INDICADOR POLITICO
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¿Quiere 132 imponer a AMLO?
+ ¿Deciden
leyes o voluntarismo?
Carlos
Ramírez
Al grito de no a la imposición de Enrique Peña Nieto como presidente de la
república, el movimiento del chavos del 132
se ha dado a la tarea de… imponer
como presidente a Andrés Manuel López Obrador.
Formado por estudiantes de nivel
superior de escuelas públicas y privadas, el 132 en realidad fracasó
en su objetivo de construir una movilización callejera de protesta --como las
de la Primavera Árabe en el Medio Oriente-- contra el resultado electoral del
pasado primero de julio y ha dado el paso provocador al vandalismo callejero imitando la toma de tribunas del PRD insurreccional.
El uso de argumentaciones y
discursos políticos ha revelado que el 132
tiene un bajísimo nivel académico
para racionalizar la política y por eso ha preferido la algarada, el grito, el
insulto y algunas pancartas chistosas,
en lugar del debate argumentativo
que ha logrado un espacio en las recientes teorías políticas.
La estrategia del 132 fue la
de generar movilización en las calles contra el resultado electoral para
conformar una masa creciente de jóvenes contrarios a los procesos electorales
institucionales. Sin embargo, los estudiantes de universidades privadas cada
vez tienen menos tiempo para la
militancia en el 132 porque en sus
centros de estudio son muy estrictos con las asistencias y exámenes, en tanto
que en las públicas prevalece el fosilismo y los fósiles se permiten dedicar más tiempo a la protesta que al
estudio.
Pero el fondo del movimiento 132 radica en su conceptualización política del resultado electoral. Nadie les exige
a los del 132 que crean a ojos cerrados en el resultado
electoral, sino que confronten
información. De ahí que el 132, en su
campaña contra “la imposición de Peña Nieto”, está obligado a responder a tres preguntas clave:
1.- ¿Por qué el 132 no
han entregado su informe de irregularidades documentadas en las elecciones de julio, con información suficiente
para concluir que fue una elección fraudulenta y por tanto la toma de posesión
de Peña Nieto sería una imposición?
2.- ¿Por qué el 132 no han entregado la fundamentación jurídica para confrontar
el informe final del Tribunal Federal Electoral, sobre todo si el Tribunal fue minucioso hasta en mostrar las torpezas
de los notarios perredistas? ¿Dónde está el contra-informe electoral
que rebata punto-por-punto la conclusión del Tribunal? ¿En qué documento
existen las pruebas que magnifican
los gritos juveniles?
3.- ¿Por qué el 132 quiere imponer su grito de protesta como pensamiento único y con él tratar
de poner a Andrés Manuel López
Obrador como presidente de la república cuando en las cifras oficiales hasta
ahora no rebatidas Peña Nieto obtuvo
3.3 millones de votos más y 6.6 puntos porcentuales por encima del ex candidato
perredista? ¿Cómo se llama la acción discursiva
de protesta para imponer un
argumento sin fundamentación legal?
Ante la carencia de argumentos racionales, el 132 ha preferido el camino del grito y el insulto; sólo que la
ausencia de respuestas autoritarias ha dejado a los chavos del 132 sin espacio político de acción. Por eso
los del 132 van a escalar tomas de tribunas y persecución
de políticos priístas, no importa que sean unos cuantos chavos los que quieran ocultar su condición minoritaria con
carteles insultantes o con máscaras
de luchadores.
Lo malo para los chavos del132 es que el PRD, Marcelo Ebrard, las
autoridades de la UNAM y hasta el movimiento de renovación de López Obrador los
han abandonado en medio de la plaza
y sólo los radicales como el SME, Atenco y los maestros de la XXII de Oaxaca y algunas
plumas al servicio del tabasqueño siguen cilindrando a los jóvenes pero sin
darles espacios políticos de oposición. Por eso es que el 132 va a seguir subiendo el tono de su protesta hasta convertirla
en verdadera provocación de
respuesta autoritaria y puedan tener sus primeros reprimidos como bandera de
lucha.
El fundamentalismo político del 132
se ha centrado en construir un frente anti PRI y anti Peña Nieto porque así le conviene a López Obrador para la
construcción de su partido-masa y su democracia a mano alzada. Por ello los
jóvenes de educación superior del 132
parecen haber olvidado su
preparación universitaria para apoyarse en un movimiento de gritería callejera.
La virtud original del 132
radicó en su protesta contra el PRI por desdeñarlos durante la visita de Peña
Nieto a la Universidad Iberoamericana, pero su ganancia se convirtió en pérdida
cuando extravió el perfil juvenil de
protesta y se agotó el la gritería de los grupúsculos minoritarios. El
principal error estratégico fue no
comprender que los estudiantes no con una clase social; y su principal falla fue haber sido utilizado por el PRD, Ebrard y López
Obrador y luego dejarlos a la mitad
del camino sin ninguna orientación política.
Sin un proyecto político,
abandonados sus seis puntos del manifiesto original, desdeñados por el movimiento de López Obrador y paradójicamente
obligados a aferrarse a su decreciente espacio mediático, el 132 no ha
podido reinventarse y parece estar condenado a repetir errores de movimientos similares de mil cabezas y acciones
dispersas. El 132 perdió ideas,
frescura y originalidad y es una mala
copia de los Panchos Villa o los Antorchas por su chantaje político.
Al final, el 132 ya cumplió su tarea
original y debe definir su nuevo espacio de lucha política ajeno a los intereses y discursos fundamentalistas de López
Obrador. Si no, su destino político será cada vez marginal.
@carlosramirezh
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