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Periodista, escritor, Lic. en Periodismo, Mtro. En Ciencias Políticas, oaxaqueño. Autor de la columna "Indicador Político" en El Financiero.

jueves, 4 de febrero de 2010

Indicador Político 4-febrero-10, Jueves

+ DF: corruptelas de PRD y GDF
+ Silencios cómplices de Ebrard

Carlos Ramírez

Luego de los casos del Lobohombo y de la disco News Divine, el del Bar-Bar vino a confirmar la persistencia de la descomposición administrativa en las delegaciones, el gobierno del DF y las áreas de justicia y seguridad pública. El auge de los antros y su correlativa corrupción se dio con el PRD en las áreas de gobierno central y delegacional de la ciudad de México.
La acusación más grave vino del presidente de la Asociación Nacional de la Industria de la Discotecas, Bares y Centros de Espectáculos, Ismael Rivera Cruces: los dueños de antros pagan mordidas de entre 15 mil pesos a un millón de pesos mensuales. Esa revelación fue respondida por el GDF con visitas de inspección que encontraron todo en orden en materia de permisos, horas de cierre y venta de alcohol.
La reacción del gobierno capitalino fue una burla a la inteligencia de la sociedad. Si los antros funcionaran tan bien, ¿entonces por qué ocurrieron casos como el de Salvador Cabañas y antes el del Lobohombo, la News Divine y muchos otros que no llegaron a los medios? El problema con los antros se localiza en las autoridades que otorgan permisos y realizan inspecciones. Al final, dirían Luis Cabrera en los años treinta contra los corruptos del poder revolucionario, “los acuso de corruptos, no de pendejos”.
La existencia de antros tiene que ver con la correlación entre dos instancias: los funcionarios que cobran mordidas a cambio de permitir locales irregulares y los dueños de antros que ocultan las manos del crimen organizado en su modalidad de prostitución, tráfico de drogas duras y blandas, venta de bebidas adulteradas, robo de autos y lavado de dinero ilícito. No todos los antros operan en esta lógica, pero la mayoría tiene que responder a las necesidades de la corrupción y la delincuencia. En los antros se concesiona el control de los baños porque ahí se comercializan y consumen drogas.
El PRD en el DF ha sido el promotor de estas irregularidades. Y no sólo como la relación institucional entre dueños de antros y autoridades que manejan las oficinas de permisos, licencias e inspecciones, sino a través de una articulación orgánica. El caso del Lobohombo reveló la relación política entre los dueños de antros con las altas autoridades del DF. En octubre del 2000, luego del incendio de la disco que provocó una veintena de muertos, se publicaron fotos de trabajadores del Lobohombo con enormes mantas del antro en la campaña de López Obrador.
La proliferación de antros en el DF se dio en la misma lógica de la relación orgánica de dueños con políticos y funcionarios perredistas. La delegación Cuauhtémoc, por ejemplo, multiplicó los antros durante las gestiones de figuras perredistas, siempre sin cumplir con las regulaciones: el alcoholismo, la prostitución y el tráfico de drogas se apoderó de esa zona. Y lo mismo ocurrió en Coyoacán y Alvaro Obregón. El PRD en los gobiernos capitalino y delegaciones ha sido el responsable de la criminalidad subyacente en el funcionamiento irregular de los antros.
Los gobiernos del DF se han negado a atender las denuncias. Después del caso del Lobohombo, la entonces jefa de gobierno realizó visitas a los antros para demostrar que no todos eran peligrosos y lo hizo con la consigna de antros seguros. Sin embargo, el problema más grave es delegacional, pues son las delegaciones las que autorizan licencias y realizan inspecciones. Es la hora, por ejemplo, en que el PRD en los gobiernos capitalino y delegacionales no llaman a cuentas a los funcionarios responsables de los casos Lobohombo, News Divine y ahora el Bar-Bar. ¿Renuncias? Ninguna. Los perredistas se comportan como típicos priístas en cuanto a las complicidades del poder.
El caso del Bar-Bar es de interés público, a pesar de quienes quieren verlo sólo como un pleito de borrachos. El gobierno del DF y la delegación Alvaro Obregón son corresponsables del conflicto porque permitieron la violación de la ley en horas y días de apertura y en la falta de cumplimiento de los reglamentos que prohíben expresamente la entrada de armas a los antros. Lamentablemente el jefe de gobierno Marcelo Ebrard no tiene tiempo para atender los asuntos de la ciudad porque está dedicado tiempo completo a operar su campaña por la candidatura presidencial perredista para el 2012.
En términos político, el PRD capitalino participa de la complicidad de la corrupción. La denuncia del presidente de la Asociación de Discotecas y Bares se hizo nada menos que en la Asamblea Legislativa del DF y ahí justamente el PRD como mayoría se dedicó a proteger al delegado en la Alvaro Obregón, Eduardo Santillán. Como broma política de mal gusto, el sitio internet de la Delegación Alvaro Obregón presenta como “foto de la semana” la colocación de sellos de clausura en el Bar-Bar. Y el boletín de anuncio de la clausura debe merecer el premio de periodismo a la estulticia porque se dedica a proteger al delegado y a los inspectores que permitían la venta de bebidas a deshoras.
Ebrard ha desdeñado el caso por la prisa de cerrar alianzas para su candidatura presidencial. El delegado se ha escondido debajo de su escritorio. Los inspectores corruptos siguen su tarea cobrando mordidas. Y el PRD en el DF se ha dedicado a tapar a los perredistas corruptos que han convertido al DF en la capital de los antros ilegales y vinculados al crimen organizado.

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