INDICADOR POLITICO
+ Ejército
y seguridad municipal
+ SDN
rompe control del narco
Carlos
Ramírez
Mientras los militares son
enjuiciados en tribunales judiciales por contados
casos de derechos humanos, la Secretaría de la Defensa Nacional logró cuajar un modelo de reorganización de
la policía municipal para blindarla
del dominio por parte de los cárteles
de la droga.
El principal problema de la
inseguridad se localizaba justamente en que las policías estatales y
municipales eran parte de la cadena
de complicidades del narcotráfico y por tanto era imposible intentar combatir
la inseguridad sin policías leales.
El prototipo del programa de reorganización de policías
municipales y estatales fue aplicado en la IV Región Militar al mando del
general Noé Sandoval Alcázar. A lo largo de varios meses, el ejército pasó a revisión a la seguridad estatal y
municipal y se encontró con desorganización, malos salarios y ausencia de
controles de confianza.
El programa de reorganización
policial se hizo en el escenario de
la Operación Noroeste, donde el
ejército no se dedica sólo a combatir delincuentes sino que ha contribuido con su presencia a
restaurar una parte del tejido social, a poner orden en los cuerpos policiacos
y a dar capacitación y entrenamiento a los nuevos policías.
La IV Región Militar se encargó de coordinar las peticiones de
gobernadores de cinco estados de la Operación
Noroeste: Nuevo León, San Luis Potosí, Veracruz, Coahuila y Tamaulipas, canalizadas vía Gobernación.
La evaluación previa del estado en
que se encontraban las policías estatales y municipales tuvo resultados
bastante negativos y preocupantes:
hace apenas un año las fuerzas de seguridad estatales y municipales no contaban
con la capacidad de reacción necesaria para hacer frente a la delincuencia
organizada, los salarios eran bajos, estaban al servicio de los delincuentes, no había controles sobre el uso adecuado de los permisos de
portación de armas.
Si la capacidad de reacción de las policías locales era
prácticamente nula, lo más grave fue que paulatinamente los cárteles fueron comprando a jefes y
mandos policiacos. Las actividades de las fuerzas federales de seguridad tenían
que realizarse a espaldas de los
policías locales porque los narcos se enteraban de movimientos y operativos.
Asimismo, la coordinación entre policías estatales y municipales era inexistente y por tanto también con las
federales. El reclutamiento de personal carecía
de técnicas de control pero poco se podía hacer con sueldos de miseria.
En los hechos, la comandancia de la
IV Región Militar opera como una coordinación única de la seguridad en esos cinco estados, realizando periódicamente
juntas de coordinación y supervisión de la capacitación. Con ello se ha blindado a los cuerpos estatales y
municipales de seguridad de cualquier intento de penetración del crimen
organizado.
La reestructuración de las policías municipales en el Noroeste de la
república se basa en objetivos concretos, entre los que destacan los
siguientes:
--Reclutamiento de personal militar
retirado y del que haya causado baja dignamente de las fuerzas armadas,
inclusive para darle una mejor utilización a la capacitación que recibieron en
su entrenamiento. Este personal militar retirado ha pasado los controles
estrictos de confianza del ejército.
--Evaluaciones de control de
confianza recurrentes, para mantener al personal policiaco bajo supervisión permanente. El error del pasado
consistía en contratación de policías y los dejaban sin controles posteriores.
Los controles de confianza no son sólo de exámenes, sino de atención familiar.
--Depuración de las corporaciones
policiales para excluir al personal
que venía ya cargado de compromisos y que contaminaba permanentemente a sus
compañeros. El propósito es el de crear una nueva policía con personal ajeno a las viejas prácticas.
--Informe policial homologado para evitar la dispersión de
informaciones que puedan constituir inteligencia de seguridad. Hasta hace poco
no sólo cada policía hacía sus informes sin ninguna coherencia de seguridad,
sino que a veces ni siquiera redactaban informes. Los reportes policiacos son
fuentes de inteligencia de seguridad.
--La unificación de criterios y procedimientos para el ejercicio de la
función de seguridad pública, estrechando la coordinación y enlace entre las
policías estatales y municipales con el personal militar.
Las nuevas policías municipales cuentan ya con recursos,
infraestructura y atención: vehículos, patrullas, comando móvil y unidades
blindadas, bonos especiales para el personal que tiene enfrentamientos con
delincuentes, seguros de vida, derecho al Infonavit, materiales para mejorar
sus condiciones de vida y una coas tan elemental como ausente: alimentación.
Hasta ahora, quince municipios de
Nuevo León cuentan con mandos policiales de procedencia militar, lo que garantiza una mejor y más confiable
comunicación con el personal militar en el área. Asimismo, Nuevo León ha creado
una nueva policía estatal denominada Fuerza
Civil, organizada en base a la
doctrina y disciplina militar y con un personal inicial de casi mil 300
efectivos. Para evitar sospechas, estas policías pasan certificaciones y
evaluaciones constantes. El objetivo final es, dicen los responsables del modelo,
cambiar la percepción social sobre
los policías y sobre todo construir un blindaje
de protección de las policías para evitar la infiltración criminal.
Las nuevas policías municipales han
aumentado los saldos de
aseguramiento de armas, vehículos, drogas, inmuebles y delincuentes. Y han
llevado algo de tranquilidad social
a sus municipios
@carlosramirezh
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