INDICADOR POLITICO
+ Seguridad nacional, ¿quién?
+ México: Estado o cantón suizo
Carlos Ramírez
Aprendamos a dialogar sin
sabotear: Alejandro Martí
1.- La reanudación de la discusión sobre la ley de seguridad nacional en el congreso tendrá que decidir el dilema original: la soberanía nacional interna y externa se debe basar en los derechos humanos o en una decisión de autoridad para imponer la hegemonía del Estado sobre grupos violentos.
2.- La ley de seguridad nacional es una necesidad de la soberanía nacional y el dominio del Estado sobre grupos armados que disputan dominio territorial sobre la soberanía de la nación. Los partidos deben de proteger los derechos humanos, pero sería un gravísimo error estratégico para la soberanía del Estado poner a los derechos humanos sobre la autoridad del Estado.
3.- El monopolio de la fuerza y de la represión que caracteriza la conformación del Estado no debe ser, eso sí, una licencia de impunidad para las fuerzas de seguridad. Pero la exigencia de Sicilia, sus asesores en derechos humanos y los sacerdotes de la iglesia católica que no reconocen la autoridad del Estado implicaría dejar al Estado sin la fuerza para proteger la soberanía de la república.
4.- El debilitamiento del Estado y de las fuerzas de seguridad acotadas ha propiciado, por ejemplo, que actualmente el gobierno de los Estados Unidos en su fase de Estado de Seguridad Nacional acosen la soberanía del Estado mexicano y basen su intento de meterse en la defensa de la seguridad nacional propia con el argumento de que el Estado mexicano carece de la fuerza y legitimidad social necesaria para defender la soberanía. El Estado de Seguridad Nacional de los EU no tiene los controles que una parte de la sociedad quiere ponerle al Estado mexicano en materia de seguridad nacional.
5.- La seguridad nacional es sinónimo de autoridad. Por eso en las doctrinas de la teoría del Estado moderno no existen los conceptos de seguridad ciudadana o seguridad humana. Estas variantes de la seguridad están relacionadas con el bienestar y el desarrollo y éste sólo puede ser consecuencia de la defensa de los intereses nacionales puestos en peligro por el expansionismo geopolítico de las potencias, el terrorismo trasnacional y el crimen organizado articulado al tráfico internacional de drogas y su correlativo manejo financiero mundial de recursos de la droga.
6.- La seguridad ciudadana y la seguridad humana no pueden existir si antes no existe una soberanía garantizada por la acción de las fuerzas de seguridad y por un eficaz modelo de desarrollo y distribución de la riqueza. El bienestar social contribuye al reforzamiento de la soberanía pero no puede definirla. La seguridad ciudadana y la seguridad humana son parte de la seguridad nacional pero no pueden definir su característica.
7.- El Estado cuenta con dos instrumentos para el bienestar: el modelo de desarrollo y la seguridad nacional del Estado. Se olvida que desde los tiempos de la guerra del Peloponeso (431-404 a. C), casi dos y medio milenios, el sistema democrático se defendía por la fuerza. En uno de sus discursos memorables de esa guerra, registrado por Tucídides, el gran Pericles señalaba a las viudas de los soldados que había que defender con la guerra --cruel y con muertos-- el sistema democrático de los griegos.
8.- En la medida en que involucra decisiones de poder y la vida humana, la seguridad nacional no puede ser definida por la sociedad. Por eso los Estados han creado fuerzas armadas adoctrinadas en el uso de la fuerza y le han dotado de mecanismos de defensa como el fuero militar, La intención de Sicilia, sus defensores de derechos humanos y los sacerdotes que no reconocen la autoridad del Estado porque dependen el Papa como Príncipe extranjero es la de priorizar los derechos humanos pero dejando a las fuerzas de seguridad sin el instrumento de defensa del fuero militar.
10.- La decisión de la Corte Suprema de México de pasar a tribunales civiles casos de violencia de militares en labores de seguridad nacional por combatir a cárteles transnacionales con armamento superior al de las fuerzas policiacas y capacidad de corrupción que se conoce mayor día a día debilitó la capacidad de ejercicio de la fuerza y de la represión de las fuerzas armadas; ahora cualquier delincuente puede alegar violación derechos humanos --y puede ser cualquier cosa, hasta un empujón-- para llevar a tribunales civiles a militares.
11.- El problema grave radica en el hecho de que las fuerzas de seguridad civiles no pueden combatir el poder de fuerza, violencia y de corrupción de los cárteles del crimen organizado y por ello el ejército se vio obligado a cubrir esa deficiencia; pero en lugar de obtener garantías con un marco jurídico adecuado a la nueva realidad, grupos de la sociedad quieren paralizar a las fuerzas armadas con una ley de seguridad nacional que beneficia objetivamente a los delincuentes.
12.- De ahí que el debate de la ley de seguridad nacional tenga que ver con la redefinición del Estado: o un aparato de poder controlado pero con garantías para defender la soberanía externa e interna o un cantón suizo donde los ciudadanos anden por las praderas con el larali larala mientras los cárteles internacionalizados usan la violencia no acotada y se apoderan de territorio y el Estado de Seguridad Nacional de los Estados Unidos avanza en su penetración en México porque las fuerzas armadas están atadas de manos. La seguridad nacional de la república debe garantizar la seguridad ciudadana y humana pero no subordinarse. Esto es precisamente lo que se debate en la ley de seguridad nacional: México como un Estado o como un cantón suizo.
Además, opino que Javier Sicilia y su movimiento deben exigir directamente la rendición incondicional a Joaquín El Chapo Guzmán, Ismael El Mayo Zambada, Heriberto Lazcano El Laza, Servando Gómez La Tuta, Juan José El Azul Esparragoza, Vicente Carrillo Fuentes y demandar la entrega de su arsenal de armas, para ser juzgados como responsables de la violencia criminal en el tráfico de drogas.
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por el contrario, opino que la seguridad nacional debe estar subordinada a los derechos humanos. La razón de Estado a el Estado democrático de derecho. La democracia ateniense sucumbió cuando el Estado de guerra se apoderó de las instituciones democráticas. Nunca meas la 'razón de Estado' como argumento para aplastar los derechos humanos, ese es el camino al Estado de excepción: Giorgio Agamben
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