INDICADOR POLITICO
+ Homo
videns o lucha de clases
+ 132:
ni idea de 68 ni halconazo
Carlos
Ramírez
Como todo movimiento de masas, el YoSoy132 entró en los vericuetos de Babel: muchos lenguajes, bastantes
caminos, demasiados objetivos.
El posicionamiento del asambleísmo de ayer jueves en las islas de Ciudad Universitaria dejó
muchos hilos por tejer:
1.- Dos posiciones quedaron con el control político de la asamblea: los unamitas
de CU con las exigencias de la agenda de López Obrador de la vieja izquierda
dogmática y antisistémica y hoy de la coalición neopopulista y los
universitarios privados con la
temática mediática. Así, el movimiento quedó atenazado entre la lucha de clases
y el homo videns.
2.- El discurso político de los
estudiantes cayó en el descubrimiento
que hizo hace tiempo don Eulalio Ferrer en su libro De la lucha de clases a la lucha de frases, sin duda el vicio heredado del 68: creer que la revolución
se hace con frases.
3.- El Movimiento 132 dejó sin aclarar el sentido de su discurso
político. Todo discurso político se mueve en tres pistas: el poder como dominación, los símbolos como cohesión y
la ideología como propuesta. El de los estudiantes se agotó en discurso la evasión por confusión.
4.- Del lado de la propuesta
política de los unamitas destacó la
agenda de la oposición perredista como exigencia,
no como propuesta crítica. La petición de juicio político no tardará en
asumirse como discurso de campaña de López Obrador.
5.- Del lado de los estudiantes de
universidades privadas, sus programas de estudio orientados a reforzar el status quo conservador y neoliberal no les permitieron ir más allá
del desconocimiento de las relaciones sociales. Por eso su bandera sorprende a incautos: “empoderar al ciudadano a través de la
información”, lo que no se sabe exactamente qué quiere decir: ¿ciudadanos
informados llegarán al poder o meter a los ciudadanos a las
estructuras de poder de las políticas editoriales de los medios electrónicos?
Empoderar viene de apoderar, es
decir: tomar o meter. ¿Hace revoluciones la información? Los jóvenes de
universidades privadas se quedaron, ahora sí, en el 68: el modelo autoritario
que fue demolido por periodistas y analistas
en la lucha 1968-2000. En realidad, los programas de estudio de las
universidades privadas han ignorado
el cambio político de ese periodo y los estudiantes hoy están descubriendo el
agua tibia.
6.- La agenda de la transición pasa por la reforma del
poder real, por la democratización de las estructuras de dominación de una
hegemonía --ni siquiera llega a clase dominante-- y por la reforma de los programas de estudio para abandonar el papel de la
educación pública y privada como aparato de dominación ideológica de esa hegemonía.
7.- En su posicionamiento, el
Movimiento 132 establece dos premisas
críticas: “la miseria, desigualdad,
pobreza y violencia que vive el país” y que “el sistema político y económico actual no responde a las demandas de
todos los mexicanos”. Pero aterrizan en una solución falaz: “los estudiantes unidos de este país creemos que una condición necesaria para corregir
esta situación consiste en empoderar
al ciudadano común a través de la información”. Hasta donde se tienen datos científicos, los cambios reales vienen
por la lucha de clases violenta o pacífica, no por un programa de televisión.
8.- Y resulta que la gran propuesta mediática para “democratizar
la información” radica en la transmisión en cadena nacional del segundo debate, atentando contra la libertad de opciones que debe tener el
ciudadano. No se entiende cómo los estudiantes repudian el sistema político actual y luego piden que se imponga
por decisión autoritaria a todo el país. Los estudiantes ignoran que el
programa que obliga a apagar la radio una hora a la semana es La Hora Nacional,
en cadena nacional.
9.- El Movimiento 132 se quedó en
la fase de los video-game y el cambio social parece para ellos un programa de
Nintendo. Con ello los estudiantes privados demuestran la enajenación --diría José Revueltas en el 68-- de la educación
respecto a la realidad: el modelo de desarrollo, el sistema político y el
control social son producto del dominio
constitucional, es decir, las relaciones de clase como relaciones sociales controladas
--otra vez Revueltas-- por el Estado “total y totalizador”.
10.- La gran reforma que deben
hacer primero los estudiantes es la
de sus programas de estudio --Revueltas y Allende-- para que conozcan la verdadera explotación, no la de la tele sino la del sistema productivo en
la fábrica, el campo y la burocracia, lo mismo por los dueños de las empresas
que por los sindicatos que mediatizan
al trabajador.
11.- La propuesta de los
estudiantes de querer hacer un conteo
de votos electorales paralelo o de ser observadores será una pérdida de tiempo
porque el fraude, de darse, no será
ahí. Los electores cautivos de los partidos, lo mismo del PRI que del PRD y el
PAN, necesitan de estudiantes que les abran
los ojos, y ahí debería haber brigadas
estudiantiles de aleccionamiento electoral en todo el país, sobre todo en las
comunidades rurales.
12.- El Movimiento 132 podría naufragar en el mismo pantano en el que
se ahogó el dinamismo político del EZLN: el asambleísmo babélico, la demagogia fundamentalista democratizadora, el intento
inútil de conciliar corrientes, grupos y movimientos, la intención de sumar sin
control y sobre todo el coyunturalismo. Pero sobre todo, ignorar que los sistemas se reforman en
las relaciones sociales de producción, no en la tele. Por eso han fracasado
todos los movimientos estudiantiles desde 1958.
@carlosramirezh
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