INDICADOR POLITICO
+ Cárteles: estrategia funcionó
+ Disminuye
Top Ten criminal
Carlos
Ramírez
Casi como cierre sexenal de la estrategia de lucha contra los cárteles de la droga, el arresto de José
Eduardo Costilla Sánchez El Coss representó
un duro golpe de las fuerzas armadas
contra la élite dirigente del crimen organizado en México.
Por primera vez, los principales
líderes del narco están viendo que sus organizaciones son penetradas por la traición, se fracturan como poder dominante, han
padecido luchas internas por las direcciones por el arresto o muerte de sus
jefes y perciben con temor que se estrecha
el círculo de la ley.
A los cárteles del narcotráfico les ha beneficiado la carencia de base social de la
estrategia de seguridad del gobierno del presidente Calderón, y con casos tan
sobresalientes como la participación de Julio Scherer García, dueño de la
revista Proceso, en una audaz operación de relaciones públicas del capo Ismael El Mayo Zambada en abril del 2010.
Asimismo, los narcotraficantes han
contado con el apoyo de las
organizaciones de derechos humanos y movimientos como el del anarquista
Católico Javier Sicilia, quienes han enfatizado
casos de violación de garantías como centrales para exigir el fin de la ofensiva contra el crimen
organizado, lo que implicaría la cesión
de las plazas nacionales al tráfico de droga y el dominio político y social de
los cárteles.
El saldo sexenal de arrestados,
decomisos, capos muertos en combate, recuperación de armas y posicionamiento
del problema en el imaginario colectivo consolida la percepción de que el
gobierno federal no tenía otro
camino que perseguir y combatir a los narcos para recuperar espacios de la soberanía territorial del Estadio que ya
había sido expropiada con violencia por las bandas criminales, aunque con la
deficiencia en programas sociales, educativos y de empleo en las zonas que
regresaron al Estado.
La estrategia gubernamental logró tocar a la dirigencia de los cárteles provocando una lucha interna
por el poder en las propias bandas criminales. La guerra entre cárteles, a la cual se acredita el 95% o
más de los 55 mil muertos violentos, logró dividir
a los capos dirigentes. De los cinco
más importantes, spólo El Chapo
Guzmán es el más activo, pues El Mayo
Zambada, Juan José El Azul
Esparragosa y Vicente Carrillo parecen haber disminuido su papel activo.
La guerra entre cárteles ha debilitado a las bandas criminales. De ahí que el cerco se empiece
a cerrar alrededor de Heriberto Lazcano El
Laza, fundador de Los Zetas y hoy
en guerra contra Miguel Treviño Morales El
Z-40 y más con Los Zetaws
enfrentados contra el cártel del Chapo y el cártel del Golfo. La
caída del Coss fue un indicio de que los cárteles están debilitados por la ofensiva del gobierno de Calderón
y el uso de las fuerzas armadas.
A la estrategia gubernamental le faltó el trabajo político y social en
los espacios mediáticos, porque en las zonas arrancadas a los cárteles
la sociedad ha solicitado que las fuerzas armadas no sólo no se replieguen sino
que aumenten su presencia porque son
la única garantía de tranquilidad. También el gobierno federal no le dio prioridad a la reorganización
de las policías federales, estatales y municipales para ir sustituyendo con eficacia a las fuerzas armadas.
Asimismo, a la estrategia le falló
un operativo especial en materia de
derechos humanos, no sólo cumpliendo con las recomendaciones sino falló en la atención de las denuncias.
El movimiento de Sicilia se armó con algunos casos reales de violación de derechos humanos, pero el propio Sicilia catapultó el asunto para promover un
grupo de presión que cancelara la acción gubernamental contra los cárteles, aunque el efecto haya beneficiado a los propios cárteles. Los daños colaterales fueron vendidos mañosamente por Sicilia casi como una guerra sucia contra la sociedad.
Y para colmo, los asuntos de
derechos humanos llegaron a la Corte Suprema de Justicia, donde las decisiones no se centraron en los temas de impartición
de justicia sino que se llevaron al delicado
expediente del fuero militar que representa la columna vertebral del escudo de
seguridad nacional de la república. Las decisiones de la Corte obedecieron más a las instrucciones de
la Corte Interamericana que a los intereses
nacionales, poniendo a los derechos humanos como doctrina internacional por encima de la Constitución.
El arresto del Coss le puso un nuevo punto
de partida al gobierno de Peña Nieto en el tema de la seguridad. La estrategia no puede replegarse porque los cárteles están activos y rehaciéndose.
Con la experiencia del sexenio de Calderón, el gobierno de Peña tendrás que atender el tema de los derechos
humanos, proteger el fuero militar de las fuerzas armadas, otorgarle seguridad
jurídica a la acción del ejército en materia de seguridad y atender los temas políticos y sociales.
Si los datos se confirman, pronto
habrá datos sobre El Lazca, El z-40 y El Chapo.
Además, opino que Javier Sicilia,
su movimiento, el rector de la UNAM José Narro, los periodistas, el Movimiento YoSoy132 y ahora la Corte Suprema de
Justicia de la Nación deben responsabilizar
a los narcos de la violencia y los muertos, exigir sin dobleces la rendición incondicional de Joaquín El Chapo Guzmán, Ismael El Mayo Zambada, Heriberto Lazcano El Lazca, Servando Gómez La Tuta, Juan José El Azul Esparragoza, Vicente Carrillo Fuentes, el Z-40 y otros capos y demandar la entrega
de su arsenal de armas para ser juzgados
como responsables de la violencia criminal y la corrupción en el tráfico de drogas y de varios de miles de muertos
en enfrentamientos entre cárteles.
@carlosramirezh
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