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Icaza no quiere CIDH
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heredar grupo de Sicilia
Carlos
Ramírez
A pesar de que por reglamento de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos de la OEA está impedido a representar a víctimas, el mexicano
Emilio Alvarez Icaza pasa más tiempo al lado de Javier Sicilia que ateniendo sus funciones en el organismo
internacional con sede en Washington.
Como defensor de derechos humanos,
Alvarez Icaza fue fundador del movimiento de Sicilia, sólo que tomó posesión del cargo de secretario
ejecutivo de la CIDH el 16 de agosto. Y como lo publicó Indicador Político el
viernes 10 de agosto, la fracción 3 del artículo 12 del Reglamento de la CIDH
establece que, entre otros, el secretario ejecutivo, “al momento de asumir sus funciones”, “se comprometerá a no representar a víctimas”.
Aunque la redacción del texto exige
un compromiso, de todos modos en los
términos de la burocracia de organismos internacionales el compromiso implica
una restricción por el papel que debe jugar la CIDH en la defensa de los
derechos humanos pero sin someterse
a subordinaciones de grupos activistas. La CIDH investiga presuntos casos de
violaciones de garantías individuales, no es un tribunal popular que castigue sin investigar.
Si Alvarez Icaza fue designado secretario ejecutivo de la
CIDH el 19 de julio, el 3 de agosto confrontó a funcionarios jurídicos del
gobierno mexicano a propósito de la ley de víctimas y lo hizo como representante del movimiento de
Sicilia. Y si tomó posesión el 16 de agosto, su presencia al lado de Sicilia a
la llegada de la caravana a Washington la semana pasada lo involucró en organismos de representación de víctimas, con lo que violó el reglamento de la CIDH.
En el fondo, hay indicios de que
Alvarez Icaza no se siente a gusto
en la CIDH porque el trabajo del secretario ejecutivo es más administrativo que
operativo o de investigación y tiene que ver con supervisión presupuestal y de
programas de trabajo. El compromiso
de los funcionarios de no representar a víctimas tiene que ver, según el
Reglamento, con la confidencialidad
de asuntos. Por tanto, Alvarez Icaza pudo haber pactado el cargo de secretario ejecutivo de la CIDH para inducir el desahogo de denuncias
mexicanas a favor de las víctimas.
El pasado viernes 15 de septiembre
--día hábil para la burocracia de la CIDH--, Alvarez Icaza apareció al lado de Sicilia no nada más como
invitado sino haciendo declaraciones de apoyo a Sicilia, justificando el retiro
del poeta de la dirección del movimiento por la paz y poniéndose al lado de las
víctimas. La nota de Notimex dice: “Alvarez Icaza consideró que el movimiento
no se va a debilitar por el descanso temporal
de Javier Sicilia, sino que generará una condición en que las víctimas asuman un nuevo protagonismo y eso lo llevará a una
nueva etapa en la que se fortalecerá”.
El activismo del secretario
ejecutivo de la CIDH se pasó el reglamento de la Comisión por el arco del triunfo y contaminó ya las
denuncias de Sicilia en la Comisión y en la Corte Interamericana de Derechos
Humanos. Y más por el hecho de que Alvarez Icaza avaló la interrelación de víctimas de la violencia en México y los
Estados Unidos y dejó entrever que se estaría gestando una “agenda” de víctimas
entre los dos países.
La aparición de Alvarez Icaza en la fase final de la caravana de
Sicilia en Washington reveló el interés del hoy secretario ejecutivo de la CIDH
por asumir el liderazgo oculto, a
trasmano, del movimiento por la paz al retiro de Sicilia. De ser así, pronto
tendría que renunciar al cargo en la
CIDH porque el reglamento de este organismo exige tiempo y dedicación completas
a los trabajos de organización de las investigaciones de denuncias que
provienen de todos los países que
forman parte de la OEA.
Eso sí, el activismo de Alvarez
Icaza a favor de la agenda de Sicilia que exige cambios en la ley de armas de
los EU ha causado suspicacias en las
instancias estadunidenses que participan en la CIDH vía la OEA, aunque
Washington no reconoce jurisdicción a la Corte Interamericana, pero sobre todo
porque el secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana estaría siendo parcial a favor de las víctimas.
El problema no radica en el hecho
de que Alvarez Icaza siga defendiendo
a víctimas de la violencia y participando en actividades de movimientos de
denuncia, sino que lo haga representando
también a la CIDH como secretario ejecutivo. Alvarez Icaza fue presidente de la
Comisión de Derechos Humanos del DF y que compitió en 2009 por la presidencia
de la Comisión Nacional de DH y para ello buscó el apoyo del entonces gobernador del estado de México y precandidato
presidencial entonces, Enrique Peña Nieto, para lograr el voto del PRI en el Senado.
La presencia del secretario
ejecutivo de la CIDH en actividades de movimientos de defensa de víctimas ya contaminó la imparcialidad de la
Comisión Interamericana donde se están ventilando denuncias sobre presuntas
violaciones de derechos humanos en México. Ahora mismo la Corte Interamericana,
que forma parte del mecanismo de la Comisión, desahoga algunas denuncias en las que debe existir una
distancia de las víctimas para que las sentencias se apeguen a derecho y no a militancias en grupos de presión.
Pero el anuncio del retiro de Sicilia
del movimiento por la paz desató ya una lucha interna en el grupo para heredar la dirección política de la
representación de víctimas de la violencia y Alvarez Icaza ya se apunto. Además
de ser una salida a la angustia de la gente afectada, el movimiento de Sicilia
es un grupo político de presión de mayor importancia que la burocrática
secretaría ejecutiva de la CIDH.
@carlosramirezh
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