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Periodista, escritor, Lic. en Periodismo, Mtro. En Ciencias Políticas, oaxaqueño. Autor de la columna "Indicador Político" en El Financiero.

jueves, 21 de octubre de 2010

21-octubre-2010.

INDICADOR POLITICO


+ Yunes: su pasado lo condena
+ Espías, Chapo, chantaje a Trife

Carlos Ramírez

A propósito del narcoexpediente del diputado (ex) perredista Julio César Godoy Toscano y de la red de protección del PRD que le permitió obtener fuero constitucional contra una orden de aprehensión, en ciertos grupos panistas existe preocupación por el dossier del flamante candidato del PAN al gobierno de Veracruz, Miguel Angel Yunes Linares, a quien se le escapó Joaquín El Chapo Guzmán.
De hecho, puede señalarse que la fuga del Chapo en enero de 2001 fue el principio de toda la descomposición del mapa del crimen organizado vinculado al narcotráfico. Fuera de la cárcel de “máxima seguridad” de Puente Grande --conocida desde entonces como Puerta Grande--, el Chapo reconstruyó su cártel, se enfrentó violentamente con otras mafias y se convirtió en el Lord del narco mexicano. Por tanto, su fuga fue el detonador que profundizó el poder del narco y llevó al gobierno de Calderón a una lucha frontal contra las bandas.
La revisión en los Estados Unidos del expediente de El Chapo también registra como punto de partida la fuga del criminal. Y ahí es donde algunos panistas están temerosos de que pronto se reabra el archivo de ese criminal y comiencen a hacerse algunas relaciones de datos sobre su fuga de Puente Grande. El entonces subsecretario  de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Seguridad Pública federal era nada menos que Miguel Angel Yunes Linares, encargado de los reclusorios.
Y el expediente de El Chapo registra también otro dato delicado. En 1991, el criminal entonces en ascenso había caído sin esperarlo en un operativo de la policía del DF en la Delegación Venustiano Carranza y entregó varios cientos de miles de dólares al entonces jefe de la policía capitalina, Santiago Tapia Aceves. Los dos principales superiores de Tapia eran nada menos que Manuel Camacho Solís como jefe del Departamento del Distrito Federal y Marcelo Ebrard Casaubón primero como director general de gobierno y por tanto operador político en jefe y luego como secretario general de gobierno, además de que el delegado en la Venustiano Carranza era una posición directa del regente Camacho. Esa primera fuga de El Chapo había evidenciado el poder de las redes criminales en el DF y su capacidad de impunidad por la corrupción. Tapia Aceves fue detenido y sentenciado por corrupción y por la fuga de El Chapo.
La amnesia de la política ha permitido que los corresponsables del fortalecimiento del poderío criminal de El Chapo como políticos del PRI se hayan pasado a la oposición y no sólo hayan olvidado impunemente de su responsabilidad en la historia criminal de El Chapo sino que desde la oposición se permitan lecciones de pureza: Ebrard y Camacho ahora en el PRD --el partido del narcodiputado Godoy Toscano-- y aliados al PAN y Yunes Linares como representante de los intereses de la señora Elba Esther Gordillo y jefe político del PAN en Veracruz.
El problema de Yunes ahora es la utilización del espionaje político contra funcionarios electorales federales. A través de intercepciones telefónicas ilegales y filtrado el dictamen de legalidad de las elecciones para gobernador de Veracruz, ayer dos representantes de Yunes Linares enviaron un mensaje nada misterioso a la presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, María del Carmen Alanís Figueroa: datos de que presuntamente su secretario de estudio y cuenta --cargo apenas debajo de la titular-- habría sido “asesor” del PRI veracruzano.
Lo interesante del asunto fue que un desplegado de Yunes Linares afirmó la existencia de conversaciones telefónicas entre el subordinado de la presidenta Alanís Figueroa con un asesor del gobernador de Veracruz. Para que no hubiera duda del chantaje, Yunes Linares mandó publicar el número telefónico que había servido para las relaciones PRI-Trife. Por tanto, el espionaje político de Yunes Linares ha dejado entrever la existencia de grabaciones ilegales y clandestinas. El objetivo está muy claro: chantajear al Trife para que cambie su sentencia de validez de las elecciones por otro en contra del candidato del PRI, mecanismos propios de las mafias del poder que han copiado estilos de las mafias criminales.
De haber llegado al gobierno estatal, Yunes habría repetido el estilo que prodigó cuando fue secretario de gobierno (1992-1998) del gobernador Patricio Chirinos, uno de los más cercanos políticos del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari. En aquellos años, Yunes Linares se llevó a trabajar en el gobierno y algunos después en la delegación del ISSSTE en el DF y Veracruz a varios de los funcionarios estaban en espacios de decisión de reclusorios en enero de 1991 y que por tanto habrían tenido que ver con la fuga de El Chapo.
En una recopilación impresionante de datos, el periodista Raymundo Jiménez publicó en el sitio Imagen del Golfo y el diario Imagen de Xalapa las evidencias de vinculación de Yunes Linares con el crimen organizado: la fuga de El Chapo, los funcionarios penales después en cargos con Yunes, el nombre de Yunes en documentos de la DEA, la averiguación previa 1226/MPFEADS/98 que relacionó a Yunes con el gobernador Mario Villanueva Madrid y hasta un comunicado del EPR de 2008 denunciando que Yunes “encabeza a la mafia que trafica ilegales y a través de dicho grupo delictivo controla la venta de vino y drogas y es el principal organizador de las bandas paramilitares”. Más aún, el nombre de Yunes aparece vinculado al narcotráfico en un libro de Julio Scherer García.


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