INDICADOR POLITICO
+ Legalización aumenta consumo
+ 31 mil mueren en EU por drogas
Carlos Ramírez
El principal argumento del escritor Carlos Fuentes para legalizar las drogas se basa en la legalización del alcohol en los Estados Unidos en los años treinta: “hay más borrachos pero menos violencia”, afirmó. Pero la realidad es más dramática: cada año mueren en los EU 75 mil personas por el alcoholismo.
Lo mismo ocurre con las drogas. Aunque en los EU no se ha legalizado su consumo, existe una especie de tolerancia por razones de derechos individuales. Pero lo grave del asunto radica en el hecho de que, según cifras de la DEA, mueren 31 mil estadunidenses al año por consumo de drogas ilícitas, contra 12 mil fallecidas en 1993.
El problema de las drogas no se puede resolver tapando un hoyo y destapando otros. El argumento de la crisis del alcohol en Chicago en los años veinte carece de referencias históricas: el problema de la violencia se dio por la disputa por los mercados de producción, transporte y consumo pero sobre todo por la corrupción de la policía y de las autoridades municipales. Y el desajuste ocurrió porque la prohibición ocurrió por razones religiosas y no se extendió a todo el territorio estadunidense ni a Canadá, lo que propició el contrabando.
La legalización del alcohol no disminuyó la violencia sino que ésta bajó por la desarticulación de las bandas de contrabandista, el encarcelamiento de Al Capone y la creación de un cuerpo de policías federales ajenos a la corrupción. Eso sí, el consumo de alcohol en los Estados Unidos es uno de los problemas más graves del país, afectando a los jóvenes. El Centro de Control y Prevención de Enfermedades de los EU señala la gravedad del alcoholismo no sólo en el número de muertos anuales, sino en el hecho de que el consumo ha reducido la expectativa de vida y ha dañado a estudiantes interrumpiendo su capacitación educativa. Entre cuatro y cinco mil jóvenes mueren al año por el alcohol, algo así entre 11-13 personas al día.
En este sentido, las afirmaciones frívolas y progresistas de personas como el escritor Carlos Fuentes carecen de racionalidad, de inteligencia y de conocimiento de datos reales. La legalización del alcohol aumentó el número de muertes y de afectados, además de convertir al licor en una de las principales causas de la ruptura de la unidad familiar, además de que las principales causas de los accidentes automovilísticos tienen que ver con el consumo de alcohol.
Por tanto, la legalización del alcohol en los Estados Unidos pudo haber bajado la intensidad de la violencia, pero aumentó el número de muertes. A ello hay que agregar que formalmente no se trató de la legalización del consumo de alcohol sino de finalizar la prohibición porque el consumo era legal.
En las drogas, el daño no sólo tiene que ver con la violencia asociada con la producción, transporte y comercialización ni por la diputa de los mercados de control y de consumo. El principal problema asociado a las drogas tiene que ver con las muertes provocadas por el consumo. Cifras oficiales de los EU revelan que alrededor de 25 a 30 millones de estadunidenses consumen cotidianamente drogas prohibidas, ante leyes y represiones contra el consumo acotadas por los derechos civiles. Por la vía de la aceptación de poseer droga sólo para consumo personal se ha llegado en los EU a una especie de legalización virtual del uso de drogas prohibidas.
La cifra de 31 mil estadunidenses muertos al año por consumo de drogas no es desdeñable. Es decir, en los EU mueren al año por consumo de drogas el mismo número de personas muertas en México por su vinculación con el narcotráfico en el periodo 2007-2011. Y los 31 mil estadunidenses muertos anualmente por consumo de drogas tienen que ver sólo con el uso de sustancias prohibidas.
Los datos que relacionen consumo-muerte en los Estados Unidos revelan el papel central de las drogas por el modelo de legalización virtual en materia de uso personal de drogas. Ese esquema de legalización virtual es el que ha sostenido la actividad de demanda, compra-venta y mercados de comercialización en las calles. Es decir, que el mercado de droga en las ciudades de los EU podría ser considerado como modelo de comercio legal para consumo individual, aunque lo malo para el gobierno estadunidense, según informaciones de la Oficina Anti Drogas de la Casa Blanca, radica en el hecho de que la permisividad en el consumo personal ha generado una estructura sofisticada de oferta que vincula a los cárteles mexicanos con las mafias que controlan la venta callejera.
El ejemplo de la legalización virtual de las droga en los EU y la cifra de 31 mil personas muertas al año por consumo exhiben no sólo el tamaño del conflicto sino que muestran el dato de que la legalización de las drogas sí aumenta el consumo y que el uso permanente conduce a la muerte. De ahí que carezca de viabilidad la propuesta de legalizar las drogas como forma de terminar con la violencia porque al final de cuentas la muerte por consumo de drogas es otra forma de violencia social.
La legalización de las drogas se quiere ver como un problema de flujo económico; es decir, de viabilidad del mercado. Por tanto, la prohibición estimula la demanda, diría el neoliberal antiestatista Milton Friedman, y de ahí que la legalización ajustaría el mercado a la baja. Podría bajar la violencia física pero quedaría el consumo. Y el problema de las drogas no sólo es la violencia en la disputa del mercado por las mafias sino el daño permanente a los usuarios. Le legalización virtual de la droga en los EU ha producido más muertes por consumo que por balaceras, aunque la violencia por la apropiación de mercados también es alta.
El problema de las drogas no tiene soluciones fáciles ni mágicas. Lo que ha quedado claro es que en los EU mueren anualmente 31 mil personas por consumo de drogas.
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