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Periodista, escritor, Lic. en Periodismo, Mtro. En Ciencias Políticas, oaxaqueño. Autor de la columna "Indicador Político" en El Financiero.

jueves, 12 de abril de 2012

12-Abril-2012, Jueves.

INDICADOR POLITICO




+ Obama-Romney, en México 2012

+ Crisis, terrorismo, drogas, migración



Carlos Ramírez



Las elecciones presidenciales en Los Estados Unidos para noviembre próximo ya resolvieron las nominaciones: el retiro del senador Rick Santorum dejó la candidatura presidencial republicana al conservador Mitt Romney, hecho que se convirtió en un factor inesperado en las elecciones presidenciales de México.

Aunque ni Romney ni Barack Obama tienen a México en alguna parte de su agenda propositiva, la crisis de seguridad en México se está convirtiendo en tema de referencia: los republicanos podrían obligar al candidato Obama a endurecer su posición sobre México. Por tanto, los candidatos presidenciales mexicanos están ya obligados a incluir la elección presidencial en los EU y el factor Casa Blanca en la agenda de sus campañas, pronunciamientos y políticas exteriores.

La nominación de Romney se convirtió en una cuña a la candidatura presidencial de Obama por los temas de la polarización política local; pero esa polarización no debe asustar sino que incluye el gran debate acelerado por la estrategia social de Obama: convertir al Estado en un factor de poder político y presupuestal para atender a la pobreza, pero en un sistema capitalista donde la pobreza no se toma en cuenta o forma parte de los elementos dinamizadores de la riqueza. De ahí que Obama haya sido acusado de socialista, cuando en realidad se trata de un modesto populista con tentaciones estatistas pero en una economía dominada por los intereses privados.

A pesar de que la elección presidencial estadunidense se va a decidir por factores internos, los temas de política exterior tendrán su propio espacio: la imposición de los valores capitalistas políticos y económicos en Irak y Afganistán, la violencia de resistencia de los nacionales, la crisis Israel-Irán, el expansionismo iraní en América Latina vía Venezuela y Cuba, el colapso previsible en Cuba por la desaparición pronta de Fidel Castro; y de los temas mexicanos, cuando menos cinco tendrán cabida en el debate Romney-Obama: el tratado de comercio libre, el petróleo, la migración, el terrorismo y la crisis de violencia por el narcotráfico.

Arrinconado por la crisis, el desempleo y la recuperación que no llega, además con la carga de compromisos no cumplidos con las minorías hispana y afroamericana, Obama va a estar arrinconado por Romney y tendrá que correrse hacia el centro-derecha ante la imposibilidad de radicalizarse a la izquierda. En las próximas semanas la Corte Suprema podría dar marcha atrás a la reforma de salud que preveía un sector público estatal en salud por el peso de los lobby de los consorcios de salud, lo cual sería el indicio de una mayoría dominante conservadora que limitaría el discurso progresista-populista de Obama.

El tema mexicano saltó con fuerza en las precampañas de los republicanos con críticas a la violencia por el narco y a la crisis económica que aumentó el flujo de migrantes mexicanos a los EU en busca de empleo y salarios, así como el tema de la reforma migratoria y las iniciativas antimigrantes del gobierno de Arizona. En contra, y con un oportunismo sin rubor, el equipo de Obama quiere de nueva cuenta explotar las necesidades de los afectados por el conservadurismo para comprometer a su favor el voto hispano y afroamericano, pero con la ausencia de compromisos reales para atender las necesidades de esos sectores.

Como parte de las decisiones de campaña, Obama está tratando de meter el asunto del narco por el lado de iniciativas de campañas contra el consumo de drogas en zonas urbanas dominadas por el mercado al menudeo e intensificará acciones policiales contra pandillas que controlan el narco en más de mil ciudades de los EU y que tienen conexiones de dependencia con los principales cárteles mexicanos. Como Obama tiene el problema de que el consumo de droga es un asunto de derechos civiles, entonces se prevén acusaciones contra México.

Romney fue gobernador republicano en uno de los territorios demócratas y progresistas por excelencia, el estado de Massachusetts, y su padre nació en México. Lo interesante es que estudió en Harvard, como Obama, aunque de Obama han comenzado a circular algunas evidencias de vinculación con grupos radicales marxistas de esa escuela, aunque con el dato de que en Harvard se unió al grupo marxista de la Escuela de los Derechos, es decir, la inclusión en las leyes de derechos sociales a los pobres para luego convertirlos en obligaciones de los gobernantes; en esa lógica se ubicó su iniciativa de salud: garantizar legalmente el derecho a la salud, y como los hospitales privados no pueden dar atención gratuita y el gasto médico crecería para garantizar atención privada, entonces vendrían los hospitales públicos y el seguro médico gratuito garantizado por el Estado.

Como estrategia de campaña, Obama estaría alentando la protesta pública de sectores marginados, pobres o ajenos a la dinámica de enriquecimiento del sistema capitalista, con lo que ha contribuido a la polarización ideológica vis a vis los sectores conservadores que no quieren al Estado en actividades privadas. El problema es que Obama, de relegirse, también incumpliría sus compromisos porque apenas contaría con dos años de gobierno y los dos restantes estarían dominados por la siguiente elección presidencial; se trataría del espacio político y de gobierno en el que el presidente de los EU es caracterizado como un pato cojo --lame duck-- porque carece de instrumentos de poder y de horizonte político.

La definición del candidato presidencial republicano adelantó la fase de las campañas porque ya no se realizarán primarias. Por tanto, se espera que Romney también adelante puntos de debate y de confrontación con un Obama agobiado por los problemas sin solución y por las protestas callejeras contra el sistema capitalista --no sólo contra la crisis-- que ha tratado de salvar en sus cuatro años de su primera administración.

Y no tardarán muchas las semanas en que la campaña presidencial de los EU se meta en la campaña presidencial de México, pero con candidatos mexicanos que han excluido al factor Casa Blanca y con temas de violencia criminal que serán también temas en la campaña estadunidense.



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1 comentario:

  1. Sr. Ramírez, la migración mexicana a los Estados Unidos SE REDUJO durante y después de la crisis económica en un millón de personas y no se ha restablecido, hecho publicado por la prensa norteamericana, alguien miente aquí.

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