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Periodista, escritor, Lic. en Periodismo, Mtro. En Ciencias Políticas, oaxaqueño. Autor de la columna "Indicador Político" en El Financiero.

miércoles, 20 de octubre de 2010

20-octubre-2010.

INDICADOR POLITICO


+ Ebrard o el abuso del poder
+ Guerra GDF contra Edomex

Carlos Ramírez

Después de haber salido en defensa del narcodiputado perredista Julio César Godoy y justo el día en que aparecieron las primeras anti mantas sospechosas contra el narco en el DF, el jefe de gobierno del DF comenzó una guerra política contra el gobernador del Estado de México.
Como nunca antes se había visteo y violando las reglas electorales mínimas, Marcelo Ebrard llamó a los mexiquenses a votar contra el PRI en las próximas elecciones de gobernador. En domingo pero sin haber solicitado licencia al cargo y por tanto con la representación de jefe de gobierno capitalino, Ebrard mostró su estilo político que aplicará de llegar a la presidencia de la república: la arbitrariedad, el populismo y el abuso del poder.
Que se sepa, los capitalinos eligieron a Ebrard para representar los intereses de los habitantes de la ciudad de México, no para meterse en la vida política de un estado vecino. Con esa actitud, ahora el gobernador priísta del Estado de México o de cualquier otra entidad tiene las razones para venir al DF a hacer campaña en contra del PRD para las elecciones del 2012.
Pero se trata de otra de las veleidades políticas de Ebrard y de sus comportamientos populistas y autoritarios, una mezcla de su priísmo determinado por las figureas de Luis Echeverría y Carlos Salinas de Gortari. Cuando fue secretario de gobierno de la administración salinista del DF, Ebrard se quejaba que las protestas en la capital eran producto de problemas no resueltos en las entidades de la república. Ahora Ebrard como jefe de gobierno del DF se inmiscuye en asuntos políticos, sociales y electorales locales del Estado de México.
Con toda tranquilidad política y sin preocuparse por la violación a las leyes electorales, Ebrard está usando con impunidad recursos públicos del GDF para su campaña por la candidatura presidencial del PRD. Por ejemplo, la página internet del GDF incluye sus actividades políticas privadas como parte de su gestión de gobierno, información de su fundación político-electoral se distribuye desde correos electrónicos firmados por funcionarios del GDF y actividades político electorales han sido realizadas por Ebrard en días miércoles y jueves y en horas de trabajo.
En la misma línea, las recientes contrataciones de Ebrard de funcionarios del GDF no se hicieron para mejorar el funcionamiento caótico de la ciudad sino para que le operen negociaciones que tienen que ver con su precandidatura presidencial del PRD. A pesar de que se tratan de actos de campaña adelantados, el IFE aparece ajeno a esas actividades. La razón es simple: el consejero presidente del IFE, Leonardo Valdés Zurita, es una posición directa del PRD y por tanto responde a sus intereses.
Los comportamientos políticos autoritarios de Ebrard han comenzado a preocupar en algunos sectores sociales y políticos. Por ejemplo, la forma en que ha comenzado a manipular a los seguidores de Martín Esparza y sobrevivientes del extinto Sindicato Mexicano de Electricistas para que realicen acciones en contra del gobierno federal de Calderón pero que no afecten la vialidad de la ciudad de México. Y la forma en que ha impuesto algunas decisiones de construcción urbana, a pesar de las quejas ciudadanas.
Si al principio había señalado que realizaría giras de fin de semana en horas de no-oficina, ahora resulta que Ebrard atiende con mayor intensidad la asociación civil que creó como parte de su campaña por la candidatura presidencial. El asunto carece de una explicación racional: si se atiende a su contrato como jefe de gobierno --determinado por unas elecciones--, a Ebrard se le fichó de tiempo completo, a menos que los viernes por la noche solicite licencia por 48 horas y retome el lunes a primera hora.
Lo grave de este argumento de fines de semana es que Ebrard considera a los capitalinos como subnormales a quienes puede tomarles el pelo con el argumento de que los fines de semana la ciudad de México puede quedarse sin el titular del gobierno. Si tiene tiempo los fines de semana, debería dedicarlos a atender los siete pecados capitales del DF que definen la personalidad política de Ebrard: los ambulantes como imagen de la ciudad, la piratería ya vinculada a los Zetas, el dominio de los microbuses, el caos en la circulación vial, la falta de control sobre los antros, la inseguridad como vida cotidiana y sobre todo la arrogancia del poder de los funcionarios perredistas.
Ebrard metió a la ciudad de México en una guerra contra el gobierno del Estado de México. Desesperado por un posicionamiento que le permita alcanzar a Andrés Manuel López Obrador, Ebrard decidió como jefe de gobierno en funciones --no solicitó licencia a su cargo-- atacar al gobernador mexiquense en el Zócalo de Toluca. En el fondo se trata de los indicios del estilo Ebrard: utilizar la estridencia y la confrontación entre poderes y entre entidades para capitalizar puntos personales en encuestas.
Ebrard se encuentra bastante nervioso porque ya se le escapó la candidatura de la Alianza Camacho-PRD-PT-Convergencia. López Obrador ya dividió a ese grupo con la decisión de que habrá un candidato de PT-Convergencia para el gobierno del Estado de México, aunque el mensaje final es otro: el tabasqueño demostró en los hechos que no se ajustará a la encuesta de popularidad mediática para definir al candidato presidencial perredista del 2012. Como Cárdenas en el 2000, López Obrador primero será candidato del PT y esperará a que el PRD se sume o decida romper la alianza.
Y en su desesperación Ebrard ha dejado el mensaje político de que ya no le interesa el gobierno del DF y le dedica todo su tiempo de jefe de gobierno del DF a la campaña por la candidatura presidencial del PRD. Así, el DF ha quedado al garete.


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