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Periodista, escritor, Lic. en Periodismo, Mtro. En Ciencias Políticas, oaxaqueño. Autor de la columna "Indicador Político" en El Financiero.

viernes, 19 de noviembre de 2010

19-Noviembre-2010, Viernes.

INDICADOR POLITICO


+ La Revolución, un mito genial
+ No fue social sino por el poder

Carlos Ramírez

El centenario de la Revolución Mexicana merecía otro destino político: una reevaluación histórica para quitársela al PRI y regresársela a la sociedad y a la historia. Pero el PAN no ha podido definir una ideología alternativa, el PRI quiere revivirla para reinstalarla en el poder y el PRD no entiende de ideas sino de tribus y acarreos.
La Revolución Mexicana ha sido un mito genial. Ha operado como coartada, ha sido la justificación histórica de aberraciones políticas, fue una etiqueta con todos los apellidos, derivó en una sangrienta lucha por el poder y sigue asustando a incautos. Así, la Revolución Mexicana es todo y es nada.
Las propuestas sociales acreditadas a la Revolución Mexicana derivaron muy pronto en un programa asistencialista de control social de las masas a cambio de subsidios. Los campesinos que aportaron tropas a los revolucionarios están hoy peor que nunca, a pesar de setenta y un años de gobiernos priístas campesinos. Los trabajadores que le dieron proletariado a las masas terminaron bajo el fugo de la dictadura proletaria de Fidel Velázquez y la CTM y hoy en una economía sin proletariado. Las clases medias que eran la esperanza del ascenso social hoy pululan como lumpenproletariado.
La Revolución Mexicana ha tenido muchas muertes, no sólo las de los revolucionarios sino la su propia figura histórica. El saldo histórico del PRI como el partido de la Revolución Mexicana fue exactamente lo contrario de lo que debió haber sido una verdadera revolución: corrupción, represión y pobreza han sido las tres herencias tangibles de la Revolución Mexicana hecha PRI. Todavía a la fecha no falta el incauto que considere que la salida de la crisis actual radica en el cumplimiento de las metas de la Revolución.
Pero en la realidad las metas de la Revolución son retóricas ante la realidad del centenario: justicia social con 50% de pobres, no reelección arreglada a balazos y magnicidios, sufragio efectivo que tardó en llegar y que fue arrancado al PRI a golpe de movilizaciones violentas, democracia aplastada durante decenios por la existencia de un partido de Estado y modelo de desarrollo sin pies ni cabeza que sólo construyó con el aval priísta y de la retórica de la Revolución a una nueva clase empresarial porfirista.
Lo peor de todo fue --en un juego de palabras-- que la Revolución Mexicana murió antes de morir. En 1980 el grupo salinista delineó el fin histórico de la Revolución Mexicana con el Plan Global de Desarrollo 1980-1982 y luego el grupo salinista terminó de enterrarla cuando borró el concepto de Revolución Mexicana de la Constitución, los documentos básicos del PRI y la retórica del discurso político y cuando reformó los tres artículos clave de la relación Revolución-PRI-Constitución: Estado, iglesia y ejido.
Dos de los operadores del modelo neoliberal salinista andan todavía de saltimbanquis políticos: Manuel Camacho Solís fue pieza fundamental en las dos ofensivas de Salinas contra la Revolución Mexicana y hoy salta a otro trapecio para confesarse adorador de la Revolución Mexicana como dirigente del PRD que nació de la sólida corriente cardenista de Cuauhtémoc Cárdenas y hoy lobotomizada por el lopezobradorismo prefigurado como una especie de salinismo neopopulista. Y Marcelo Ebrard fue el brazo político de Salinas para liquidar a la Revolución. Todo, claro, en nombre de la Revolución Mexicana.
La celebración del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución con el PAN en el poder presidencial se presentaba como la gran oportunidad histórica para revalidar el papel de la historia. Pero la decisión fue aislar los recordatorios con parades estilo americano y no con la gran reflexión histórica, intelectual e ideológica. El PAN dejó pasar la oportunidad de afianzar su hazaña de alternancia, quizá porque pesaron más los resabios conservadores que la reproyección histórica.
Y el PRD con el lavado de cerebro populista se extravió en sus rencillas cotidianas. La figura dominante del perredismo, Marcelo Ebrard, no ocultó sus tentaciones porfiristas al resumir el centenario en la remodelación de una plaza, muy al estilo Uruchurtu, pero sin ideas e inmerso en la políticas social asistencialista priísta que establece la relación de control social de dinero regalado a cambio de lealtad al caudillo en turno.
La sociedad ha quedado ajena a las celebraciones. La Revolución Mexicana carece hasta de significado histórico, toda vez que las instituciones acreditadas a ese movimiento social, desde el PRI hasta el sindicalismo como el del SNTE, prefiguran el México de los pasivos sociales, de la política mafiosa, de la explotación de la sociedad. La Revolución pudo simbolizarse en el ejido y Salinas y sus salinistas hoy lopezobradorizados --Camacho y Ebrard-- privatizaron el significado de la lucha por la tierra. Los obreros fueron esclavizados políticamente por el PRI. Y las clases medias se han hundido en la falta de expectativas por crisis acreditadas a los gobiernos de la Revolución Mexicana. Y los grupos radicales rupturistas se quedaron esperando como maldición centenaria.
Lo más grave de todo es que la Revolución Mexicana ya no es siquiera esperanza. Antes se compraba tiempo con el discurso de cumplir con las demandas pendientes e incumplidas de la Revolución y hoy ni eso existe.


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18-noviembre-2010. Jueves.

INDICADOR POLITICO


+ Contrainsurgencia contra narco
+ Asesores militares de EU, aquí

Carlos Ramírez

No ha sido casual la estrategia del gobierno de los Estados Unidos de caracterizar al narcotráfico como narcoinsurgencia. Con ello, la Casa Blanca ha exhibido su decisión de introducir directamente a militares estadunidenses en la lucha territorial en México contra el crimen organizado.
La doctrina de contrainsurgencia de los EU ya no es un secreto militar. En el 2006 el ejército estadunidense autorizó la circulación oficial del libro Tactics in contrainsurgency luego reformulado en marco de 2009, firmado por el Department of the Army. Ahí se establece con claridad el papel clave del ejército de los EU en naciones dañadas por la contrainsurgencia a través no sólo de asesores militares sino de tropa.
El documento --puede ser consultado en su versión íntegra a través del sitio www.fas.org/irp/doddir/army/fmi3-24-2.pdf-- establece el criterio central de que la insurgencia proviene de un grupo político radical que busca derrocar al gobierno constitucional para instaurar a un gobierno alternativo. Usualmente la insurgencia se nutre de ideologías radicales de izquierda. Hasta ahora, el gobierno de los EU ha señalado en dos ocasiones que el crimen organizado en México asume las características de una narcoinsurgencia, aunque sin profundizar en la definición del concepto. De todos modos, en la doctrina de seguridad nacional de Washington, las bandas de narcos en México buscarían deponer al gobierno constitucional mexicano.
Sin embargo y pese a la ayudada de la Casa Blanca al narco mexicano, las mafias en realidad no cumplen con las características de insurgencia porque su violencia es de resistencia a la ofensiva oficial y de choques de unas con otras por la propiedad de territorio. La intención de Washington es otra: inventar un fantasma para meter en territorio mexicano a soldados estadunidenses. Inclusive, los cárteles no cumplen con la definición del Manual de Contrainsurgencia: “la distinción clave entre la insurgencia y otros movimientos radica en la decisión de usar la violencia para conseguir objetivos políticos”. Y el narco carece de objetivos políticos y sólo quiere traficar con droga.
Las operaciones de contrainsurgencia de los EU se basan en dos escenarios: labores de capacitación y entrenamiento y participación en combate. Estas dos tareas son las que realiza Washington en Irak y Afganistán, donde por cierto acaba de ser designado jefe de operaciones el general David Petraus, quien aparece como el inspirador del Manual de Contrainsurgencia. En Afganistán, el ejército de los EU asesora al gobierno proestadunidense a combatir a las violentas milicias talibanas y capacita a la policía. Los talibanes han declarado claramente que quieren ser gobierno.
Para los EU “los insurgentes no tienen la intención de integrarse al gobierno nacional sino de derrocar al gobierno instituido”. La contrainsurgencia tiene visos de intervención de un gobierno extranjero en países afectados por la violencia insurgente: tropas extranjeras para “establecer o restablecer la legitimidad del gobierno del país anfitrión”. Para ello, el control de las operaciones contrainsurgentes las tienen los estadunidenses: “las fuerzas de los EU a menudo conducen los esfuerzos contrainsurgentes del gobierno de los EU porque los militares estadunidenses rápidamente pueden proyectar una fuerza contrainsurgente y mantener su fuerza sobre otras agencias”. Por tanto, “en conjunto, los comandantes militares de los EU y de la nación anfitriona elaboran un plan pata atacar la estrategia de los insurgentes y se centran en reforzar la legitimidad gubernamental”.
Port tanto, la tarea contrainsurgente no sólo es militar sino política y deja en manos de los EU el restablecimiento de la legitimidad del gobierno de la nación  afectada por la insurgencia. El programa foráneo de defensa interna (FID por sus siglas en inglés) “se utiliza para apoyar a las naciones amigas que enfrentan el peligro de actos de guerra” y es “una herramienta de la política exterior de los EU”.
De hecho, este programa de asesoría a otros países contempla el asunto del narco: “los programas de FID de los EU pueden tener por objetivo otras amenazas a la estabilidad interna de una nació0n anfitriona, tales como disturbios civiles, el tráfico ilícito de drogas o el terrorismo”. La intervención directa de fuerzas militares está establecida: “un ejemplo (de operaciones) es un cordón combinado y la búsqueda de un sospechoso en un pueblo insurgente donde las fuerzas de los EU establecen el cerco exterior y las fuerzas de seguridad de la nación anfitriona realizan la búsqueda de la aldea”.
Si bien es cierto que algunas naciones no están preparadas para guerras internas contra enemigos poderosos en lo económico y el acopio de armas, el Manuel de Contrainsurgencia del ejército de los EU tiene la tarea de penetrar militarmente a un país afectado por luchas violentas intestinas para combatir peligros que preocupan más a los EU que al país afectado. La doctrina de seguridad nacional de los EU define los problemas de otras naciones como propios cuando se pone en riesgo la estabilidad interna estadunidense. De hecho, la doctrina contrainsurgente nació para combatir a las guerrillas locales y se extendió a naciones afectadas por el terrorismo.
La declaración de los cárteles mexicanos como narcoinsurgencia delineó la intención intervencionista militar de la Casa Blanca en México.


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miércoles, 17 de noviembre de 2010

17-noviembre-2010.

INDICADOR POLITICO


+ Insurgencia: como Afganistán
+ Aplicar aquí contrainsurgencia

Carlos Ramírez

Presionado por la derrota electoral del pasado 2 de noviembre y aventajado por la dura agenda migratoria de los republicanos, el presidente Barack Obama está desempolvando el expediente de la narcoinsurgencia en México para poner en práctica el Manual de Contrainsurgencia del Ejército de los Estados Unidos.
La estrategia de seguridad nacional de la Casa Blanca busca sobreponer el tema del narcotráfico sobre la imposible agenda migratoria. Con el tema de la narcoinsurgencia, Obama va a colocar a México al nivel de Afganistán. El Manual de Contrainsurgencia asume la intervención directa militar de los EU en México para “capacitar” a las fuerzas policiacas y militares mexicanas en la lucha contra la violencia del crimen organizado.
El punto clave de la estrategia estadunidense contra la insurgencia tiene que ver con la definición de insurgencia en la doctrina de seguridad nacional de la Casa Blanca. Aquí hay un hilo fino: la doctrina geoestratégica de Washington tiene que ver con el expansionismo de los intereses del imperio. De ahí que la lucha contra la insurgencia activa en espacios de intereses prioritarios de los EU sea enfocada a México por cuando menos cuatro puntos: el petróleo, la migración, el narco y el terrorismo.
Obama, cuyo ascenso al poder en los Estados Unidos fue empujado y celebrado en sectores progresistas mexicanos, está decepcionando a sus seguidores aquí por la aplicación  de doctrinas de seguridad nacional calcadas del pánico social y político desarrollado por George W. Bush. La Casa Blanca de Obama, al asumir el concepto de narcoinsurgencia, ve a México como un peligro para la estabilidad interna de los Estados Unidos. La acusación de que el narco es una fuerza insurgente en México fue usada por Hillary Clinton, secretaria de Estado, a pesar de los desmentidos de algunos niveles inferiores del gobierno de Obama.
Para la doctrina de seguridad nacional de los EU, según el Manual de Contrainsurgencia, la insurgencia implica el asalto al poder constitucional de un país aliado de Washington. Textualmente asume la insurgencia como “un movimiento organizado dirigido a derrocar a un gobierno constituido utilizando el uso de la subversión y el conflicto armado. La distinción clave entre insurgencia y otros movimientos radica en la decisión de usar la violencia para conseguir sus objetivos políticos. Una insurgencia suele ser una lucha interna en el Estado, no entre Estados”.
Lo malo es que estos supuestos de la doctrina estadunidense de seguridad nacional realidad no se cumplen en México. El narcotráfico ha sometido o corrompido a autoridades estatales en algunos municipios de cuatro estados, pero no se encuentra en guerra para derrotar al Estado mexicano, destronar al gobierno constitucional de Felipe Calderón e instituir un gobierno --por ejemplo-- encabezado por Joaquín El Chapo Guzmán. La agresividad del narco es de resistencia a la ofensiva gubernamental y de defensa de su territorio subterráneo para la siembra, procesamiento, consumo, tráfico de drogas y lavado. Es decir, los grupos armados del crimen organizado no son una guerrilla con manifiestos ideológicos.
Por tanto, la aplicación de la doctrina de contrainsurgencia tiene en realidad un propósito oculto: contener la migración en la frontera y atender los temores estadunidenses de que la porosa frontera mexicana sea puerta de entrada de comandos terroristas. En los análisis de los estrategias estadunidenses han comenzado a calar hondo algunas informaciones inquietantes: la reciente aprehensión del narco colombiano El Conejo reveló su papel como contacto en México del grupo terrorista de las FARC colombianas --éstas sí fuerzas insurgentes articuladas a las mafias del narcotráfico-- y su registro en el Departamento de Estado como grupo terrorista.
El descuido de seguridad del gobierno de los EU de su frontera sur ha comenzado a encontrar, según reportes de oficinas gubernamentales sobre temas de terrorismo y seguridad, el hecho de que los cárteles mexicanos ya cruzaron las fronteras, controlan a las principales bandas violentas, tienen el dominio de la venta de droga sobre alrededor de dos mil quinientas ciudades y mantienen relaciones de dependencia con las FARC. Algunos analistas han encontrado vinculaciones entre las FARC, su protector Hugo Chávez y éste como la puerta americana para el ingreso de Irán al juego estratégico latinoamericano.
En este escenario encaja la percepción estadunidense de una narcoinsurgencia en México, aunque también se incluye el hecho de que Obama ve un aumento en el flujo de indocumentados mexicanos frente a un Partido Republicano que supo utilizar la migración como tema de campaña. De ahí también que Washington haya vuelto a reactivar el tema de la narcoinsurgencia en México en el contexto del fracaso de Obama en las elecciones del pasado 2 de noviembre y su decisión oficialmente comunicada de que va a optar por la reelección presidencial en el 2012. Lo malo, sin embargo, es que Obama va a meter la migración y México como tema de campaña presidencial, cuando los republicanos ya se percataron que el punto más débil de Obama es la economía.
De nueva cuenta y en el escenario de las divisiones políticas internas aquí por la lucha contra la inseguridad, México acaba de ser incorporado en la disputa por la Casa Blanca de ahora al 2012. Lo que queda es esperar que México también vea a los EU no como el buen vecino que nunca ha sido sino como un asunto de seguridad nacional mexicana.


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lunes, 15 de noviembre de 2010

15-noviembre-2010.

INDICADOR POLITICO


+ Sedena y grilla de diputados
+ Congreso desaira a militares

Carlos Ramírez

La frivolidad y desorden imperante en la Cámara de Diputados por el reparto arbitrario del presupuesto en función de intereses de camarillas estatales provocó una fricción innecesaria en el ejército por la asignación de una partida adicional para la incorporación de nuevas tropas a la lucha contra la inseguridad.
El problema lo provocó el jefe de la bancada del PRI en la Cámara, Francisco Rojas Gutiérrez, al afirmar que el ejército había decidido no solicitar recursos adicionales. Agobiado por su impericia en el manejo de una bancada priísta que ya gobierna el país como una alterna presidencia de la república, Rojas no entendió de los matices de la política.
En el fondo, Rojas y el PRI se quisieron colgar la medallita de una partida adicional de 13 mil millones de pesos y abrieron un canal paralelo con la Secretaría de la Defensa Nacional, pero se encontraron con el hecho de que ahí priva la institucionalidad constitucional. Al final, Rojas y el PRI sólo buscaron que el ejército les agradeciera directamente a ellos esa partida y por ello buscó al general secretario Guillermo Galván.
Cuando la respuesta castrense fue que el ejército carece de facultades para pedir recursos porque forma parte del ejecutivo federal, Rojas trató de escabullirse del enredo culpando a la Sedena de “rechazar” esa partida. La Cámara ciertamente tiene facultades para “sostener” a las fuerzas armadas, pero en realidad los priístas quisieron negociar directamente con el ejército violando las reglas de la institucionalidad republicana y constitucional.
De ahí que los responsables del desaguisado sobre la partida especial para el ejército no fueron funcionarios de la Sedena y menos el general secretario, quien a veces hasta peca de cuidado en sus tratos porque sabe que gestos y hasta lenguaje corporal pueden dejar equivocaciones. En cambio, Rojas Gutiérrez fue apabullado por el estilo priísta de repartir dinero presupuestal como Santa Claus, pero no como una formas de potenciar el desarrollo sino para cumplir complicidades del poder. Por ello es que la mayoría priísta se quedó con la mayor parte del gasto disponible para obras como una forma de garantizar fuerza presupuestal a los gobernadores priístas con miras a la elección presidencial del 2012.
En la presentación del panorama de movilizaciones para el 2011, la Secretaría de la Defensa Nacional delineó la necesidad de organizar nuevas unidades. Hasta ahora, las fuerzas armadas y particularmente el ejército se han convertido en la primera línea de combate y la última línea de defensa del Estado y la sociedad en la lucha contra el crimen organizado. Ahí está el caso de Ciudad Juárez, donde la sociedad pidió el retiro del ejército y ahora clama por el regreso de los militares ante la profundización de las acciones violentas de los delincuentes y la incapacidad de los gobiernos estatal y municipal para organizar fuerzas policiacas leales y no corrompidas.
En este contexto, en el sector militar cayó bastante mal la afirmación de Rojas Gutiérrez de que la Secretaría de la Defensa Nacional había declinado el presupuesto adicional de 13 mil millones de pesos. Lo que se le dijo a Rojas Gutiérrez fue que la Sedena no era la ventanilla donde atender a los diputados priístas. Pero agobiado por las presiones y su propia inexperiencia política, el jefe de la banca del PRI hizo hasta un mohín de disgusto cuando informó que la Sedena había rechazado la partida adicional.
El problema en que metieron los legisladores priístas, y en el camino arrastraron a las demás bancadas que se quedaron con la información de Rojas Gutiérrez es grave: los planes militares de nuevas unidades tendrán que posponerse o habrá reasignaciones al presupuesto aprobado. Con esa mala operación presupuestal, los legisladores priístas como responsables de las asignaciones presupuestales demostraron su incomprensión hacia el papel que juegan las fuerzas armadas en la lucha contra la inseguridad.
A lo largo de las semanas de asignación de recursos, la Sedena entregó a los legisladores información precisa de los gastos que se realizan en el programa de emergencia contra la inseguridad, sobre todo sin apelar, como lo hace la policía federal, a que los gobiernos estatales y municipal traten de cubrir parte de los gastos de estancia de sus efectivos. Los militares asignados en los estados tienen espacios especiales dentro de la estructura castrense, lo que inclusive garantiza los aleje de la corrupción criminal.
Con el tropiezo en la asignación del presupuesto a la Sedena, los legisladores priístas --y la pasividad de la bancada panista que se ha dedicado a flotar pero fortalecer la gestión del presidente Calderón-- mostraron su incomprensión hacia el tema de la inseguridad, a pesar de que los militares han arribado particularmente a los estados gobernados por priístas a realizar la tarea que los gobernadores tricolores no han podido realizar: Tamaulipas, Nuevo León y Chihuahua. Eso sí, esos gobiernos estatales salieron con partidas especiales para inversión pública que sólo beneficia la gestión política estatal.
El problema de fondo fue de gestión y de interés particular de la bancada priísta de quedarse con la medallita de la partida adicional. La negativa del ejército a gestionarla evidenció que los militares prefieren la institucionalización aunque con ello carezcan de fondos para nuevas unidades. Ahora los priístas tendrán que cargar con la responsabilidad de que el ejército no tenga los fondos suficientes para las nuevas unidades que se necesitan en su lucha contra el crimen organizado.


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viernes, 12 de noviembre de 2010

12-noviembre-2010.

INDICADOR POLITICO


+ Desguanajuatizar Guanafoxato
+ Guanajuato: PAN puede perder

Carlos Ramírez

Distraído en encontrar alguna posición federal que tenga que ver con las presidenciales del 2012, el gobernador guanajuatense Juan Manuel Oliva podría llevar al PAN a perder la plaza simbólica donde comenzó el panismo su carrera por la presidencia y el, poder.
A dos años de distancia del relevo de gobernador, Oliva ya perdió el control del proceso y ha llevado al panismo local a una profunda fractura interna. Su intención de usar los mismos métodos del viejo PRI en materia de dedazo en la selección del candidato provocó una crisis como la de Aguascalientes y Querétaro, donde las pugnas internas llevaron al PAN a perder la plaza estatal.
Guanajuato es el estado insignia del PAN. Ahí comenzó la lucha del PAN en 1991 cuando Vicente Fox como candidato perdedor provocó un grave conflicto poselectoral que impidió la toma de posesión del priísta Ramón Aguirre Velázquez. El entonces presidente Salinas de Gortari entregó el gobierno de manera interina al panista Carlos Medina Plascencia y éste entregó el gobierno en 1995 a Vicente Fox.
La hegemonía del PAN en Guanajuato parece llegar a su fin en el gobierno de Oliva. Si la consigna del dirigente panista Germán Martínez Cázares era la de guanajuatizar el país, ahora podría ser al revés: la priízación de Guanajuato. En las elecciones federales y estatales del 2009, el PAN perdió el dominio en Guanajuato frente al PRI. Pero ante los indicios del peligro de perder el gobierno estatal, el gobernador Oliva está aplicando el modelo priísta de imponer candidato propio y no un candidato ganador.
El saldo negativo no es sólo del ejercicio personal del poder, sino de una gestión errática de gobierno. La lista de yerros comienza a circular en los altos mandos panistas:
--El gran fraude de Pastas Finas, en donde el Miguel Márquez Márquez como secretario de la Gestión Pública no encontró fraude alguno.
--El caso de las mujeres encarceladas por aborto y la polémica ley de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia.
--El error de querer instalar en Guanajuato una refinería ignorando los factores técnicos, lo que provocó críticas en el congreso federal.
--El costo exorbitante de 600 millones de pesos de la Expobicentenario.
--El desplome de Guanajuato en la lista de estados pobres. En los mapas de la pobreza de Coneval aparece Guanajuato como una de las siete entidades con un grado alto de rezago social: 10% de analfabetismo en mayores de 15 años, 50% de la población con educación básica incompleta, 13% de viviendas sin baños y 12% de viviendas sin drenaje. Guanajuato ocupa el lugar 11 de la lista de estados con mayor rezago social.
--El desplome de Guanajuato en el índice de desempeño financiero de las entidades federativas al bajar nueve posiciones y ocupar el lugar 14. Su índice general fue reprobatorio: 59.5 puntos de 100.
A pesar de ello, Oliva se auto candidateó para todos los puestos: secretario de Gobernación, presidente del PAN, operador personal del presidente de la república, pre candidato presidencial panista y, cuando menos, jefe adelantado de la campaña presidencial del pan para el 2012. Sin embargo, no ha podido manejar la designación del candidato del PAN al gobierno estatal para el 2012 y con ello ha dividido al panismo estatal.
Distraído en la lucha personal por el poder, Oliva ha llevado al PAN a la pérdida de votos: Fox pasó de 420 mil votos en 1991 a 723 mil en su elección de gobernador en 1995 y a un millón 128 mil como presidente en el 2000 y el propio Oliva acumuló un millón 166 mil votos. Pero en la pasada elección federal del 2009, el PAN se desplomó a apenas 760 mil votos, perdió doce alcaldías --un tercio del total-- incluyendo las simbólicas capital del estado y San Miguel de Allende.
Como parte de su campaña, Oliva descuidó los asuntos del estado y en el 2010 se dedicó a apoyar las elecciones de gobernador en Veracruz y Aguascalientes y se metió en las de Oaxaca y Sinaloa. De hecho, fue uno de los principales promotores de la campaña del polémico Miguel Angel Yunes Linares en Veracruz y ahí perdió el PAN. Además, a Oliva se le hace corresponsable de la crisis interna en el PAN de Aguascalientes, lo que llevó al gobernador panista saliente a apoyar al candidato del PRI mientras Oliva trataba de apuntalar al candidato panista acusado e inhabilitado por malos manejos financieros como alcalde.
Guanajuato va a ser uno de los termómetros políticos del PAN con miras a las presidenciales del 2012. La derrota del PAN en el municipio de Guanajuato fue un indicio de las limitaciones panistas en las elecciones estatales del 2012. De hecho, Guanajuato fue el primer gobierno estatal que ganó el PAN con el interinato de Medina Plascencia y luego con la elección constitucional de Fox en 1995. Fox utilizó el gobierno estatal como catapulta para las presidenciales del 2000. Oliva ha aquerido emular a Fox pero le faltó pista de despegue pero sobre todo dimensión política nacional. Existe la posibilidad de que ni siquiera pueda poner candidato por la división interna en el partido estatal.
Eso sí, Oliva ya tiene sus objetivos políticos: secretario del gabinete, cargo especial en el PAN o coordinador de la campaña del candidato presidencial panista. Pero para ello, tendrá que entregar buenas cuentas en Guanajuato, aunque todos los indicios señalan que en el 2012 el PRI puede recuperar la plaza que perdió con Ramón Aguirre Velázquez.


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jueves, 11 de noviembre de 2010

11-noviembre-2010.

INDICADOR POLITICO


+ Fuero militar-seguridad nacional
+ Bush: complicidad de ONGs-EU

Carlos Ramírez

Justo cuando las fuerzas armadas mexicanas asestan un duro golpe a las bandas del narcotráfico y reciben una llamada de felicitación del presidente Barack Obama, los grupos de presión Amnistía Internacional y Human  Rights Watch se metieron en el proceso legislativo interno de México para exigir al congreso mexicano la desaparición del fuero militar.
Con esas presiones, AI y HRW se convierten en aliados objetivos y hasta subjetivos de las bandas del narcotráfico que han utilizado los derechos humanos como una forma de paralizar la ofensiva militar contra la inseguridad en momentos en que las fuerzas castrenses han logrado avances sustanciales en el descabezamiento de las bandas de narcos.
Y justo cuando el presidente George W. Bush aceptó haber autorizado las torturas contra iraquíes para obtener información sobre terrorismo, los organismos AI y HRW miran hacia otro lado y estallan su estridencia contra casos aislados de presunta violación de derechos humanos en México en medio de la guerra contra las bandas criminales, cuando Bush aceptó el uso de la tortura a presuntos terroristas por razones políticas.
Las reformas legales sobre el fuero militar tienen, sin embargo, escenarios complicados de procedimiento legal. La reforma del fuero militar sin la aprobación de la ley de seguridad nacional para darle apoyo jurídico y legal a la intervención de las fuerzas armadas en asuntos de seguridad interior que forman parte de la seguridad nacional llevaría al despropósito de desvirtuar el papel del ejército en la defensa de la soberanía.
La ceguera de AI y HRW sobre los abusos de las fuerzas armadas de los Estados Unidos en Irak y Afganistán --como lo revelan los cientos de miles de documentos y los videos de Wikileaks-- se convierte en complicidad que debiera analizarse en el escenario del escudo de seguridad nacional de México. Los dos organismos internacionales buscan limitar el espacio de acción de las fuerzas armadas mexicanas en momentos en que los EU presionan para meterse de lleno en México en acciones operativas. Así, la alianza objetiva entre AI y HRW con el Departamento estadunidense de Defensa debe tener un análisis estratégico.
El problema de la reforma del fuero militar radica en varias limitantes:
1.- No se debe realizar la reforma sin aprobar antes la ley de seguridad nacional con las objeciones militares sobre el papel de las fuerzas armadas en la defensa de la soberanía. La reforma al fuero militar respondió al caso Radilla ocurrido en 1974, pero la modificación dañará el papel activo de las fuerzas armadas en la lucha contra las bandas del crimen organizado y para la defensa de la soberanía.
2.- Se requiere previamente una reforma constitucional para reconocer específicamente la competencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en México. El artículo 21 reconoce solamente a la Corte Penal Internacional. El artículo 133 avala los tratados como ley suprema, pero hasta HRW acepta que la Constitución mexicana “no reconoce en forma clara y definitiva la obligación para cumplir estos tratados”. Por tanto, antes de reformar el fuero se debe remodelar el 21 para darle rango constitucional a la Corte Interamericana a de DH. En el caso de la CIDH no trata de aplicar una sentencia sino de reconocer en México la jurisdicción de un tribunal extranjero, por lo que requiere de claridad constitucional como se señala con la Corte Penal Internacional.
3.- Al firmar el convenio con la CIDH, México puso a resguardo el principio de no retroactividad. La presunta desaparición de Radilla ocurrió en 1974 y México firmó el convenio con la CIDH en 1981. Por tanto, el caso Radilla no es argumento legal para la reforma obligatoria. La CIDH apela al “delito continuado” --secuestro vigente hasta que aparezca el secuestrado-- pero el código penal mexicano pone un candado --artículo 7 fracción III--: “delito continuado, cuando con unidad de propósito delictivo, pluralidad de conducta y unidad de sujeto pasivo, se viole el mismo precepto legal”. Más aún, el transitorio segundo de la iniciativa de reformas que incluyen el fuero militar por el caso Radilla reafirma el principio mexicano de no retroactividad: “los procedimientos penales iniciados antes de la entrada en vigor del presente decreto serán tramitados y concluidos conforme a las disposiciones aplicables al momento de la comisión de los hechos probablemente delictivos”. Por tanto, no puede haber reforma legal basada en la recomendación de la CIDH por el principio de no retroactividad.
4.- Por lo demás, la Constitución ya prevé los tribunales civiles para delitos por militares. Dice así la parte final del 13 Constitucional: “subsiste el fuero de guerra para los delitos y faltas contra la disciplina militar; pero los tribunales militares en ningún caso y por ningún motivo podrán extender su jurisdicción sobre personas que no pertenezcan al Ejército. Cuando en un delito o falta del orden militar estuviese complicado un paisano, conocerá del caso la autoridad civil que corresponda”. El texto define con claridad los dos escenarios: el fuero militar para la disciplina castrense y la intervención  de tribunales civiles en casos civiles que involucren a militares. La aplicación del actual artículo Constitucional es compatible con las preocupaciones de la CIDH.
El trasfondo es otro: el ejército como garantía de la soberanía ante amenazas externas y las presiones externas para debilitar el escudo de seguridad nacional mexicano. Aquí bastará aplicar la doctrina jurídica de Bush que no cuestionan AI ni HRW.


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miércoles, 10 de noviembre de 2010

10-noviembre-2010.

INDICADOR POLITICO


+ Prensa equivoca el adversario
+ Narco ataca como la guerrilla

Carlos Ramírez

Para Ricardo Alemán, a la espera
de su próximo Itinerario Político

1.- Ante el temor de enfrentar directamente a las fuerzas armadas y a las policías federales, el crimen organizado ha decido golpear los flancos más débiles de la sociedad: los medios de comunicación y las presidencias municipales. Con ello, su intención es fracturar el frente gobierno-sociedad de lucha contra la inseguridad.
2.- La mayoría de los medios de comunicación ha reaccionado como lo esperaban las bandas de delincuentes: culpando al gobierno y no a los criminales. Con ello, los medios le reclaman al gobierno y éste responde con discursos también agresivos. Sin embargo, el enemigo común es el crimen organizado.
3.- La seguridad de los periodistas es responsabilidad directa de los editores. Y por tres razones: denuncia social, información para aumentar circulación y presión editorial para las exclusivas. Al gobierno, eso sí, le corresponde la existencia de un espacio judicial para indagar y castigar agresiones contra periodistas y la conformación de un marco jurídico para garantizar la libertad de prensa.
4.- El involucramiento de periodistas en hechos vinculados al crimen organizado es decisión propia. El error del reportero Carlos Alberto Guajardo, del Expreso de Matamoros, fue haber quedado atrapado en medio de una zona de intercambio de disparos. En una guerra sin reglas de combate la peor parte la sacan los informadores. En Irak y Afganistán difícilmente los corresponsales extranjeros se meten en la línea de fuego, por muy prometedora que sea la exclusiva.
5.- Los editores deben asumir su responsabilidad. De nada servirá que exijan cadena perpetua contra agresores de periodistas si los propios editores no garantizan la seguridad de sus informadores: seguros de vida, salarios, cobertura de daños, seguridad en el empleo, protocolos de cobertura. Casi ningún editor ha honrado a sus reporteros caídos en combate, salvo por el recuerdo politizado y no por la preocupación por sus familias.
6.- El debate sobre el papel de los medios en el contexto de la lucha contra la inseguridad está comenzando. Pero existen fallas evidentes en la política de comunicación social del gobierno por exigir disciplina a los medios y no por establecer mecanismos de comunicación que definan con claridad al adversario. Lo malo es que la prensa contesta con la lista de eventos noticiosos cotidianos para demostrar un ambiente de guerra.
7.- Los medios se han agotado en la noticia, en la contabilidad de los muertos y en la multiplicación del clima de incertidumbre. Las noticias, ciertamente, ahí están. Pero la función del periodista es cumplir con una de las reglas básicas del periodismo: informar el por qué, no sólo el qué. Hace como veinte años Ricardo Rocha abrió en la televisión comercial un espacio bajo una frase que resumía y resume la tarea fundamental del periodista: detrás de la noticia. Es decir, explicar por qué ocurren ciertos hechos.
8.- Asimismo, los medios han aprovechado el viaje de la lucha contra la inseguridad para ajustar cuentas pendientes con el poder. Sin embargo, son evidentes los extremos: de un lado, la prensa que cuenta sólo los muertos y no cumple su función de mostrar lo que está detrás de la noticia; de otro, el uso de la información criminal extraordinariamente crítica contra el gobierno pero al mismo tiempo acrítica contra los narcos. Pocos, poquísimos, son los periodistas que exhiben la criminalidad de los capos.
9.- El caso culminante fue el de Julio Scherer García cobijado bajo el brazo de Ismael El Mayo Zambada, uno de los capos más buscados, y una nota acrítica y por tanto exaltadora de los criminales. O la forma en que la prensa denuncia los escasos puntos de violación de derechos humanos por las fuerzas de seguridad, frente al silencio ante la violación cotidiana por parte de los narcos de los derechos humanos de la sociedad.
10.- Los medios se encuentran en lo que el escritor español Arturo Pérez Reverte ha definido como el “territorio comanche”. En su novela homónima, periodistas españoles andan en la guerra de Sarajevo en busca de la gran exclusiva: la foto del instante vuelan un puente. El narrador recoge la advertencia de un funcionario local a un periodista que quería ver y fotografiar un puente a punto de ser volado. "Sobre todo, no crucen el puente; se exponen a quedarse al otro lado", les dijo a los periodistas. El narrador resume:
“Era lo que ellos llamaban territorio comanche, es jerga del oficio. Para un reportero en una guerra, ése es el lugar donde el instinto dice que pares el coche y des la media vuelta. El lugar donde los caminos están desiertos y las casas son ruinas chamuscadas; donde siempre parece a punto de anochecer y caminas pegado a las paredes, hacia los tiros que suenan a lo lejos mientras escuchas el ruido de tus pasos sobre los cristales rotos. El suelo de las guerras está siempre cubierto de cristales rotos. Territorio comanche es allí donde los oyes crujir bajo sus botas, y aunque no ves a nadie sabes que te están mirando. Donde no ves los fusiles, pero los fusiles sí te ven a ti”.


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