Diario Político, lunes 9 de noviembre, 2003

Lunes 9 de noviembre, 2009.


Justo el día de la celebración de los 20 años de la caída del Muro de Berlín y en medio de una severa crisis de expectativas por la ausencia de un proyecto alternativo de izquierda, el encargado en México de la organización de un frente de izquierda, Manuel Camacho Solís, escribió hoy en su artículo en El Universal:
“¿Cómo podemos salir de un capitalismo oligárquico y movernos hacia uno que sea innovador, sin provocar una disrupción mayor en la economía ni terminar entregando lo que queda al capital externo que seguiría ejerciendo prácticas monopólicas?”
La izquierda mexicana perredista y lopezobradorista, heredera del Partido Comunista Mexicano, anda en busca de un “capitalismo innovador”. No más. Se trata, por cierto, de la propuesta de modelo de desarrollo que hizo Camacho desde su tesis de licenciatura en economía por la UNAM: “desarrollo capitalista dependiente”. La versión viene en el libro México y Argentina visto por sus jóvenes, que recogió la tesis de Camacho como ganadora del concurso realizado por la editorial Siglo XXI.
Así, la propuesta de Camacho es ajena a la izquierda del PCM, a la izquierda socialista y a la izquierda cardenista. Es una propuesta, si acaso, progresista. Vamos, ni siquiera es socialdemócrata. La de Camacho es una idea a la derecha del centro. Podría decirse que más panista que de izquierda.
Lo malo es que la crisis nacional deriva de la ausencia de un verdadero proyecto político, ideológico y de clase de la izquierda. Y la única propuesta de un verdadero partido político de izquierda fue la que propuso José Revueltas. Ahí se localiza el contexto del drama del SME, un sindicato sin partido obrero. El SME está confirmado la maldición de Revueltas: un proletariado sin cabeza, sin vanguardia política. Así, el fracaso del SME será, por correlación y usando la metodología de Revueltas, las prueba de la inexistencia histórica de un partido de izquierda.