social bajó estructuralmente en esos sexenios. El periodo neoliberal 1983-2012 no sólo no logró reorganizar las finanzas públicas ni tampoco pudo regresar a las políticas de bienestar social, por lo que la responsabilidad de la pobreza crónica no se acredita a algún presidente en particular sino a una estrategia de política económica que decidió sacrificar a los mexicanos por el objetivo de estabilizar las cifras macroeconómicas.

La pobreza es producto de una política económica basada en el control de la demanda, la disminución del gasto social y la definición de la inflación baja como estrategia macroeconómica; es decir, una segunda oportunidad al desarrollo estabilizador basado en el control de inflación-salarios-devaluación. El objetivo de la política económica no es el desarrollo concebido como objetivo de igualdad social, sino atar el crecimiento económico a una baja tasa de inflación.

4.- La crisis de los consensos. México pudo lograr en el pasado altas tasas de crecimiento económico con bienestar social no tanto por el modelo de desarrollo sino por la estructura autoritaria de dominio absolutista del PRI y este partido como el espacio del control social y político. A ello se agregó la construcción de un acuerdo político mayoritario por la vía de la cultura política: el consenso de la Revolución Mexicana como el compromiso de justicia y equidad. La crisis del populismo y la crisis del neoliberalismo liquidaron el consenso de la Revolución  Mexicana y la falta de una mayoría cómoda ha tenido también la falta de un discurso cohesionador. Sin una idea nacional mayoritaria, los acuerdos en los centros de poder se han reducido a su mínima expresión; en el pasado el discurso de la Revolución mexicana facilitada las negociaciones y los pactos.

El problema en realidad no radica en la división política nacional en tres tercios, sino en el hecho de que el país se quedó sin un consenso que cohesione a todas las fuerzas políticas en función de un proyecto nacional. Y hoy se observa que cada uno de los tres candidatos principales tiene su propio proyecto pero ninguno de los tres tiene la suficiente fuerza como para convertirse en un consenso nacional. Por tanto, el horizonte histórico de la crisis es infinito.

3.- La crisis de gobernabilidad. Si se revisan los discursos políticos de los tres principales candidatos, se podrá concluir que existen indicios de un diagnóstico de la crisis más o menos cercano a la realidad. En teoría cada uno de los tres tiene pistas de lo que se necesita hacer. Pero lo que no entienden es que cada uno por sí mismo carecerá de fuerza para lograr las reformas necesarias. Y ahí es donde naufragan todas las buenas voluntades. La crisis de gobernabilidad se manifiesta cuando la sociedad exige cambios y las ofertas de las élites gobernantes son menores a esas exigencias.

El único camino para encontrar el acuerdo sería el modelo de los Pactos de la Moncloa de la transición española a la democracia: la reorganización total del proyecto nacional de desarrollo, sin áreas a resguardo. El primer paso se daría aceptando que la Revolución Mexicana y su modelo ya dieron de sí, que hay una idea soberana cohesionadora y que hay que reorganizar el Estado, el sistema político y el pacto constitucional. Si no, como parece verse en este 2012, entonces nos esperan otros seis años de desarrollo para unos pocos, mayores desigualdades sociales y desacuerdos políticos en la orilla de las rupturas.



@carlosramirezh

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lunes, 25 de junio de 2012

25-Junio-2012, Lunes.


INDICADOR POLITICO




+ Fue un regaño del EPR, güey

+ Intervención foránea en el 132



Carlos Ramírez



En medio de sus aceleramientos, el movimiento YoSoy132 quedó atrapado en sus propios radicalismos fundamentalistas. El jueves 21 el EPR, una de las guerrillas mexicanas con más presencia sostenida, les dijo a los jóvenes estudiantes de universidades privadas que “les tomamos la palabra” en la amenaza juvenil de que “si hay imposición (de presidente), habrá revolución”.

Hasta el domingo el 132 ni siquiera acusaba recibo del comunicado guerrillero. De ahí que la irrupción del EPR, involucrado en estallamiento de explosivos en varias instalaciones federales, o no fue entendida por los estudiantes acelerados o es la hora en que tampoco entendieron su contenido.

De ahí que el comunicado del EPR al 132 haya sido un regaño al uso del lenguaje revolucionario por parte de jóvenes indignados. Si se lee bien el texto, los guerrilleros mandan a los chavos a estudiar la historia y marxismo y de alguna manera los conminan a no ser tan superficiales con consignas que carecerían de voluntad radical. Por eso la guerrilla les dijo al 132: “les tomamos la palabra”. ¿Cuántos del 132 de las universidades privadas, donde pagan altas colegiaturas, van a irse a la guerrilla después de las elecciones del domingo si gana Peña?

El comunicado del EPR a los chavos del 132 les pide seriedad y los envía a estudiar historia real del país y a estudiar teoría marxista para que sepan qué quieren decir cuando invocan la palabra revolución:

“Somos un partido en la clandestinidad desde hace 48 años, fuimos y somos jóvenes que estamos en la lucha de masas y aportamos lo que podemos, por eso como viejos (jóvenes de corazón) y jóvenes biológicamente, creemos que la actitud de los jóvenes del #YoSoy132 es loable porque su existencia es ya un cuestionamiento al régimen neoliberal y sus políticas depredadoras que conducen al ser humano a la barbarie. Estos jóvenes como otros más están aportando ideas y definiciones que deben ser tomadas en cuenta; sin embargo, ante el clamor que se ha escuchado en toda la república sobre que “SI HAY IMPOSICIÓN HABRÁ REVOLUCIÓN”, esa consigna la valoramos y aunque puede ser emocional o consciente, les tomamos la palabra. A los que la tomen como consciente, razonada, elaborada con decisión, les opinamos que si se deciden por tal situación, ésta es difícil y de muchos esfuerzos que no implican sacrificios.

 “No dudamos que ante un fraude y por consiguiente una imposición habrá grupos que quieran hacer una revolución y a estos les decimos que hay que analizar la historia de todos los pueblos que han luchado por su liberación; nutrirse con la teoría y la ideología marxista leninista, la cual es un guía para la acción y proponerse un lineamiento político, una estrategia, la táctica y sus tareas; los estatutos que rijan su actitud ante la vida y comportamiento para sobrevivir; controlar sus emociones para que en el momento en que quieran hacer sus grupos, comités o células no sean infiltrados, ya que eso sucedió en algunos grupos después de las trágicas masacres estudiantiles-populares del 68 y del 71.

“Puede darse y es posible que haya levantamientos armados en nuestro país de quienes han sufrido y continúan sufriendo hambre y atropellos caciquiles por parte del PRI y el PAN, partidos que han asesinado, humillado y despreciado a nuestro pueblo.”

Lo bueno para el 132 es que se siguen movimiento en la periferia de la crítica mediática, que siguen careciendo de un programa político. De alguna manera también se los dijo Camila Vallejo, vicepresidenta de la federación de Estudiantes de la Universidad de Chile y dirigente de la Juventud Comunista, en su mensaje “Un saludo a México”, escrito en su blog, al invocar a México como la tierra de Zapata y Villa. En su texto, Vallejo les recuerda que el adversario es el mercado y el neoliberalismo y los intereses corporativos y económicos que dominan las decisiones, lo que traducido a México critica a las granas empresas corporativas que forman parte de los consejos educativos de las universidades privadas a las que asisten los del 132; por tanto, por ahí debiera reorientarse la lucha de los indignados: contra las estructuras de sus universidades que fijan los lineamientos educativos para forjar las mentes de los jóvenes.

 “Tanto ustedes como nosotros hemos presenciado durante mucho tiempo cómo la política anquilosada en intereses corporativos y económicos renunció a los cambios sociales. Una política secuestrada por las directrices del mercado ultraliberal, la corrupción, el egoísmo, manipuladora de complejas herramientas de coerción social y comunicacionales, abandonada de toda ética y veracidad.

“Hemos visto cómo formas institucionalizadas de hacer política, se encargan de mantener y defender a toda costa un modelo inhumano y deshumanizante, centrado en el lucro y no en la vida, construido desde el individualismo y la competencia, sin valores y sin un "nosotros", sin el entendimiento colectivo. Un modelo que absorbe, que consume, que nos aplasta imponiéndonos la ignorancia, que nos despoja de nuestros derechos, de nuestra libertad y nuestra dignidad.”

Pero el 132 anda por su cuenta, inflexible, autoritario, fundamentalista, sordo, exigiendo que el proceso electoral mexicano se someta a sus caprichos, intentando convertirse en un IFE paralelo. Mientras, ya se les colaron intereses extranjeros. Por ejemplo, Karen Silva Banderas es una de las comunicadoras del 132 y de manera oficial invita y convoca, emite opiniones sobre la represión en México, y opera como oficina de comunicaciones y relaciones públicas; sólo que Silva Banderas es ecuatoriana y tiene una oficina que vende los servicios de comunicaciones, lo que lleva a preguntar que quién le paga para operarle relaciones con prensa mexicana al 132. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, es una pieza de Hugo Chávez y se ha destacado por reprimir a la prensa.



@carlosramirezh

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lunes, 11 de junio de 2012

11-Junio-2012, Lunes.


INDICADOR POLITICO




+ Más allá del debate: polarizar

+ AMLO, con modelo PAN 2006



Carlos Ramírez



Como en política nunca hay nada nuevo, el proceso electoral presidencial se va a decidir mucho más allá del debate entre los candidatos presidenciales. El escenario electoral del 2012 ha sido llevado a repetir el de 2006: la polarización PRI-PRD, en lugar de PAN-PRD.

El 2006 fue todo un modelo de confrontación política inducida: el candidato panista Felipe Calderón llevó la contienda a una polarización con el candidato perredista López Obrador bajo el slogan de que Andrés Manuel “es un peligro para México”. El candidato priísta Roberto Madrazo, chapado a la antigua, no entendió la lógica del marketing y se hundió en el tercer lugar. El resultado oficial: PAN: 35.89%, PRD: 35.31% y PRI: 22.26%. La polarización le dio a Calderón la ventaja necesaria para ganar.

Hoy el escenario es el mismo: López Obrador está asumiendo el papel de Calderón en el 2006 y ha diseñado el discurso de repudio al priísta Enrique Peña Nieto presentándolo mediáticamente como un peligro para México que el PRI regrese a la presidencia; Peña, en todo caso, tiene a su favor el hecho de que ni él ni el PRI llegan a la noción de peligro como el radical tabasqueño del 2006.

Para que el cuadro quede completo falta por saber si la candidata panista Josefina Vázquez Mota será en el 2012 lo que Madrazo fue en el 2006: una aspirante desinflada; Josefina llegó al debate sin ritmo, sin rumbo, sin discurso y sin entender el escenario de la polarización que ha construido López Obrador con la ayuda de los jóvenes del movimiento 132 como carne de cañón con su gritería y desorganización.

Hasta ahora Peña no ha caído en el garlito de López Obrador, pero no le ayuda el hecho de que siga apareciendo como el candidato de Televisa y del viejo corporativismo del PRI. De todos modos, el efecto del fantasma de Televisa no se puede comparar hoy con el que tenía el radicalismo de López Obrador en el 2006. De ahí que en las encuestas Peña haya tenido una pérdida de votos menor a la esperada y menor a la del tabasqueño hace seis años; la meta lopezobradorista buscaba llegar al debate con una diferencia entre los dos de menos de 5 puntos porcentuales y ayer domingo seguía en 14.

Lo que viene en la estrategia perredista es la movilización posdebate. Hasta ahora, el tema Peña-Televisa ha tenido efecto en el círculo rojo de la crítica pero no en la masa de votantes y ha sido menor en el foro rojo de los medios. La difusión amañada por The Guardian del paquete de documentos presuntamente del acuerdo Televisa-Peña disminuyó por la confusión reconocida por el propio periódico de que no pudo ser comprobada su veracidad, aunque dejó en el ambiente periodístico el hecho de que fue el primer caso de un periódico profesional de Gran Bretaña que difunde documentos sin verificación.

En todo caso, la estrategia de los documentos cumplió su objetivo de corto plazo: alimentar la radicalización del pequeño grupo del YoSoy132 porque sirvió para tema de sus pequeñas pancartas. La forma en que los estudiantes de ese movimiento tomaron documentos no veraces y los proyectaron como certezas habla de la falta de seriedad en su formación académica de los jóvenes y de que ese movimiento perdió su sentido político y se quedó en el espacio del grito.

El 132 ya fue cooptado por López Obrador y el PRD y va a jugar un papel clave --aunque todo indica que ineficaz-- en el conflicto poselectoral que ya anunció el tabasqueño. El modelo se vio en 1988: el temor del grupo de Carlos Salinas de que Cárdenas pudiera organizar un movimiento de protesta masiva en las calles en contra del PRI; un asesor salinista afirmó después de las elecciones de ese año que una macha de dos millones de mexicanos contra el triunfo oficial de Salinas hubiera llevado a la anulación de las elecciones.

El hecho de que los jóvenes lopezobradoristas del 132 estén considerándose a mismos como la avanzada de la “Primavera Mexicana” no es más que enseñar lo que viene después de las elecciones si Peña gana las elecciones: marchas callejeras como en los países árabes; sólo que el 132, paradójicamente con todo el apoyo mediático que dicen repudiar, no ha podido asumirse como un movimiento realmente masivo que incendie las calles. De todos modos, la estrategia López Obrador-PRD será la de azuzar a los jóvenes a no respetar el resultado oficial y exigir la anulación de las elecciones; como indicio ya se han visto peticiones absurdas del 132 para asumirse como una autoridad electoral paralela y hacia ahí apunta el hecho de realizar pronto un debate con tres de los candidatos presidenciales manejado por los jóvenes.

La estrategia de polarización ha sido analizada desde el 2000. El libro Cómo ganar las elecciones. Estrategias de comunicación para candidatos y partidos, de Gabriel Gonzalo Molina, editorial Cal y Arena, fue tomado como básico por el PAN en el 2006. Al estudiar las diferentes formas de polarización --e incluye la mediática que parece ser seguida puntualmente por López Obrador--, el ensayo asume una campaña como “guerra” y “triunfa quien gana la guerra de la polarización”. La razón: “la polarización recoge los intereses vitales de una sociedad y los entrega de vuelta al elector, a partir de un plan de confrontación comunicacional”.

Las campañas llegan al punto de no representar ofertas. “La guerra de la polarización puede ser descrita como un enfrentamiento permanente y contundente entre temas o lógicas predominantes de voto. Y quien logra obtener mayor relevancia para su tema y mayor nivel de atribución positiva en éste, gana la elección”, agrega Molina.

Televisa y la gritería del 132 son parte de la estrategia de polarización de López Obrador para repetir el escenario del 2006 y llevar la elección a una competencia entre dos, pero sólo si Josefina no regresa a la competencia después del debate de ayer, porque los puntos que ha subido el perredista en las encuestas son los que ha bajado Josefina.



@carlosramirezh

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viernes, 8 de junio de 2012

8-Junio-2012, Viernes.


INDICADOR POLITICO




+ Transición, última oportunidad

+ Fox, Espino, Rosario: al 2000



Carlos Ramírez



La firma de un acuerdo de concertación entre el candidato del PRI Enrique Peña Nieto con cartuchos quemados de la izquierda y la derecha forma parte del escenario político del 2012: la última oportunidad para retomar la bandera de la transición o esperar pasivamente la restauración del viejo régimen derrotado en el 2000.

La agenda de la transición a un nuevo régimen se alimentó con el ingreso al PRI y al priísmo de Vicente Fox, Manuel Espino Barrientos y el Yunque, la ex maoísta y ex presidenta perredista Rosario Robles Berlanga, el ex perredista Ramón Sosamontes, el ex guerrillero René Arce, la ex perredista Ruth Zavaleta y la ex panista Lía Limón, entre otros. Lo paradójico ha sido que varios de los que derrotaron al PRI en el 2000 ahora forman parte de su regreso a la presidencia.

Lo positivo del escenario es que esas nuevas alianzas priístas retrotrajeron la política a una situación previa al 2 de julio de hace doce años, por lo que dan la oportunidad de reactivar la urgencia de transitar al país a un nuevo régimen y evitar la restauración del viejo PRI y del Estado priísta.

El priísmo de Fox no debiera de molestar a los panistas; al contrario, sirve para recordarles que Fox traicionó el cambio, les falló a los ciudadanos que votaron con él para sacar al PRI de Los Pinos y utilizó la alternancia… para casarse con Marta Sahagún y de paso amarrar un matrimonio bígamo con el PRI. Al sumarse al PRI del brazo de su escudero Espino Barrientos, Fox liberó al PAN de las responsabilidades en el fracaso de la alternancia. A diferencia de hace doce años, ahora el compromiso de Fox es regresar el PRI a Los Pinos.

Lo interesante para los neo priístas destripados en la derecha y la izquierda es que comparten créditos con el viejo PRI que va a reinstalarse en Los Pinos: el viejo corporativismo que tiene el control del aparato político del tricolor. Más que resentimientos con sus viejos grupos políticos, Fox, Espino, Robles, Arce y acompañantes abandonan la lucha ideológica que debió darse en espacios propios para insertarse en la cajuela del PRI.

Lo que queda como incógnita es determinar en el corto plazo si alguna fuerza política --incluyendo al propio Peña Nieto como candidato-- tendrá la audacia de tomar la bandera de la transición a la democracia que Fox arrió con la complacencia del PRI en el 2000. El problema es que el PRI --aún si Peña Nieto dice que no-- como aparato no tiene más destino histórico que la restauración del viejo orden porque los priístas que dominan el partido son los mismos que perdieron en el 2000 y en el 2006.

Si el PRI está condenado a restaurar el viejo régimen y el PRD con López Obrador representa el neopopulismo priísta de los setenta, con algunos resabios del priísmo neoliberal del salinismo, entonces sólo queda el espacio político no del PAN sino de la candidata Josefina Vázquez Mota para retomar el discurso de la transición a un nuevo país. En el 2000 Fox logró el voto útil cuando se presentó como el candidato del cambio político y de la posibilidad de la transición; en el 2006 Calderón no tuvo espacio de definir alguna alternativa porque su lucha fue contra el modelo autoritario de López Obrador.

El 2012 es diferente, aunque mantiene algunas similitudes, que el 2000. El problema no es quién gane las elecciones presidenciales y legislativas, sino quién puede liderar una propuesta de alternancia real, pactada con todas las fuerzas políticas, a partir del hecho real de que el viejo régimen no puede funcionar en una sociedad plural, no partidista, con capacidad de crítica y sin los antiguos hilos autoritarios de poder.

Peña Nieto pudiera tener algunas propuestas propias para abrir la política, pero estará atado por la nomenklatura del partido y sus sectores corporativos. López Obrador carece de un enfoque de alternancia de régimen y basa su poder en un bonapartismo de bases desclasadas. Y Josefina no tiene tantos compromisos estructurales, aunque al mismo tiempo desconoce los modelos de las alternativas políticas sistémicas.

Peña Nieto ha presentado algunas propuestas interesantes, como la presidencia democrática, pero con pocas posibilidades de ejercerla si el corporativismo priísta le pasa la factura política de su apoyo. López Obrador buscará desde el poder la constitución de una estructura neocorporativa como la que implantó en el DF para basar sus éxitos en la movilización de masas, además de que no tiene un sistema productivo alternativo. Y Josefina ha confundido los modelos al hablar de gobierno de coalición pero referirse en realidad a un gobierno de composición nacional porque dijo que gobernaría con los mejores y no con una alianza de gobierno con las demás fuerzas políticas.

Las propuestas de los tres candidatos y sus partidos parecen haber olvidado el escenario político del 2000: el agotamiento de un modelo de desarrollo, de un sistema político y de un acuerdo constitucional. Fox ganó en el 2000 porque prometió el cambio, aunque prefirió la comodidad de un acuerdo con el PRI para gobernar sin sobresaltos. En el 2000 ser agotó el proyecto de nación nacido del consenso de la Revolución Mexicana. Y sin ese entendimiento mayoritario, la elección se encontró con un voto fragmentado y sin controles.

El 2012 presenta un escenario parecido al del 2000 en cuanto al proyecto de nación y sus metas de estabilidad política, desarrollo equitativo y consenso de autoridad. Hoy más de la mitad de los mexicanos no pertenece a ningún partido y vota según su conveniencia. Y lo peor que puede ocurrir es lo que ya está pasando: un país dividido en tres tercios, sin que ninguna pueda lograr la base política para gobernar el conflicto.

De ahí que la salida se localice en operar la transición, es decir, un acuerdo pactado para abandonar para siempre el sistema priísta y construir un sistema democrático que arranque una nueva etapa de desarrollo. Sin ese acuerdo, el México del próximo sexenio será igual a los dos últimos.



@carlosramirezh

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jueves, 7 de junio de 2012

7-Junio-2012, Jueves.


INDICADOR POLITICO




+ #YoSoy132: el vacío político

+ No hay pensamiento crítico



Carlos Ramírez



A la memoria de Juan José Bravo Monroy,

amigo fiel, generoso, periodista de primera



Nacido del enojo, formado por una amalgama babélica de jóvenes con posiciones sociales polarizadas y con el peso de Tlatelolco 68 y del halconazo 71, el Movimiento 132 fracasó en la elaboración de un discurso político y no alcanzó siquiera a cercarse a los perfiles de un pensamiento crítico.

El gran debate el martes en el territorio priísta-perredista de Ciudad Universitaria de la UNAM se extravió en el asambleísmo y de nueva cuenta el 132 se escabulló de una toma de posición frente a la realidad del país. Su fraseo político se vio otra vez viejo, demagógico, repetitivo; pero sobre todo, los estudiantes de nivel superior que se preparan para irrumpir en la realidad y en el mercado laboral evidenciaron no tener una distancia crítica del México en disputa.

El escenario de corto plazo es bastante obvio: será un movimiento estudiantil anti Peña Nieto y por tanto pro López Obrador. Lo paradójico de la realidad que los envuelve es que no fueron al fondo de la crítica: el problema no es Peña Nieto sino el modelo sociopolítico y económico del PRI que representa el PRI del candidato presidencial y que reproduce en su versión neopopulista la coalición de López Obrador y en el enfoque similar del PAN.

Al 132 le falta un diagnóstico de la crisis, una revisión crítica del modelo de desarrollo que está produciendo egresados universitarios para el desempleo o el subempleo y una agenda de debate sobre el futuro de México para las próximas tres generaciones. Algunas de sus protestas revelan la incapacidad para entender la realidad: por ejemplo, a la candidata panista Josefina Vázquez Mota le exigieron que no hubiera ni un periodista muerto más cuando el tema central no radica en defender a los periodistas que han muerto o han sido lastimados por cumplir con su función de publicar sino en que existan sectores sociales que denuncien por nombre y apellido a los funcionarios y políticos responsables de las muertes o señalen a los jefes de los cárteles de la droga que han ordenado la muerte de comunicadores; ¿en algún momento los estudiantes van a encarar a los capos criminales?

Salidos de una realidad en crisis generacional y de modelo de desarrollo neoliberal, el movimiento 132 de estudiantes de universidades públicas y privadas eludió analizar la realidad y redujo su protesta a Peña Nieto pero sin cuestionar el modelo político del PRI, el fracaso de la alternancia con un Vicente Fox hoy orgullosamente priísta --falta decidir si será alacrán, alimaña, sanguijuela, tepocata o víbora prieta-- y la política económica salinista que por cierto prevalece como programa académico en la Iberoamericana, el ITAM y el Tec de Monterrey.

El otro error estratégico del 132 es suponer que la televisión privada está imponiendo a Peña Nieto como candidato cuando en realidad su viabilidad ha sido fruto de la incapacidad del PAN para instrumentar una alternativa de desarrollo desde el poder y del modelo de nación que representa el PRI, por lo que el adversario debiera ser el pensamiento económico priísta-perredista del regreso del Estado populista; es decir, que el verdadero problema de país es la ausencia de un nuevo modelo de desarrollo con su correlativo sistema productivo y sus correspondientes correlaciones de fuerzas sociales.

En este contexto, el movimiento 132 de estudiantes de universidades privadas y públicas es una protesta conservadora y evasiva e irónicamente producto de la cultura de la televisión porque confunden imagen con estructura productiva. El precario discurso político de los estudiantes refleja que conocen la realidad del país a través de la pantalla de la televisión y no del conocimiento de las contradicciones sociales y de clase. Sin embargo, desde 1958 José Revueltas afirmó que la única fuerza capaz de disputarle concurrencia política-electoral a la clase dominante es la concurrencia económica y productiva.

Las dos reuniones en CU del babélico 132 revelaron la incapacidad de organización para poner orden en el corto plazo a la protesta y la decisión sólo de convertirse en un movimiento anti Peña Nieto, nada más, sólo eso, apenas un punto, un sólo punto. Eso sí, se vieron bravos y decididos en hacer vigilia en el IFE el día de las elecciones para evitar un fraude electoral, cayendo en el garlito del discurso del conflicto poselectoral de López Obrador.

En el fondo, el movimiento 132 de estudiantes de universidades privadas y públicas sería la última expresión de la vieja república priísta que finca las esperanzas en el Estado. Y como parece indicar, los estudiantes de instituciones públicas y privadas se van a negar a discutir sus programas de estudio que los preparan para servir al modelo de desarrollo que repudian en Peña Nieto aunque alaban en el mismo modelo propuesto por López Obrador.

Eso sí, el movimiento 132 se ha convertido en un catalizador de justificaciones morales de sectores sociales e intelectuales críticos o acríticos que echan por delante a los jóvenes pero que no articulan un pensamiento crítico conjunto o un discurso político articulador. Hoy apoyar al 132 ayuda a tranquilizar las conciencias y a adquirir indulgencias para justificar acriticismos o arterioesclerosis intelectual.

La única posibilidad que tiene el movimiento 132 de ser realmente útil es la de diseñar una agenda para la transición del viejo régimen priísta --cuya permanencia se localiza en las propuestas presidenciales del PRI, el PAN y el PRD--  a una república con mejores posibilidades de desarrollo económico, democracia sin corporativismos y menor pobreza. A menos que su meta sea ser un grupo de presión callejero como el CNTE magisterial o el SME y sus propuestas no salgan de la pantalla de la televisión. Para el 132 el mundo termina en un segundo debate de candidatos “con los jóvenes”. Ni más ni menos.



@carlosramirezh

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miércoles, 6 de junio de 2012

6-Junio-2012, Miércoles.


INDICADOR POLITICO




+ #YoSoy132: están chavos, chavos

+ El grito, la masa, la turba y la bola



Carlos Ramírez



Como todo lo que resiste apoya, la presencia el lunes de Josefina Vázquez Mota en la Universidad Iberoamericana sirvió para permitir el regreso de la candidata presidencial del PAN a la contienda presidencial y para exhibir a los estudiantes en su incultura.

En preguntas aisladas, una por una, los estudiantes se vieron incoherentes, torpes al hablar, sin saber cómo estructurar una pregunta, siempre generalizando; eso sí, el masa anónima, los estudiantes de la Ibero se mostraron buenos para el grito, el insulto, la frase intolerante. Y como era de esperarse, le dieron el espacio político a Josefina para que mostrara lo que ha aprendido en esta campaña: la política para dominar al adversario. Por eso faltó un tris para que la panista saliera… en hombros.

Eso sí, la reunión sirvió para demostrar que el movimiento #YoSoy132 carece de forma, de ideas, de proyectos, de propuestas. Su gran bandera radica en la exigencia de que las televisoras impongan presidente de la república, pero ignoran que la televisión no vota sino que el próximo presidente deberá acumular algo así como 16 millones de votos de ciudadanos, y obviamente es un insulto a la inteligencia del ciudadano suponer que un aparato de televisión va a ordenar por quien votar. Si así fuera, entonces Peña Nieto no estaría cayendo por efecto de la opinión pública.

El 132 es un movimiento de repudio a la forma en que el PRI ocupó el espacio del auditorio el día de su presentación y de respuesta a los insultos de priístas en contra de los estudiantes que se quejaron. Pero nada más. Por ejemplo, hablan de “libertad de información” pero no saben --están chavos, pues-- que el ejercicio de la crítica desde 1968 al 2000 permitió la deslegitimación del PRI y que paradójicamente varios operadores de comunicación del gobierno de Carlos Salinas de Gortari son hoy profesores de la Ibero, forman estudiantes para ese modelo de comunicación y participan en programas de estaciones de televisión abiertas o cerradas.

Si deveras quisieran los de la Ibero cambiar el mundo y pelear por otra libertad de información entonces deberían comenzar por sus propios profesores y sus propias carreras profesionales en ciencias políticas y comunicación porque esos programas están diseñados para formar recursos humanos que luego sirven… a las televisoras que dicen repudiar.

El movimiento 132 parece basarse en el criterio de “ropa usada que venda”. Revisan el periódico y ven los asuntos conflictivos del día, arman algunas frases y muchos gritos y se lanzan a la protesta callejera. Por ejemplo, el lunes cacharon el problema de la Guardería ABC de Hermosillo y la convirtieron en grito de repudio, muy al estilo de Antorchas Campesina, el SME y la Sección 22 de maestros de Oaxaca, y con ello se sintieron satisfechos. Pero como estudiantes de nivel profesional no optaron por organizar bufetes jurídicos, establecer acciones conjuntas con los padres, diseñar un observatorio ciudadano del Seguro Social o algo que tuviera un compromiso mayor; por eso sólo hubo gritos… y a otra cosa.

El asunto fue tan superficial que la candidata presidencial panista aprovechó el impulso de los jóvenes impulsivos para darle vuelta al tema de Juan Molinar Horcasitas y lograr el aplauso eufórico de los jóvenes, cuando en realidad Molinar ya había sido excluido del equipo de campaña de Josefina.

Luego muy serios, los del 132 salieron en defensa de los periodistas asesinados, pero nada, absolutamente nada, hay en sus acciones que impliquen la creación de comités de defensa, de creación de grupos de seguimiento de las quejas, de agrupaciones de acercamiento a las familias, de investigación de las razones de esas muertes y por tanto nada de propuestas que realmente garanticen la libertad de expresión. Y al estilo Javier Sicilia, en algún lado leyeron que van 60 mil muertos en la lucha contra los cárteles de la droga pero equivocaron el destinatario: el gobierno no mata a delincuentes, sino que los delincuentes se asesinan entre peleando territorios; por tanto, debieron de haber dirigido sus gritos al Chapo Guzmán, al Lazca, al Mayo Zambada, a los Beltrán Leyva, a la Tuta y a todos los demás capos de la droga que han ordenado la muerte de personas. ¿Miedo, ignorancia, politiquería? Los del 132 parecen olvidar que son estudiantes de nivel superior y que su función en pensar, razonar y proponer, no gritar.

El contrasentido en el 132 es que exigen democracia pero se han convertido en un movimiento fundamentalista irracional que elude el debate y la crítica. La democracia es la que los chavos dicen… o no es democracia. Y no saben --o eluden-- que el adversario de la democracia está dentro: las universidades privadas son refugio académico de funcionarios del sistema priísta.

El fundamentalismo democrático no razona, no debate; grita, se erige como el nuevo monumento a la verdad; a pesar de moverse en las altas ideas de la educación superior, ignoran que los programas de estudio están diseñados para fortalecer el sistema ideológico del Estado priísta vigente; alguno salió con el argumento de que los del 132 “tienen los ecos del 68 ardiendo en nuestras manos”, pero ninguno de ellos ha realizado algún análisis histórico del 68 y de las protestas estudiantiles antisistémicas. El 68 fue la represión, pero también de ahí salieron los intelectuales que apoyaron al sistema político priísta, como el recientemente fallecido Carlos Fuentes. Por eso Josefina, con habilidad, les dio a los chavos una lección política del halconazo y los dejó con la boca abierta.

En el fondo, el 132 es una catarsis de la generación que va saliendo al escenario político y que necesita aferrarse a una protesta. Hay que ver las biografías políticas de los maduros que hoy apoyan al 132 y dicen “yo soy 132” pero que hasta ahora han servido de aliados del viejo régimen que representan los tres grandes partidos. Si los del 132 son el 68 actual, entonces el 68 fue una farsa política.



@carlosramirezh



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