INDICADOR POLITICO
+ Fuero: Sedena no, políticos sí
+ Hipocresía de Hillary Clinton
Carlos Ramírez
A la ética del ejército de llevar un juego limpio y aceptar la limitación del fuero militar que sin duda afectará su margen de maniobra en la seguridad nacional se le debe contrastar cuando menos tres hechos en sentido contrario:
1.- La incongruencia --para decir lo menos-- de los legisladores que exigieron y votarán a favor de la limitación del fuero militar, cuando el PRD legislativo, político y partidista y sus aliados priístas han protegido al diputado (ex) perredista Julio César Godoy acusado con pruebas de vinculaciones con el crimen organizado en Michoacán. Los legisladores, obvio es decirlo, no acotarán su fuero político porque es su escudo de impunidad.
2.- El combate contra el narco sólo tiene un escenario: el Estado para la sociedad vía el gobierno y las fuerzas armadas o el Estado cedido al crimen organizado por la vía del tema de los derechos humanos. Los más activos en el acotamiento de los espacios del combate contra la inseguridad son los priístas, cuya historia de represión política y social marcó el siglo XX mexicano. Todavía el PRI le debe al país el enjuiciamiento de los gobernantes civiles que ordenaron la represión de 1951 al 2000 y que sentaron las bases del involucramiento político y social con el narco. Muchos perredistas en ese tiempo eran priístas y tampoco levantaron la voz.
3.- La hipocresía de la señora Hillary Clinton, secretaria estadunidense de Estado, al criticar duramente a México por los efectos de la violencia pero olvidando que muchos más crímenes contra lesa humanidad ha cometido la Casa Blanca en Irak, Afganistán y antes en Corea y Vietnam. Ahora mismo se difundieron 400 mil documentos vía Wikileaks donde se revela la guerra sucia de Washington en su papel de ejército invasor. La señora Clinton le exige a México cuidado en la guerra cuando existe una larga lista de bajas civiles en Irak y Afganistán por la incompetencia del ejército del país más poderoso del mundo. La ley patriótica de los EU es más violadora de derechos humanos que el fuero militar. Y la ONU ni nadie la condena. Peor aún, los EU juzgan a civiles en tribunales militares. Las muertes de civiles en Irak y Afganistán a manos de soldados de EU también asquean.
El tema del fuero militar ha sido básicamente una agenda del crimen organizado. A diferencia del pasado priísta cuando la violación de los derechos humanos era un instrumento de disuasión política y social, hoy los daños sociales son efecto de la lucha violenta por recuperar los espacios dominados por las bandas de delincuentes. Como nunca antes, el ejército cuenta con una oficina activa de derechos humanos.
La limitación del fuero militar podría considerarse una victoria del crimen organizado. En las estrategias de guerra se comete un gravísimo error táctico y estratégico abrir debates y tomar decisiones que debiliten a las fuerzas armadas cuando se encuentran en combate frontal contra enemigos. Por ello el tema del fuero se debiera posponer para no ayudar a las mafias y, eso sí, trabajar conjuntamente con el ejército en el tema de los derechos humanos.
El tema fundamental ha sido analizado en una reunión privada entre abogados especialistas, a la que asistió Indicador Político. Ahí se llegó a la doctrina de que “la seguridad nacional es una cuestión política no judicializable”. Llevar el tema a tribunales civiles representa un hoyo negro en la seguridad nacional. El congreso tiene las facultades necesarias para vigilar el respeto a los derechos humanos. Pese a las revelaciones de Wikileaks sobre el terror militar de EU en Irak y Afganistán y antes en Abu Ghraib y en las celdas de Guantánamo, no habrá cambios porque debilitarían la fuerza militar.
El tema es sensible. Los derechos humanos son una definición de la democracia. Pero hoy en día los derechos humanos son más violados por el crimen organizado --asesinatos, secuestros, terror, bombas y droga para consumo-- que por las fuerzas militares. Pero en lugar de apoyar a las fuerzas del orden en su combate contra las mafias, sociedad y políticos acotan margen de maniobra judicializando la seguridad nacional.
Si el ejército ya no cuenta con la confianza de la sociedad, de los legisladores y de los políticos, entonces sería mejor que se retirara a sus cuarteles y la plaza fuera ocupada por el crimen organizado y sus cómplices políticos. A la soberanía de la nación, en la doctrina de la seguridad nacional, no le conviene un ejército acotado. Eso sí, en la discusión del fuero militar se debe introducir el fuero del diputado (ex) perredista Julio César Godoy o la forma en que los políticos sí tienen fuero para proteger sus complicidades criminales. No debe extrañar que el PRD haya facilitado a Godoy la obtención del fuero y sea el PRD el que critique la estrategia gubernamental contra la inseguridad. Ahí hay una correlación de hechos que conduce a definiciones de complicidad.
El debate sobre el fuero militar va a ser vital para redefinir la doctrina de seguridad nacional: ¿se quiere un ejército acotado en la defensa de la soberanía del Estado? El debate se debiera dar entre controles políticos o disminución de la fuerza militar del Estado para defender la soberanía nacional.
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