INDICADOR POLITICO
+ El 132 no es el 68, sólo televisión
+ Mini-chiqui-nano
plantón de AMLO
Carlos
Ramírez
Como buenos hijos políticos de la televisión de la familia Azcárraga, los chavos del movimiento YoSoy132 no ven más allá del control
remoto de sus televisiones de plasma. La intención de equipararlos con el
movimiento estudiantil del 68 es un insulto
a la memoria de jóvenes que lucharon por la democracia y que revelaron el lado autoritario del
sistema político priísta.
Como la negación de la negación es
una afirmación, el 132 ha derivado en un movimiento vergonzante de Andrés Manuel López
Obrador para enfrentarlos a Enrique Peña Nieto, en una réplica de farsa del plantón del 2006 que partió del zócalo y
terminó en el periférico. Hoy unas cuántas casas de campaña instaladas frente a
instalaciones electorales representan un mini-micro-nano plantón para, como en
el 2006, obligar a las autoridades
electorales a decretar la victoria de López Obrador pese a las cifras del conteo de votos.
Más que un conflicto poselectoral, la
protesta del 123 se asemeja más a un pleito por el control remoto de la
televisión de plasma que por la democratización política del país. Sin
presentar pruebas, con insultos a la televisión y a partir de un voluntarismo
fascistoide, los chavos del 132 se quieren convertir en la autoridad electoral máxima para decretar ellos quién ganó las elecciones. Lo malo para
ellos es que quieren ejercer un derecho absolutamente antidemocrático… en nombre de la democracia.
Lo más grave es que el grupo lopezobradorista --sobre todo su flamante ministra de Cultura-- quiere convertir
al 123 ya no se diga en el heredero
del movimiento estudiantil del 68 sino en una réplica histórica de aquella movilización de jóvenes universitarios
contra la represión de los granaderos que fue el punto de partida trágico del
proceso de democratización política. En todo caso, los chavos del 123 no luchan contra el sistema sino sólo
contra la televisión y combaten a Peña Nieto no por representar al PRI sino por
haber logrado una figura mediática a
través de Televisa. Lo malo es que a pesar de estudiar en universidades
privadas donde las cuotas debieran
implicar un mayor grado de capacidad de análisis, los del 123 tienen la solución mágica, por cierto una salida neoliberal de mercado: más televisoras.
El problema, sin embargo, no radica
en el dominio del mercado por dos grandes cadenas de televisión, sino lo que representa la televisión como
instrumento de exclusión de la realidad.
Lo grave es demeritar el 68 con las movilizaciones mostrencas del 123. El punto central es que el 123 no
es el 68. El movimiento del 68 fue otra cosa. En su libro 1968: la historia también está hecha de derrotas, Pablo Gómez,
dirigente en el 68 de la juventud comunista y hoy cuadro parlamentario del PRD,
resumió los tesis centrales del 68:
1.- “Los años sesenta fueron los de
la construcción de la izquierda
estudiantil… sobre la base de difusión del marxismo”. El 132 carece de ideología
porque su enemigo no es una clase sino una pantalla de plasma.
2.- “El Partido Comunista impulsó
la creación de una organización
nacional de estudiantes desde 1963”. Hoy el PCM no existe, la izquierda es neopopulista y el PRD se basa en la
movilización del lumpenproletariado desclasado.
La juventud comunista del 68 que penetró las universidades no aparece en el PRD.
3.- “La mayoría de estos
movimientos no alcanzó el triunfo y muchos fueron reprimidos directamente por el gobierno federal, lo cual generaba
mayor resistencia y repudio a la política del gobierno”. El 132 no
nació de una represión del gobierno, por lo que ha enfocado su lucha contra la
televisión.
4.- “La fuerza de esta izquierda
también se basaba en su significado cultural,
entre ellos la liberación sexual, la música, el cine”. Esta ruptura
generacional del 68 simplemente es inexistente
en el 2012 porque la autodenominada izquierda hoy en día es asistencialista, corporativista, de
acarreo y sin debate de ideas.
5.- “El entorno político general
anterior al movimiento estudiantil de 1968 se caracterizó por las tendencias
hacia el establecimiento de un régimen
de carácter policiaco, con fuerte presencia del ejército como instrumento
directo de los gobernantes”. Hoy, en el 2012, el 132 carece de un
análisis de diagnóstico del carácter del régimen, desdeña las prácticas
democráticas que lograron los movimientos anti autoritarios del pasado reciente
y paradójicamente usa la democracia
para imponer un régimen político lopezobradorista que opera sobre los mismos mecanismos autoritarios del
viejo PRI: el voluntarismo patriótico.
6.- “En 1966 se produjo un
movimiento estudiantil anti
autoritario en la UNAM, el cual enarboló en su última etapa gran parte del
programa universitario de las izquierdas”. El 132 no nació de un
movimiento progresivo estudiantil ni menos de la inexistente izquierda, y hasta la fecha no ha podido articular un
discurso político programático para
darle un sentido político transformador.
7.- “En el mes de julio de 1968
existía una vanguardia estudiantil
de izquierda en la ciudad de México”. Las dificultades del 132, en caso de que quisieran retomar realmente las experiencias del 68, se localiza en la ausencia de una vanguardia estudiantil,
la izquierda universitaria simplemente es inexistente,
no existe un partido de la clase obreras y la juventud se ha despolitizado.
En el punto 18 Gómez establece: “el
radicalismo estudiantil se dirigió contra el autoritarismo del gobierno, el
despotismo del presidente de la república, la represión y la falta de
libertades democráticas”. La lucha del 68
cristalizó en la práctica en la alternancia partidista del 2000, pero ni la
izquierda ni la juventud politizada del 68 construyeron una plataforma para la instauración de un sistema democrático.
La evidencia del fracaso de la
izquierda y de la juventud estudiantil ha sido el regreso del PRI a la presidencia de la república con una ventaja de
casi 7 puntos sobre el candidato del neopopulismo. Y ante ello, el 132 erige como enemigo a… la televisión
como si la democracia fuera cosa de la programación
televisiva.
Si antes la lucha de la izquierda
estudiantil era contra la estructura
del poder político priísta y por el socialismo, hoy el 132 la reduce a una lucha por… el control remoto de la televisión de plasma.
@carlosramirezh
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Mi querido Carlos:
ResponderEliminarTal parece que AMLO tine la culpa hasta de que mataron a Venustiano Carranza, siempre es el "malo del cuento". ¿Y el bueno quién es?.
Gabriela Campos