+ PRI: reforma Gatopardo 2012
+ Todo cambió para seguir igual
Carlos Ramírez
A partir de la fuerza de su mayoría legislativa y territorial, el PRI celebra hoy sus 81 años con cambios que reafirmarán que es el mismo de siempre. Y el mensaje para el 2012 radica en señalar que apoyará los cambios de una reforma política que no cambie la estructura de poder fundada por Plutarco Elías Calles en 1929 y sobre todo corporativizada por Lázaro Cárdenas en 1938.
El país ha vivido desde el 2000 en un sistema político priísta vergonzante, que quiere ocultar sus maniobras que impidieron que en el 2000 México diera el paso adelante hacia una transición a la democracia. Como mayoría en la Cámara de Diputados y en el Senado, el PRI ha sido el obstáculo para desmantelar la estructura de poder de los tres pilares del viejo sistema político priísta: el Estado, la Constitución y el modelo de desarrollo.
En diez años, el PAN en la presidencia no ha podido introducir sus propios tres pilares ideológicos de su propuesta: el principio de subsidiaridad del Estado a favor de la sociedad; el bien común como sucedáneo de la lucha de clases y el solidarismo como política social que sólo se agota en hacer el bien sin presiones sociales ni constitucionales.
La estrategia del PRI en 2000, luego de la derrota, fue prepararse para regresar a la presidencia de la república. Y el punto central de su modelo fue la de impedir a partir de su mayoría la modificación de la estructura priísta de poder. Por eso el PAN se ha topado con un muro en materia de desarrollo, política fiscal, política exterior, educación. Si el alma del proyecto priísta estaba en el Estado, la Constitución y el modelo de desarrollo, entonces el PRI se ha dedicado estos diez años a impedir su transformación.
El PRI podrá celebrar hoy, en su fiesta de aniversario, que perdió la presidencia pero logró mantener el poder. Si acaso el voto le regresa la presidencia de la república en el 2012, el PRI se encontrará con la misma estructura de poder que dejó en el 2000. Por eso el PRI no va a aprobar la reforma política del presidente Calderón y avalará la del senador priísta Manlio Fabio Beltrones porque ésta fortalecerá el modelo priísta de nación.
De ahí que la principal victoria del PRI hoy en Guadalajara sea la de llevar al país a una alternancia sin transición. En diez años, la oposición panista ha fracasado en diseñar y buscar un modelo alternativo de nación, sobre todo porque no ha contado con la alianza de un PRD-espejo del viejo PRI. Vicente Fox no quiso trabajar la transición hacia un nuevo tipo de nación y Calderón no ha podido avanzar.
El voto ciudadano ha sido corresponsable de ese fracaso. Por un lado, le siguió dando al PRI la mayoría legislativa y en los gobiernos de los estados; por otro, no supo exigirle al PAN un camino alternativo. A la vuelta de diez años, la estructura de poder vigente es la misma que inventó el PRI.
El fortalecimiento del PRI en el poder ha sido, por tanto, correlativo a la debilidad panista para ofertar un proyecto de transición. El PAN no supo entender el momento 2000 de agotamiento del viejo modelo priísta de nación. Entre las opciones de trabajar con el PAN, aliarse con el PRD o entenderse con el PRI, Fox decidió el camino cómodo de pactar con el PRI. Por un lado Fox careció de inteligencia política pero por otro el PAN no supo deslindarse de la dependencia del presidente de la república.
Por eso el PRI va a convertir su 81 aniversario en una verdadera fiesta política: perdió la presidencia pero mantuvo férreamente el poder político. Al PAN le ha faltado liderazgo, malicia política y sobre todo la decisión de definir una propuesta de alternancia real de poder o de transición a un régimen democrático que podría ahogar al PRI. Antier el PRI se regodeó con la humillación al presidente del PAN, pero al final a César Nava le ha faltado justamente la decisión de definir un verdadero proyecto de alternancia.
El PAN cayó en la trampa de jugar con las reglas priístas: hacer hasta lo imposible para no perder el poder. Sin embargo, la función del PAN era otra: delinear, impulsar y sacudir a la sociedad con una propuesta de cambio del proyecto político, de modelo de desarrollo y de gobierno del país, aún a costa de debilitarse y perder el poder. Pero el PAN ha preferido mantener el modelo priísta sin entender que justamente las posibilidades del cambio no se van a dar con un PAN priízado. El mantenimiento del modelo priísta de nación es el que en realidad va a facilitarle al PRI la recuperación de la presidencia de la república.
El PRI va a arrancar hoy su larga marcha hacia Los Pinos. Es hora de que el gobierno federal panista comprenda que el PRI no va a colaborar con nada que implique reformas de las estructuras priístas del poder. Por tanto, el dilema de Calderón radicará en lograr algunos cambios de matiz que sean concedidos generosamente por el PRI con la certeza de que serán irrelevantes o de plano apostarle al cambio de fondo y convocar a la sociedad a la reforma estructural del Estado, la Constitución y el modelo de desarrollo para convertirlos en el eje de una oferta de alternancia real.
La arrogancia del PRI hoy en su fiesta de cumpleaños le corroborará a Calderón que el PRI no quiere ni va a querer alguna reforma que lo aleje de la recuperación de la presidencia de la república.
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