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Periodista, escritor, Lic. en Periodismo, Mtro. En Ciencias Políticas, oaxaqueño. Autor de la columna "Indicador Político" en El Financiero.

lunes, 23 de julio de 2012

23-Julio-2012, Lunes.


INDICADOR POLITICO




+ Dauahare y las narcosospechas

+ Revelaciones de general incómodo



Carlos Ramírez



Si el general Tomás Ángeles Dauahare afirma que lo están acusando de oídas, en altos círculos del poder circulan las afirmaciones que hizo el militar al periodista Rafael Loret de Mola y que aparecen en el libro Nuestro inframundo. Los 7 infiernos de México (Editorial Jus).

En una charla que Loret acredita como entrevista, el general Ángeles hace afirmaciones no sólo de corte político que todos los altos mandos se cuidan exageradamente sino que aporta cuando menos opiniones de que niveles del ejército participan en el narcotráfico aunque no menciona ningún nombre. Eso sí, señala que las conductas de los soldados reflejan las de los mandos.

En las declaraciones del general Ángeles --circuladas con la aparición del libro en septiembre de 2011-- hay cuando algunas que tienen alto contenido explosivo y algunas que señalan la penetración del narco en las filas militares, pero justo cuando las fuerzas armadas son las más involucradas en el combate contra el crimen organizado:

1.- Al mencionar “mis tres grande preocupaciones”, Ángeles pone la siguiente en el primer lugar: “la obsesión de Felipe Calderón por que el PRI no regrese a Los Pinos. A la derecha le va a costar mucho dejar el poder. No lo admite. Y no tengo idea de cómo se esté preparando para evitarlo. Pero sí sé que algo, y muy gordo, trama”. (pág. 204).

2.- (Hacia el interior del ejército los mandos) están muy divididos. Para algunos, incluso, se trata de un conflicto de lealtades. Unos se deben al presidente Calderón; para otros es necesario recuperar la historia y ésta ha mostrado la inclinación de los mexicanos, y del ejército, por los liberales. Dijéramos que la fidelidad está dividida entre Peña y Calderón”. (pág. 205)

3.- No están usted tan desencaminado (ante la afirmación de Loret de que hay dos grupos en el ejército: un grupo de generales dignos, patriotas y “una oficialidad susceptible de ser cooptada por las mafias y que extiende la podredumbre hacia sus subordinados directos). (págs. 172-173.)

4.- Fíjese: algunos oficiales que hace años estuvieron bajo mi mando me han confesado, abiertamente, que sienten mucha vergüenza porque los han asignado a la protección de alguno de esos mafiosos intocable. (Pág. 173).

5.- El problema es que en el ejército el nacionalismo, que antes era sólido, se ha ido diluyendo. Entre las jerarquías, te repito, hay muchos jefes que ni siquiera estudiaron el civismo básico. Y no creo que haya sido obra de la casualidad. (Págs. 170-171)

6.- (Al hablar de la salida de los militares de la política por celos de los políticos) Entre nosotros siempre han existido hombres capaces para llevar adelante al país. ¿Me entiende, verdad? (Pág. 174)

7.- (Ante la pregunta de Loret sobre el deterioro de la calidad social de la carrera militar) ¿Qué vemos ahora? Perdóneme si se lo digo porque no quiero ser despectivo de ninguna forma: (quieren ser militares) puros hijos de choferes, de cargadores del mercado; y muchos vaguitos que necesitan dinero, a veces para poder costear sus vicios. Esta es la dolorosa verdad. (Pág. 179)

8.- No podemos generalizar. Sería muy injusto. Mire usted: un soldado es muy dado a caer en el narco… cuando observa que sus superiores, sus coroneles, andan en malos pasos. ¿Por qué no entrarle si los jefes lo hacen, se preguntan. (Pág. 180)

9.- (Ante la afirmación de Loret de que existen versiones “cada vez más intensas en el sentido de que las tropas mexicanas cruzan la frontera protegiendo cargamentos de droga”, “el general asiente pero no agrega ninguna palabra”.) (Pág. 181)

10.- ¿Sabe usted? Al capo, sobre todo al fuerte, lo que menos le interesa es que haya problemas y deba confrontarlos. Yo tuve conocimiento de que alguno (algún capo) llegó a plantear a la superioridad: mi jefe, déjenos trabajar; podríamos ayudar a pagar la deuda con un poco de buena voluntad para ambas partes. Total: la droga no se queda en México y la deuda es alta. Y no era un cínico. (Pág. 185)

11.- (Otra de las preocupaciones del general Ángeles) La creciente presencia de grupos dispersos fuertemente armados por toda la república. Lo peor es que tales células demuestran que el comercio de armas está fuera de control. ¿A dónde cree que hayan ido a parar las dos mil armas del operativo ése de Rápido y Furioso? (Pág. 204)

12.- (Sobre el argumento del origen de los fondos de la CIA estadunidense por la Enmienda Boland que limitó los abusos de esa agencia y cortó la fuente de ingresos del narco centroamericano) Cuando Boland triunfa en el Capitolio, La CIA voltea hacia México… y formaliza, ésta es la palabra, el paso de cocaína sudamericana a través de la frontera mexicana. (Pág. 214) En una ocasión un alto funcionario de la DEA me dijo, sin el menor rubor, que ellos administraban la entrada de drogas a los Estados Unidos. Así como suena. (Págs. 169-170)

13.- Según el general Ángeles, Manuel Muñoz Rocha, el señalado como autor intelectual del asesinato de José Francisco Ruiz Massieu en 1994 está vivo, “por allí anda, aunque su viuda Marcia Cano haya obtenido la declaratoria de que estaba oficialmente muerto para disponer de sus bienes”. (Pág. 296)

14.- Y el general Ángeles revela: “yo fui quien descubrió quién era, en realidad, el subcomandante Marcos”. “Agarramos a un tal comandante Daniel, superior en jerarquía aparentemente en el EZLN, quien había reñido con Marcos. Y soltó todo. Ahora es el capitán Daniel Guevara y está integrado a las fuerzas armadas” (Pág. 296)



@carlosramirezh



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