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Periodista, escritor, Lic. en Periodismo, Mtro. En Ciencias Políticas, oaxaqueño. Autor de la columna "Indicador Político" en El Financiero.

viernes, 12 de febrero de 2010

Indicador Político 12-febrero-Viernes

+ Gómez Mont, victoria de AMLO
+ PAN, sólo un partido franquicia

Carlos Ramírez

La renuncia de Fernando Gómez Mont al PAN dejó varias pistas:
1.- Andrés Manuel López Obrador está tirado en el suelo de la risa. La nominación de su candidato priísta Gabino Cué como candidato de la alianza PRD-PAN en Oaxaca reventó la precaria cohesión del gobierno de Calderón y el PAN. Lo que no había logrado en tres años con insultos, agresiones, marchas y libros, lo consiguió con la candidatura panista de su Juanito Cué: provocar una severa crisis política en el PAN y ensuciarle la posibilidad de un tercer periodo panista en Los Pinos.
2.- El PAN decidió otra ruptura interna: los pragmáticos desplazaron a los doctrinarios. El problema al interior del PAN no es en sí misma la alianza con el Juanito de López Obrador, sino con la agenda del PRD en materia de legalización del aborto y matrimonios y adopciones homosexuales. Estos temas afectaron a las corrientes católicas del PAN y sus votos se irán al PRI en Oaxaca. Una vez en el gobierno, Juanito Cué implantará en Oaxaca el aborto y los matrimonios y adopciones homosexuales. Y el PAN lo sabe.
3.- Con todo, Gómez Mont se colocó como un fuerte precandidato presidencial para el 2012. Su renuncia como producto de la negociación con el PRI lo reveló como buen operador, confiable y sin resabios de corto plazo. Sobre todo, capaz de mantener su palabra en las negociaciones. Con una decisión, los bonos de Gómez Mont subieron en el ranking de las apuestas. Si Gómez Mont se queda en Gobernación y saca algunas de las reformas, su fuerza política será superior a la de Calderón y a la de cualquier otro precandidato del PAN.
4.- El presidente Calderón decidió apostarle su resto a la alianza con el PRD y a la ruptura con el PRI. Pero la fortaleza de la segunda mitad de su sexenio dependerá de la victoria aliancista en Oaxaca. Y el PRI sabe que el Waterloo de Calderón será Oaxaca. En Oaxaca se decidirá el 2012. Lo malo para Calderón es que depende de un candidato incongruente, débil, lopezobradorizado, priísta, sin autoridad moral y aliado a los grupos rupturistas del 2006: la APPO, la belicosa sección 22 de maestros, el EPR, los caciques priístas Diódoro Carrasco y José Murat, el SNTE de Elba Esther Gordillo, el ex rector Martínez Soriano y su grupo guerrillero y el vocero appista Flavio Sosa Villavicencio. El PAN bendijo esa Santa Alianza.
5.- La crisis provocada por la renuncia de Gómez Mont catapulta a César Nava al centro de la viabilidad del PAN para el 2012: o presenta una estrategia integral, coherente, de reconstrucción de alianzas internas, de posicionamiento en la sociedad y de negociación de reformas al margen del PRI o habrá de pagar políticamente, como su antecesor Germán Martínez Cázares, la factura del 2010. El PAN gana el 2012 o se perderá en el olvido.
6.- Calderón cruzó el Rubicón. Ya no hay camino de regreso, Necesitará que la coalición PAN-PRD gane las elecciones a gobernador en Oaxaca, Puebla y Durango con candidatos priístas y que salga la alianza en Hidalgo, Veracruz, Sinaloa y Chihuahua y también derrote al PRI. El escenario estará apretado para Calderón: necesita más de tres victorias. Pero enfrentará a un PRI cohesionado que sabe que el 2012 dependerá del 2010.
7.- Las alianzas del 2010 prefiguran la alianza PAN-PRD en las presidenciales del 2012. No sería nada nuevo. En el 2000 el país estuvo a punto de lograr la coalición Fox-Cárdenas, pero la fuerza mediática de Fox se impuso. En el 2012 el PAN carecerá de una figura como Fox. Por tanto, estará en la línea de sumarse a una candidatura perredista mediática que no sea la de López Obrador. ¿O sí?
8.- Nava tiene una tarea vital hacia adelante: evitar que el PAN se consolide como un partido franquicia similar al PT: sin ideas, sin historia, sin convicciones y animado sólo por la victoria a cualquier precio. Las alianzas detonaron la crisis interna del PAN. Y lo que causó estragos fue el hecho de que en Durango, Puebla y Oaxaca se apoyaran a priístas que rompieron con el PRI por el oportunismo de candidaturas escamoteadas y que prevalezca la agenda radical del PRD. Y en Oaxaca la situación es peor: Juanito Cué siempre despreció a Calderón como presidente constitucional y sólo aceptó darle su reconocimiento a cambio de la candidatura. A menos que el PAN piense desde ahora en Juanito Cué como el candidato PAN-PRD para la presidencial del 2012.
9.- Calderón decidió entre dos opciones: o competirle al PRI en el terreno electoral pero desde el espacio desventajoso del ejercicio desgastante del poder y del gobierno federal y con un PAN débil o disputarle espacio mediático en el escenario de reformas estructurales que hubieran cambiado el signo de la crisis. El contexto ideal era el de las reformas porque entonces el calderonismo mostraría un futuro nacional diferente al de la crisis. La apuesta electoral es precaria. Aún si el PRI perdiera Oaxaca, la situación nacional del priísmo seguirá en ventaja para el 2012 porque Juanito Cué no podría gobernar bajo la tutela de López Obrador y Calderón.
10.- La política tiene cierto nivel de posicionamiento mediático, pero es una guerra de posiciones gramsciana: ocupación de espacios estratégicos, disputa dialéctica por el poder y sobre todo tácticas articuladas a escenarios totales.

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