INDICADOR POLITICO
+ Dauahare
y las narcosospechas
+ Revelaciones
de general incómodo
Carlos
Ramírez
Si el general Tomás Ángeles
Dauahare afirma que lo están acusando de oídas,
en altos círculos del poder circulan las afirmaciones que hizo el militar al
periodista Rafael Loret de Mola y que aparecen en el libro Nuestro inframundo. Los 7 infiernos de México (Editorial Jus).
En una charla que Loret acredita como
entrevista, el general Ángeles hace afirmaciones no sólo de corte político que todos los altos mandos se
cuidan exageradamente sino que aporta cuando menos opiniones de que niveles del
ejército participan en el
narcotráfico aunque no menciona ningún nombre. Eso sí, señala que las conductas
de los soldados reflejan las de los
mandos.
En las declaraciones del general
Ángeles --circuladas con la aparición del libro en septiembre de 2011-- hay
cuando algunas que tienen alto
contenido explosivo y algunas que señalan la penetración del narco en las filas militares, pero justo cuando las
fuerzas armadas son las más involucradas en el combate contra el crimen organizado:
1.- Al mencionar “mis tres grande
preocupaciones”, Ángeles pone la siguiente en el primer lugar: “la obsesión de Felipe Calderón por que el
PRI no regrese a Los Pinos. A la derecha
le va a costar mucho dejar el poder. No lo admite. Y no tengo idea de cómo se esté preparando para evitarlo. Pero sí sé que algo, y muy gordo, trama”.
(pág. 204).
2.- (Hacia el interior del ejército
los mandos) están muy divididos. Para
algunos, incluso, se trata de un conflicto
de lealtades. Unos se deben al presidente Calderón; para otros es necesario
recuperar la historia y ésta ha mostrado
la inclinación de los mexicanos, y del ejército, por los liberales.
Dijéramos que la fidelidad está dividida
entre Peña y Calderón”. (pág. 205)
3.- No están usted tan
desencaminado (ante la afirmación de Loret de que hay dos grupos en el
ejército: un grupo de generales dignos, patriotas y “una oficialidad susceptible de ser cooptada por las mafias
y que extiende la podredumbre hacia sus subordinados directos). (págs.
172-173.)
4.- Fíjese: algunos oficiales que hace años estuvieron bajo mi mando me
han confesado, abiertamente, que sienten
mucha vergüenza porque los han asignado a la protección de alguno de esos
mafiosos intocable. (Pág. 173).
5.- El problema es que en el
ejército el nacionalismo, que antes
era sólido, se ha ido diluyendo. Entre
las jerarquías, te repito, hay muchos jefes que ni siquiera estudiaron el
civismo básico. Y no creo que haya sido obra de la casualidad. (Págs.
170-171)
6.- (Al hablar de la salida de los
militares de la política por celos
de los políticos) Entre nosotros siempre
han existido hombres capaces para llevar adelante al país. ¿Me entiende,
verdad? (Pág. 174)
7.- (Ante la pregunta de Loret
sobre el deterioro de la calidad
social de la carrera militar) ¿Qué vemos ahora? Perdóneme si se lo digo porque
no quiero ser despectivo de ninguna
forma: (quieren ser militares) puros hijos de choferes, de cargadores del
mercado; y muchos vaguitos que necesitan dinero, a veces para poder costear sus
vicios. Esta es la dolorosa verdad.
(Pág. 179)
8.- No podemos generalizar. Sería
muy injusto. Mire usted: un soldado es
muy dado a caer en el narco… cuando observa que sus superiores, sus coroneles, andan
en malos pasos. ¿Por qué no entrarle si los jefes lo hacen, se preguntan.
(Pág. 180)
9.- (Ante la afirmación de Loret de
que existen versiones “cada vez más
intensas en el sentido de que las tropas
mexicanas cruzan la frontera protegiendo cargamentos de droga”, “el general
asiente pero no agrega ninguna
palabra”.) (Pág. 181)
10.- ¿Sabe usted? Al capo, sobre
todo al fuerte, lo que menos le
interesa es que haya problemas y deba confrontarlos. Yo tuve conocimiento de que alguno (algún capo) llegó a plantear a la superioridad: mi
jefe, déjenos trabajar; podríamos ayudar a pagar la deuda con un poco de buena
voluntad para ambas partes. Total: la droga no se queda en México y la deuda es alta. Y no era un cínico. (Pág. 185)
11.- (Otra de las preocupaciones
del general Ángeles) La creciente
presencia de grupos dispersos fuertemente armados por toda la república. Lo
peor es que tales células demuestran que el
comercio de armas está fuera de control. ¿A dónde cree que hayan ido a
parar las dos mil armas del operativo ése de Rápido y Furioso? (Pág. 204)
12.- (Sobre el argumento del origen
de los fondos de la CIA estadunidense por la Enmienda Boland que limitó los
abusos de esa agencia y cortó la fuente de ingresos del narco centroamericano)
Cuando Boland triunfa en el Capitolio, La
CIA voltea hacia México… y formaliza, ésta es la palabra, el paso de cocaína
sudamericana a través de la frontera mexicana. (Pág. 214) En una ocasión un
alto funcionario de la DEA me dijo, sin el menor rubor, que ellos administraban la entrada de drogas a
los Estados Unidos. Así como suena. (Págs. 169-170)
13.- Según el general Ángeles,
Manuel Muñoz Rocha, el señalado como autor intelectual del asesinato de José
Francisco Ruiz Massieu en 1994 está vivo,
“por allí anda, aunque su viuda
Marcia Cano haya obtenido la declaratoria de que estaba oficialmente muerto para disponer de sus bienes”. (Pág. 296)
14.- Y el general Ángeles revela:
“yo fui quien descubrió quién era,
en realidad, el subcomandante Marcos”.
“Agarramos a un tal comandante Daniel,
superior en jerarquía aparentemente en el EZLN, quien había reñido con Marcos. Y soltó todo. Ahora es el capitán Daniel Guevara y
está integrado a las fuerzas armadas” (Pág. 296)
@carlosramirezh
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