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Periodista, escritor, Lic. en Periodismo, Mtro. En Ciencias Políticas, oaxaqueño. Autor de la columna "Indicador Político" en El Financiero.

viernes, 15 de octubre de 2010

14-octubre,2010, Jueves.

INDICADOR POLITICO


+ PRD, como Aguilar Talamantes
+ PAN-PRD: salinismo sin Salinas

Carlos Ramírez

Con el método de análisis de José Revueltas, la conciencia crítica del viejo Partido Comunista Mexicano, es posible demostrar dos cosas en el PRD de hoy:
1.- La inexistencia histórica de un partido de la clase obrera.
2.- La inexistencia histórica de la verdadera ideología de izquierda.
Con ese mismo método de análisis de Revueltas se puede probar que el PRD ha sido reducido a una especie de Partido Popular Socialista --el PPS en la peor época de cuando era títere del PRI-- pero ahora del PAN. El PPS cuando menos acreditaba su apoyo a la vertiente de izquierda dentro del PRI; el PRD se ha aliado a la derecha yunquista del PAN.
Con el método de análisis de Revueltas se puede concluir que el dominio político de Manuel Camacho Solís y la precandidatura perredista de Marcelo Ebrard van a definir la propuesta programática del PRD como la de un salinismo sin salinas, de un neoliberalismo panista y de un priísmo tecnocrático disfrazado de izquierda.
Finalmente, el propio Revueltas daba la caracterización de la enfermedad política que aquejó al viejo Partido Comunista Mexicano en sus devaneos con el poder priísta: la locura brujular, la aguja de la brújula ideológica apuntando a la derecha como el norte cuando debiera apuntar hacia la izquierda. El PRD perdió el rumbo ideológico y quedó reducido a una mera agencia de colocaciones… de (neo) panistas como (ex) priístas empanizados.
En este contexto, el PRD fue sumido por Jesús Ortega Martínez en la peor crisis de identidad política e ideológica. En lugar de partido de izquierda, con aliados a la izquierda, con un pensamiento político de la izquierda, el PRD ha sido colocado en la posición zurda, como una copia-espejo del PST de Rafael Aguilar Talamantes en el que se formó Ortega.
El PRD nació de la célula madre del Partido Comunista, creció con el ADN del priísmo progresista y se convirtió en el cordón umbilical del partido del lumpenproletariado, una masa informe de militantes beneficiarios del asistencialismo presupuestal y sin ideología, abandonando la esencia de todo partido de izquierda: la clase trabajadora.
Así, el pleito López Obrador-Ebrard no se da entre liderazgos sociales o propuestas programáticas sino como una lucha vulgar por el poder. Detrás de cada uno de los dos se localiza una ideología que nada tiene que ver con la izquierda: el priísmo del acarreo con el tabasqueño y el priísmo salinista neoliberal con Ebrard. Y los comunistas que aún sobreviven deben de recordar los tiempos en que el PCM tuvo de candidatos presidenciales a Plutarco Elías Calles en 1924, a Alvaro Obregón en 1927, al conservador católico Manuel Avila Camacho en 1940 y a la esencia del priísmo derechista con Miguel Alemán en 1946.
En su Ensayo sobre un proletariado sin cabeza, de 1962, Revueltas --dos veces expulsado del PCM por crítico-- demostró con el método de análisis marxista la “inexistencia histórica” del Partido Comunista Mexicano. Más tarde, en 1958, en su brillante y actualísimo México: una democracia bárbara, Revueltas desnudó el oportunismo político de la izquierda al buscar con Vicente Lombardo Toledano, lo que hoy revive Ortega Martínez con el PAN, una alianza entre las fuerzas progresistas con  la “burguesía revolucionaria antiimperialista”, donde el dominio estructural de la derecha necesariamente va a degustar a la izquierda ingenua.
Para Revueltas, tres eran las corrientes en la izquierda que enajenaban a la clase trabajadora, las tres hoy presentes en el PRD: la democrático-burguesa representada por la “ideología de la revolución” (el cardenismo priísta que fundó el PRD), la del marxismo “democrático-burgués” (el lombardismo de López Obrador y el talamantismo de Ortega) y la sectario-oportunista del PCM (hoy la bancada perredista). A éstas se ha agregado una cuarta: la corriente salinista neoliberal de Manuel Camacho y Marcelo Ebrard, con todo y los más de quinientos perredistas asesinados durante el salinismo que forjaron Camacho y Ebrard.
En México: una democracia bárbara, Revueltas dio la clave sobre las luchas de la izquierda. Y ciertamente que excluía las electorales. La razón era obvia: “la única clase llamada a hacerle al “gobierno revolucionario” una concurrencia política es aquella que también viene a ser la púnica que puede hacerle la concurrencia económica”. Es decir, que la lucha de la izquierda está en el sistema productivo y no en la élite política del gobierno. El PRD ha llegado a gobiernos estatales y gobierna como el PRI o el PAN, como lo demuestran los casos típicos del DF, Zacatecas, Guerrero y Michoacán.
El drama de la izquierda lo ejemplifica la estrategia de Manuel Camacho-Marcelo Ebrard: como el PRD no ha podido posicionarse para derrocar al PRI y tuvo que aliarse con la derecha del PAN. Las alianzas en Oaxaca, Puebla y Sinaloa revelan que el PRD llevó a los gobiernos estatales a (ex) priístas que van a gobernar como (neo) panistas. Guerrero y Zeferino Torreblanca lo han demostrado, para vergüenza del PRD y de la izquierda.
Por eso no son pocos los de izquierda que dicen: ¡despierta, Revueltas, la izquierda ha enloquecido!


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1 comentario:

  1. si hoy resulta difícil entender que era el "leninismo" (según yo es una variante del taylorismo) cuando hablas de "salinismo" resulta casi una quimera, un vacío ideológico. Me parece que Salinas representaba a un grupo de intereses, el de Slim entre otros, pero de ideas nada.
    Existe una muy buena entrevista a Revueltas en el libro Cárdenas y la izquierda mexicana, aunque pienso que sus argumentos sobre la inexistencia no son muy sólidos. El partido comunista mexicano fue inventado por la Internacional, es decir, desde fuera. Pero también el anarcosindicalismo de Flores Magón, era un anarquismo gringo...gran tema y gracias por el artículo.

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